Congreso, ¿para cambiar o para retroceder?

Edgar RiveroLos cambios sociopolíticos, económicos y tecnológicos que se producen en una sociedad como consecuencia de la evolución social ha sido una constante preocupación de gobiernos democráticos, la cual debe encontrarnos preparados en cuanto a conocimientos e ideas completamente nuevos para avanzar. Con el eslogan de refundar Bolivia, el MAS, liderado por Evo Morales Ayma y Álvaro García Linera, conquistaron al electorado y asumieron la Presidencia en enero de 2006 jurando respeto a la Constitución. Sin embargo, al poco tiempo el presidente declaró que llegó a Palacio no como inquilino, sino para quedarse por 50 años, actitud antidemocrática propia de dictadores y habladores melosos con la que las masas se sienten a menudo movidas, más por el estilo que por el contenido.Esta declaración de perpetuarse en el poder fue censurada por la oposición y alentada por sectores de visión radical y populista que condujo en estos 10 años a una tiranía contraria a los principios democráticos de libertad, igualdad, justicia y pluralismo. Las acciones demostraron que para lograr ese objetivo se encarceló a opositores y enfrentó y dividió al oriente boliviano, en detrimento de los derechos fundamentales de las personas y la paz social. Todo cambio que se pretende realizar tiene como objetivo mejorar el nivel de vida de los habitantes de una nación en lo político, económico y social. La escuela sapiencial enseña que el verdadero cambio busca hacer ajustes en nuestro interior, con cambios de fondo, empezando por cambiar la mentalidad y la actitud de las personas. En el presente, dirigentes funcionales de los movimientos sociales convocaron un congreso en Montero para insistir en la repostulación del presidente, a través de una fórmula inconstitucional impuesta y aprobada, pero resistida por el soberano por constituir un retroceso a la democracia, pues el pueblo dijo No en el referéndum de febrero. El Gobierno debe abocarse a resolver los problemas que aquejan al país en lugar de electoralizar y derrochar dinero en la ambición de eternizarse en el poder.El Deber – Santa Cruz