Los cubanos se han visto obligados a mandar el socialismo al tacho de la basura debido a la miseria en la que se encuentra la población, que sobrevive con migajas que obtiene de un sistema en ruinas. Quién lo diría, su vecino Venezuela, ha sido durante los últimos 15 años, el padrino que ha estado ayudándoles a los “revolucionarios” a paliar la situación con donaciones, cooperación y el auxilio de millones de barriles de petróleo a precio de regalo.
Con las transformaciones que ocurren a pasos acelerados, los isleños comienzan a disfrutar algo de lo que han soñado por décadas y no pasará mucho tiempo cuando en Cuba se pueda comer decentemente tres veces al día. Mientras tanto, en Venezuela, la gente está hasta el cuello del socialismo que impuso Chávez con el asesoramiento de los cubanos. No hay comida, no hay medicamentos y en este momento la energía eléctrica es un bien escaso, al punto de que el presidente Maduro ha prohibido los secadores de pelo debido a su elevado consumo. Es tal la crisis, que ha decretado semana laboral de cuatro días para ahorrar electricidad. No se espera mucho cambio, pues no hay nada qué producir. Cuba podría ayudar ¿no?
Fuente: www.eldia.com.bo