Tras una parálisis de casi una década en la exploración de nuevas reservas de hidrocarburos (prácticamente todo el periodo de gobierno del presidente Morales), el régimen había adelantado con bombos y platillos el inminente descubrimiento de yacimientos petrolíferos en el norte paceño, anuncio hecho en el marco de la campaña electoral permanente de la administración evista.Ahora, los informes técnicos revelan que todo fue un espejismo producido por las necesidades de la propaganda reeleccionista, confirmando que el pozo LQC-X1 de Lliquimuni no tiene reservas en cantidades comerciales.El analista Humberto Vacaflor, experto en el campo de los hidrocarburos, señala que habría sido suficiente con examinar antiguos archivos de YPFB para saber que la búsqueda era inviable.De haberse hecho esto, se habría evitado el despilfarro de 540 millones de dólares de los contribuyentes por una decisión que tuvo móviles políticos pero escasos fundamentos técnicos.En resumen: la bonanza vivida por Bolivia en los últimos años fue producto de reservas encontradas por los denostados gobiernos “neoliberales”, los que además gestionaron los contratos de exportación correspondientes.En cambio, la re-reforma tributaria del gas impulsada por el evismo (que venía a llover sobre mojado tras el IDH del 2005, verdadera fuente de ingreso nacional para la última década), presentada mediáticamente como “nacionalización”, tuvo como principal efecto el congelamiento de la exploración.Tardíamente se busca compensar el tiempo perdido, pero se lo hace a la manera de Evo Morales: “echándole nomás”…[email protected]