El sismo de los “corrupto-vínculos” tuvo su réplica anoche, cuando el periodista Carlos Valverde dio a conocer nuevas pruebas de tráfico de influencias que involucran a Gabriela Zapata y, por su intermedio, a su ex pareja, el presidente Evo Morales.Todo indica que la “falsa doctora” fungía como primera dama de facto, a juzgar por la influencia que ejercía sobre varias instituciones del Estado y por el hecho de que se presentaba como emisaria del gobierno nacional ante los empresarios privados.La Aduana, la Corporación Minera de Bolivia y el estatizado Banco Unión eran algunas de las reparticiones que realizaban tratativas con la madre del hijo de Evo Morales.Previendo el “Zapatazo II” lanzado en la víspera por Valverde, desde el gobierno se difundió una versión poco creíble sobre una supuesta admisión de la extradición de Goni por el Departamento de Estado norteamericano, probable cortina de humo a la que incluso el “falso licenciado” García Linera tuvo que bajarle decibeles el día de hoy.Por otra parte, el ministro de la presidencia Juan Ramón Quintana parece haber decidido que ya es tiempo de sacrificar a Gabriela Zapata, señalando que la fiscalía tendrá que someterla a investigaciones por “usurpación de funciones”.Esto simplemente corrobora el nerviosismo gubernamental y denota que el sismo está provocando fracturas en las estructuras palaciegas.¿Acabará Zapata como el fiscal Soza, cantándolo todo desde el [email protected]