El acto de vandalismo sobre la escultura reaviva la división de los argentinos sobre el astro del Barcelona
Nadie es profeta en su tierra. Tampoco Lionel Messi, el máximo goleador de la selección argentina, uno de los mejores futbolistas del mundo y autor de jugadas imposibles que ponen de pie a sus fans en todo el mundo. La escultura del astro argentino en el Paseo de la Gloria de Buenos Aires ha aparecido hoy sin torso, cabeza ni brazos. Sólo siguen en el lugar las piernas y la pelota. La destrucción del monumento, que las autoridades de Buenos Aires atribuyen a un grupo de vándalos, se conoce horas después de que el portugués Cristiano Ronado se haya alzado con el galardón The Best de la FIFA, que lo reconoció como el mejor jugador del mundo. La gamberrada ha vuelto a reavivar la división de los argentinos sobre el ’10’ en las redes sociales. La mayoría lamenta el incidente, pero algunos lo aprovechan para burlarse del crack.
«A la estatua de Messi no la rompieron, con el calor que estuvo haciendo se le derritio el pecho, nada mas…», tuitea un usuario en referencia a uno de los insultos favoritos de los críticos de Messi, «pecho frío», equivalente a una persona sin sangre. «Le cortaron la cabeza a la estatua de Messi, después se va de la selección y lloran, esta lleno de cabezas de termo este país», lo defiende otro.
La división de los argentinos sobre el capitán de la selección llegó a su punto máximo el pasado junio, cuando Messi erró en la tanda de penaltis y los argentinos perdieron su tercera final consecutiva, la segunda contra Chile en una Copa América. Esa misma noche, la Pulga anunció su retirada de la Albiceleste y lo que había empezado como un torrente de críticas mutó en en el grito colectivo #notevayaslio. Finalmente, el astro argentino cambió de opinión y regresó al equipo.