El juicio penal iniciado por Evo Morales contra el periodista Humberto Vacaflor se está volviendo un auténtico boomerang para el mandatario cocalero. Y por partida doble.En el plano interno, ha significado la reinstalación en la memoria nacional del homicidio de los esposos Andrade y de uniformados a manos de los cocaleros del Chapare en el año 2000, cuando el actual presidente ya era el principal líder de ese sector.En lo internacional, el proceso contra el Premio Libertad 2016 ha motivado la intervención de una organización tan importante como el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ por sus iniciales en inglés), que se ha manifestado señalando que “el presidente boliviano Evo Morales debe abandonar inmediatamente una denuncia penal por difamación contra el periodista, la cual podría tener un efecto inhibidor sobre la libertad de prensa en ese país”.Courtney Radsch, directora de Campañas del CPJ, declaró que “en lugar de involucrarse en querellas superficiales, el presidente Evo Morales debe trabajar con el Legislativo boliviano para eliminar todas las sanciones penales en casos de difamación”, añadiendo que “la máxima autoridad electa de un país no debe emplear anticuadas disposiciones penales para castigar a una persona por sus opiniones. Los presidentes deben esperar la crítica y las acusaciones públicas y ser tolerantes ante ellas”.Todo indica que la máscara seudodemocrática de Morales ha caído y la comunidad internacional ya ve su verdadero rostro autoritario…[email protected]