Casualmente, a menos de tres semanas del referéndum del 21F, el presidente en persona anunció la captura del “Killer” Molina Bustamante, presunto autor material del asesinato de Marcelo Quiroga Santa Cruz. Una evidente manipulación mediática, tras una década de inacción gubernamental en el tema.Pero la ocasión es propicia para subrayar varios nexos y coincidencias entre los regímenes de la dupla Luis García Meza-Luis Arce Gómez y del binomio Evo Morales-Álvaro García Linera. Garciamezismo y garciaevismo.Fue con García Meza que la “narco-política” se instaló de manera desembozada en el Palacio Quemado, empleando de modo autoritario los resortes del poder. De ahí que la revista Veja acusara a la mano derecha del dictador, Arce Gómez, de ser el “Ministro de la Cocaína”. Denuncia que el citado funcionario pretendió rebatir como digitada por la embajada de Estados Unidos.En esa repetición histórica que Hegel veía primero como tragedia y luego como farsa, la misma publicación brasileña acusó poco tiempo atrás al “hombre fuerte” del gabinete evista, Juan Ramón Quintana, de vínculos con el narcotráfico, en el sonado artículo titulado “La República de la Cocaína”. De igual forma, desde el gobierno se alegó con poca originalidad una “conjura imperialista”.Anotemos también que fue durante el régimen de García Meza que El Chapare emergió con fuerza como eje geopolítico del narcotráfico, precisamente el feudo donde Evo Morales construyó el núcleo de su poder.Lo cierto es que entre garciamezismo y garciaevismo parece haber, más allá de los discursos ideológicos divergentes, una paradójica y profunda conexión histórica…[email protected]