Ahorran un 50% de la canasta familiar: Apuestan por sembrar hortalizas en sus patios

HUERTO URBANO. En la gráfica,  plantines de hortalizas en el terreno de Nué Morón, quien aprendió esta actividad en su infancia, ya que es costumbre que en zonas rurales los niños sean educados sobre estos procesos agrícolas.HUERTO URBANO. En la gráfica, plantines de hortalizas en el terreno de Nué Morón, quien aprendió esta actividad en su infancia, ya que es costumbre que en zonas rurales los niños sean educados sobre estos procesos agrícolas.

Sembrar papas o zanahorias ya no es exclusividad de los campos, ahora muchas familias han optado por convertir sus jardines en huertos donde pueden producir hortalizas para su consumo; es a lo que se denomina huertos urbanos.

El representante de la Federación de Horticultores y Fruticultores, Nué Morón, también ha dispuesto su lote de 360 metros cuadrados, ubicado en el cuarto anillo de la avenida Piraí para una plantación de hortalizas.Según explica Morón, una huerta en el patio ayuda a ahorrar en los gastos de la canasta familiar hasta un 50%, ya que el resto se trata de carne, sal, aceite, arroz y demás productos.Entre las hortalizas más sembradas están la papa, tomate, zanahoria, cebolla, lechuga, repollo, rábano, perejil, acelgas, y otros.

“Se puede sembrar cualquier tipo de hortaliza, y esta época de invierno es la más óptima para comenzar esta actividad ya que la temperatura ayuda al crecimiento de las plantas”, dijo Morón.“Los insumos que intervienen son pocos y ahorras bastante, como resultado tienes una verdura fresca”, añadió.Para  el agrónomo Marcelino Alconz, el cultivo doméstico de hortalizas no es solo una opción saludable de alimentación, sino también un emprendimiento que promueve valores, sobre todo en niños y adolescentes sobre el rubro de la agricultura.



“En los colegios deberían enseñar a sembrar papas o tomates, para que los chicos se familiaricen y sepan cómo llega el alimento a sus mesas”, aseveró Alconz a tiempo de mencionar que en las zonas rurales aún no se pierde este tipo de educación agrícola.Alconz explica que los huertos urbanos son prácticos porque se pueden ver los frutos rápidamente. Por ejemplo, la lechuga y las frutillas pueden cosecharse al mes. El tomate demora unos tres meses si es una planta bebé, la papa tarda 100 días en estar lista.

De su lado, Morón explicó que de 25 plantas de tomate se cosechan 100 kilos de esta hortaliza. En el caso de la papa, con tres surcos se consigue 7 arrobas al mes.

También aprovechó la ocasión para aconsejar a las familias que desean emprender esta actividad, tomar en cuenta ciertos aspectos como el cuidado del terreno, y el proceso de cultivo. El huerto debe estar protegido por mallas para evitar el ingreso de gallinas u otros animales que estropeen el cultivo; también aconsejó ponerles techo por los rayos solares que suelen ser sofocantes en la zona oriental.“Para las personas que quieran aprender más de este oficio pueden contactarse conmigo para asesoramiento”, indicó.Libre de plagicidas.Alconz explica que las hortalizas cultivadas en un huerto familiar son más sanos que los cultivos en el campo, ya que están libres de agroquímicos; además que se puede controlar la humedad en estos espacios, que técnicamente se lo conoce como control biológico.Proyecto.El Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (Iniaf) lleva adelante el fomento de precultivos de 13 hortalizas obtenidas con semilla de calidad, buena tierra y microorganismos benéficos, para que cualquier persona, aunque no tenga conocimiento alguno sobre horticultura, pueda cultivar su propio huerto.Este proyecto se lleva adelante en el departamento de Cochabamba.El proyecto, denominado Horticultura Urbana, arrancó con carácter experimental.Carlos Espinoza, responsable departamental del Iniaf, explica que el ‘horticultor urbano’ es toda persona que acepta el desafío personal de plantar, regar y cosechar los precultivos de hortalizas en espacios reducidos de su casa.

Fuente: La Estrella del Oriente