La cobertura dada por el periodismo independiente al escándalo de tráfico de influencias ha motivado intentos de censura de prensa por parte del gobierno de Evo Morales, amenazas que deberían ser tomadas muy en cuenta por la SIP y por la Relatoría de Libertad de Expresión de la OEA.El primer intento de amedrentamiento provino del ministro de la presidencia, Juan Ramón Quintana, quien señaló que después del 21 de febrero la investigación hecha por Carlos Valverde “tendrá consecuencias” para el periodista, frase de ecos gangsteriles que es de interpretación libre.La segunda amenaza fue lanzada por el viceministro de descolonización, Félix Cárdenas, impenitente censor que ya había tratado años atrás de expurgar a varios escritores de la curricula escolar.Ahora, Cárdenas se despachó contra el canal de televisión que emite el programa de Valverde, pidiendo a la Autoridad de Control y Fiscalización de Transportes y Telecomunicaciones (ATT) que cierre dicho medio.Teniendo en cuenta que recientemente la ATT declaró ilegal a una radio tras emitir un programa de Amalia Pando, periodista crítica de las irregularidades gubernamentales, está claro que Bolivia se encuentra ante una nueva ola de censura dirigida a acallar la información referida a la corrupción en los más altos niveles del Estado…[email protected]