Cientos de manifestantes rodearon el edificio donde estaba previsto un importante evento político y lo estaban esperando como principal orador. Los activistas formaron un muro humano que le impidió entrar y fue imposible para la Policía tratar de dispersarlos, por lo que tuvieron que encontrar una alternativa, una puerta trasera ubicada en un sitio de difícil acceso que lo obligó a caminar un trecho de más de cien metros, bajar escalones y sortear algunos obstáculos.
Estamos hablando del precandidato republicano de Estados Unidos, Donald Trump y la escena anterior ocurrió esta semana en San Francisco, donde muchos votantes de origen latino están molestos por el rechazo que expresa hacia ellos el magnate de la industria inmobiliaria. Durante los últimos meses, Trump ha estado hablando de construir un muro de concreto en la frontera para impedir el ingreso de mexicanos y lo sucedido en el hotel Burlingame de California fue simplemente una pequeña dosis de su propia medicina.
Pese a la popularidad del postulante y su aparente camino triunfante hacia la Casa Blanca se ha conocido que el voto latino será crucial para impedirlo. El 87 por ciento lo rechaza, lo que demuestra que levantar barricadas no es la mejor receta para conservar el poder.
Fuente: eldia.com.bo