Uno de los dolores más grandes de la vida e insoportables para el corazón de cualquier persona es la pérdida de un ser querido, y para los perros es peor aún.
Las que tenemos o hemos tenido uno sabemos que ellos nos aman con su propia vida y nos consideran como su mejor amiga humana para siempre. Somos para ellos una figura de amor y seguridad, y siempre nos agradecerán con su infinita lealtad.
Así es más o menos la historia del pequeño Cesur, después de que su papá humano Mehmet Ilhan falleciera a la edad de 79 años en la provincia de Bursa, al noreste de Turquía. Cuando el hombre pasaba sus últimos días en el hospital, Cesur dejó de comer, demostrando que no le era ajeno el sufrimiento de su dueño.
Cesur nunca se fue de su lado, tenia una tristeza tan grande, que el día del funeral de quien fue su dueño, se quedó inmóvil debajo del féretro y permaneció en la misma postura durante toda la ceremonia religiosa.
Camino a su lado hasta el último momento, Cesur caminó hasta el cementerio donde fue resguardado el cuerpo de su amo. Durante el trayecto el pequeño no dejó que nadie lo tocara e hizo caso omiso a los llamados de otras personas. Se encontraba concentrado en su objetivo: acompañar a Ilhan hasta el último instante.
Ahora lo visita todos los días, después del trágico suceso que llenó de tristeza a Cesur, el cachorro ahora vive con Ali, el hijo de Ilhan, quién asegura que el corazón del pequeño sigue suspirando por su padre.
No le importa la distancia ni la hora, él viaja a través de la ciudad hasta el lugar donde fue enterrado su dueño solo para sentarse a su lado. Ali ni siquiera lo sabía, el solo había notado que Cesur salía por la puerta cuando se iba a trabajar, hasta que un día decidió seguirlo. Además la gente que trabaja en el cementerio asegura que es el primer visitante en entrar por la mañana.
Cesur ha encontrado apoyo y tiene un nuevo hogar, Al ver la necesidad de Cesur por estar junto a su padre, Ali decidió llevarlo todos los días a dar un paseo, para que no esté en riesgo. Además, cuenta que al terminar el paseo, el animo del perrito cambia por completo.
“Mi padre sufría de parálisis desde hace varios años y adoptó a Cesur cuando era un cachorro; él lo amaba y cuidaba muy bien. Por eso Cesur está triste, le hace mucha falta”, dijo Ali.
“No se alejó del ataúd, ni siquiera una pulgada, nos siguió hasta el cementerio y visita la tumba todos los días porque simplemente aún no puede acostumbrarse a la ausencia de mi padre. Él va ha vivir conmigo desde ahora y para siempre”, agregó.
Fuente: whatthegirl.com