El Gobierno y la Central Obrera Boliviana sorprendieron a todos con un acuerdo que aprueba un aumento salarial generalizado del seis por ciento y del nueve por ciento para el sueldo mínimo. El pacto surgió luego de algunas arengas que resultaron falsas, pues el incremento no tiene nada que ver con la austeridad que vienen pregonando las autoridades y que le estrujan todos los días a los discapacitados que marcharon desde Santa Cruz a La Paz exigiendo una renta de 500 bolivianos.
Este hecho es muy significativo y lo que busca expresar el régimen es que todo el que comulgue con el “proceso de cambio”, que no critique y que no proteste, puede conseguirlo todo, algo que contradice toda lógica, pero que se entiende muy bien en el contexto de debilitamiento y falta de credibilidad que afronta el oficialismo.
Obviamente, los dirigentes de la COB, una entidad que siempre ha sido la piedra en el zapato de todos los gobiernos, aprovechan esta coyuntura y le sacan provecho al matrimonio por conveniencia, sin tener en cuenta que podrían estar labrando el futuro del gremio obrero, cuya base social son los trabajadores mineros que están ante las puertas de una grave crisis. Tal vez la consigna es aprovechar mientras se pueda.
Fuente: eldia.com.bo