Las arcas vacías

1-_humberto_vacaflor_gananHumberto Vacaflor GanamSe tomaron en serio algunos alcaldes el mensaje del gobierno del MAS, cuando se acabaron los recursos del IDH, un mensaje que al parecer ellos entendieron más o menos así: “Id y buscad nuevos recursos, esquilmando a los ciudadanos”.“Buscaros la vida. Podéis crear impuestos, crear empresas de cualquier cosa, siempre que sean estatales y sus empleados masistas. Id y propalad la nueva verdad: las arcas que Hormando nos dejó repletas, ahora están vacías. Sed creativos.”El alcalde de La Guardia, en Santa Cruz, Jorge Chichino Morales, fue trastornado por este mensaje con ecos bíblicos. Fue iluminado por el nuevo credo, a tal punto que renunció a sus anteriores creencias y se convirtió en un apóstol de la mala nueva. Le pasó como a San Pablo camino a Damasco, pero al revés.Morales había hecho noticia en 2009, cuando, en sus primeros meses de alcalde, rechazó el cheque que el presidente Evo Morales (no es su pariente) quería entregarle, como había hecho con todos los demás alcaldes. Chichino respondió entonces de esta manera: “Yo no soy el dueño de La Guardia, soy solamente su alcalde. Y la alcaldía  tiene una cuenta en el banco. Que depositen ese dinero en la cuenta, o a través del Sigma. Yo no tengo por qué recibir cheques. No es mi función”.El caudillo había quedado ofendido con el desdén de Chichino.Pero han pasado siete años y Chichino ha sido ganado por las mieles del poder. El joven que había tenido una niñez muy triste pero que se convirtió en una persona seria y responsable, fue conquistado por el festín que se dio con los recursos dejados por Hormando.Después de haberse convertido a la fe de los poderosos, pidió perdón por haber rechazado aquel cheque. Fue su primer acto de renunciamiento a sus antiguas creencias y virtudes. Era la condición para estar a la diestra del dadivoso caudillo.Ahora es otro. No le han ofrecido cheques en público, para no ponerlo en evidencia, pero no ha vuelto a molestar al poder político nacional.Lo que ha hecho ahora es expulsar a las pequeñas empresas que explotaban los áridos de los ríos y también a quienes explotaban la arcilla de Pedro Lorenzo.No les ha pedido que paguen impuestos: sólo los ha expulsado o mandado a la cárcel.Afanosos empresarios recién convertidos a la economía legal están esperando que Chichino les abra la puerta para comenzar a operar.Son los milagros de la nueva fe.