Treinta y tres alfombras persas por 233.000 Bs., un escritorio en 51.786 Bs., una mesa de reuniones en 71.000 Bs., sillas de 7.100 bolivianos… Estas son algunas de las compras encargadas por el ministro de economía Luis Arce Catacora a sus ayudantes, como consta en documentos que llevan su firma.Se trata del mismo burócrata que viene negando porfiadamente la realidad de la crisis económica, a contracorriente de las realidades. Y viendo la burbuja suntuaria en la que parece vivir en su ministerio, uno acaba comprendiendo en qué consistía aquello de “vivir bien”.Arce Catacora, “Superluchín” en un folleto publicitario de su misma cartera que lo mostraba con traje y capa de superhéroe, tiene suerte de trabajar para el gobierno “subcampeón” mundial de corrupción. Porque en cualquier república no copada por superpoderes populistas ya habría volado fuera del gabinete en su alfombra mágica.Pero bajo la ley del embudo del régimen evista, todo parece quedar cerrado con la sanción a algunas funcionarias subalternas que hacen las veces de chivo expiatorio. Es el nuevo «igualitarismo jerárquico» del MAS…[email protected]