Floripondio, droga que pasa desapercibida en Tarija


floripondioPese a la polémica que causa en toda América Latina por su uso para cometer ilícitos, el floripondio es una planta común en Tarija. Puede crecer en un parque, en una plaza o en el jardín de una casa, y pasa desapercibida, pues la mayoría desconoce su poder y se la utiliza como un detalle ornamental.
Sin embargo, la belleza de su flor de forma acampanada guarda un secreto: puede mitigar el dolor, causar alucinaciones e incluso matar.El nombre de floripondio es utilizado especialmente en América del Sur, pero su nombre científico es “brugmansia arbórea”, perteneciente a la familia de las “daturas”, todas ellas con flores en forma de campana, como la mandrágora, el toloache y el estramonio.Gerardo es egresado de Biología en la Universidad de Chile con residencia en Tarija hace siete años, y explica que estas plantas existen en todo el mundo, disgregadas en distintas subespecies, que han sido utilizadas en ritos espirituales para niños y jóvenes en diversas culturas.“También han servido como medicinas y como plantas visionarias para entrar en contacto con otros mundos. Actualmente la planta está extinta en su estado silvestre, pero es cultivada domésticamente. Todas las plantas de la familia de las daturas contienen agentes piscotrópicos como la escopolamina y atropina en diversas cantidades, sustancias sumamente toxicas, pero que en dosis controladas tienen efectos muy interesantes en el sistema nervioso”, explica.Por esta condición de la planta, la prensa internacional ha reflejado una serie de delitos que se cometen mediante el uso de esta planta o sus similares. Se sabe de robos e incluso violaciones, debido al uso de esta planta mediante una infusión en bebidas alcohólicas.Las preparaciones derivadas de las daturas reciben el nombre de “Burundanga”, palabra que se usa al mismo tiempo para referirse a la droga escopolamina o a la brujería en sí.“Sí alguna vez escuchó la frase de que a tal persona le hicieron burundanga es como decir que le hicieron brujería –explica Ortiz-. Esta droga se usa con muchísima frecuencia en Colombia, Perú, Brasil, Argentina y Bolivia; pero últimamente hay casos en los que se la utiliza con fines delincuenciales, ya que una de sus propiedades es desactivar la voluntad de la persona que la ingiere, quedando totalmente manipulable”.El Floripondio como medicinaPese a buscar el asesoramiento de especialistas naturistas para conocer más sobre el floripondio, pocos se animaron a dar luces sobre su uso. Ángel Ortega, quien pide que no le llamen “curandero” sino “sanador”, dice poseer el poder de calmar dolencias psicológicas y físicas gracias a los secretos que su abuelo le dejó documentados en un pequeño libro. En él se ven apuntes y dibujos de distintas plantas medicinales que existen en nuestro medio.Sobre el floripondio, explica que a lo mejor muchos prefieren no hablar a fondo del tema porque es una planta “doble filo”; sin embargo asegura que hace siglos que existe en Tarija y por ende, cree que quienes habitaron primero estas tierras descubrieron sus variados usos. Mismos que se fueron perdiendo con el tiempo mientras esas culturas se desvanecían.Dice que en la actualidad los parches para dolores musculares se hacen con compuestos que tiene esta planta. De esta manera, el floripondio tiene dos formas de utilizarse: puede ser ingerido como té mediante infusión o puede molerse para aplicarlo superficialmente en determinada parte del cuerpo. Ambas formas de uso tienen fines totalmente distintos.Ángel advierte que se trata de una planta que se debe utilizar con mucho cuidado, pues según dice tiene “su espíritu propio”. Las hojas o flores pueden machucarse para crear una pasta que se pone sobre el tumor, la herida con pus o los forúnculos, que se curan con los días.También en infusión hay remedios, pero el detalle está en la cantidad que se toma, ya que es difícil de calcular. Si se pasa de la medida en mujeres embarazadas, por ejemplo, puede provocar el aborto.De la misma manera, quienes sufren por tener la mente atrofiada pueden tomar y mejorar, pero el problema que tiene, es que si se toma en exceso provoca una “locura incurable”.“Yo la tengo por su flor”Patricia F. se compró una casa hace tres meses por el barrio Tablada y se sorprende al oír que las plantas que adornan el jardín de su casa tienen tantos efectos. Ella explica que cuando llegó para habitar su nuevo hogar, la planta ya se encontraba ahí, y la dejó por el dulce aroma que despide a todas horas, mismo que se intensifica durante la noche.“Soy de Bermejo y nunca le tomé atención a esta plantita, la señora que vivía aquí algo le dijo a mi hija cuando vinimos a ver por segunda vez la casa. La señora vio acariciando a mi hija las flores y ahí le dijo que se lave bien la mano porque le iba a picar. Ahora que recuerdo mi hija me comentó que cuando charlaban le dijo que tampoco se toque los ojos porque hacía nublar la vista; la verdad que hasta ahora nunca tuve problemas con esto y como me gustan las plantas, creo que ahí nomás se va a quedar”, comenta.La experiencia del floripondioJorge es un estudiante de Derecho en la ciudad de Tarija. Con 23 años, cuenta que ha probado muchas drogas alucinógenas, esto a partir de que en los últimos años de colegio le surgió junto a un grupo de amigos, la curiosidad de explorar su propia conciencia “y conocerse interiormente”. En su habitación se ven libros sobre exploración espiritual y culturas chamánicas, lo que da a entender que para él se trata de algo serio.Con mucho interés en el tema, Jorge comenta que experimentó estados de conciencia mediante distintos alucinógenos, algunos de ellos químicos como el LSD y otros naturales, como el peyote o la allahuasca. Muestra fotografías de sus viajes en busca de estas experiencias, los últimos a Perú y Brasil, donde pagó en dólares por un trance asistido.Sin embargo con el floripondio reconoce que no le fue bien, ya que lo único que halló fue una terrible pesadilla cuyas secuelas tardaron tres días en desvanecerse.Primero cuenta que sintió que su cuerpo se volvía pesado, como si la gravedad incrementara su acción física, hasta que le pareció insostenible y no pudo moverse más. Él ingirió el floripondio en forma de té con su amigo de infancia el año 2014 y recuerda que lo hicieron siguiendo indicaciones extraídas de una página de “viajes astrales” en internet.“Hervimos tres flores. Tomamos en la sala de mi casa, después nos fuimos a mi terraza para prepáranos. Nos sentamos en unos sillones cómodos que tengo ahí y como a los 30 minutos empecé a sentir que mi respiración se volvía como pesada, como si fuese difícil respirar. Ahí me asusté un poco y nos miramos con mi amigo. Luego mi garanta empezó a cerrarse pero hasta abajo, como si mi esófago se cerrara, hasta que esa sensación llegó a mi estómago. De ahí empezó lo más fuerte, mi vista se nubló y en esas formas empezaron a venir alucinaciones”, recuerda.Recuerda que cuando sintieron que podían haber tenido una sobredosis y quisieron bajar a la sala, no podían, pues su intención no era acompañada por la voluntad. Se les hacía imposible encontrar la puerta que daba a las gradas, se quedaron allí soportando todo tipo de visiones.Cuando amaneció las visiones continuaban modificando todo el entorno, esta vez ya dentro de la casa donde permanecieron hasta la tarde. Jorge indica que no sabe si durmieron, ni recuerda haber comido u orinado, Sólo sabe que fue una de las peores experiencias que le tocó vivir.Detalles de la planta brugmansia arbóreaCaracterísticasEl floripondio es un arbusto siempre verde perenne cubierto de un fino indumento terciopelado y que puede alcanzar 7 m de altura. Tiene las hojas alternas, de forma ovalada, de limbos asimétricos en la base. Las flores, de hasta 17 cm, son subónicas, con corola de 3-5 lóbulos agudos.BurundangaLa burundanga se introduce en el trago de  la víctima o incluso puede ser soplada al rostro de un transeúnte, al cual, al cabo de unos segundos “se le van las luces”. Es decir, pierde conocimiento, con la particularidad de que no se desmaya, y ni siquiera parece estar borracho o drogado.PeligroLas flores de la planta son aromáticas, las hay desde blancas, amarillas, rosadas, hasta de color marfíl. Su ingestión, tanto en humanos como en otros animales, puede resultar fatal, el simple contacto con los ojos puede producir midriasis, dilatación de las pupilas o asimetría en el tamaño pupilar.Fuente: www.elpaisonline.com


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