Más de medio centenar de motociclistas escoltaron los restos de José Ernesto hasta su última morada.
Estaba casado con Patricia Ugalde, con quien tuvo tres hijos. Era abogado y gerentó la firma Industrias Venado.
Un chaleco de cuero negro, donde resaltan el logotipo de los miembros de Harley Davidson y la palabra Santa Cruz, un par de guantes de combate de artes marciales y el casco que lo acompañó hasta el día del fatal accidente fueron los elementos que custodiaron por dos días el féretro de José Ernesto Montero Hurtado, el abogado penalista que gerentó la planta de Industrias Venado en Santa Cruz.Montero, que fue arrollado por un camión ladrillero el viernes 18 de marzo, no soportó el daño que el impacto le causó y el jueves por la madrugada falleció. El golpe le fracturó la base del cráneo y los médicos de la clínica Foianini hicieron todo lo que estuvo a su alcance para recuperarlo, pero el destino ya estaba echado.Patricia Ugalde, la esposa de José Ernesto, calificó a su pareja de toda la vida como un hombre intachable y de mucho coraje, con el que tuvo tres hijos: José Ernesto (19), Alejandra (12) y Nicolás (10).Ella se muestra fuerte y con cierta paz en sus palabras. Piensa, como muchos otros amigos de José Ernesto, que quizás él lo fue todo en su tiempo de vida y que había vivido en plenitud.Patricia cuenta con algo más de dulzura en su voz que ellos se conocieron en colegio, en la Unidad Educativa del Ejército de La Paz, de donde ambos salieron bachilleres. Desde aquel tiempo fueron inseparables y compartieron, como ella afirma, un amor eterno.La pasión de José Ernesto por el mundo de las motocicletas Harley Davidson terminó por arrastrar a su esposa a este gusto especial, hasta convertirla en la actual gerente de la tienda en Santa Cruz de esta marca de impacto mundial.El último adiósCerca de medio centenar de motociclistas, todos miembros de Harley Davidson, ayer por la tarde escoltaron a su amigo hasta su último ‘ride’ o último recorrido. Salieron cuando el sol se apagaba en la ciudad y en medio del rugir de sus motores, lo acompañaron hasta el cementerio Las Misiones.José Ernesto, un hombre deportista y alejado de vicios, era el segundo de tres hermanos y el hijo de Teresa Hurtado y José Montero, general de Ejército que hace cinco meses murió tras un accidente en su casa.
Fuente: El Deber