Trump y el valor de la palabra

Javier GómezRealmente me extraña ver las reacciones de muchas personas, en especial la de algunos personajes de medios, respecto a que Trump haya firmado el “ejecútese de la elaboración del muro” (el cual ha disparado las acciones de las cementeras) y haya dicho que lo pagarán los mexicanos, principalmente con el impuesto a las remesas y transacciones económicas con México.Me extraña porque ¿acaso no fue con esa la promesa con la que llegó al poder? ¿No fue su férrea postura “políticamente incorrecta” la que le hizo estar sentado dónde está? En medio de toda la gente que se puso las manos en la cabeza y solo supo responder con adjetivos, como si solo de descalificar al oponente bastase, ¿qué no vieron lo que se veía venir tan claramente?En países como los nuestros, donde vivimos acostumbrados a que la palabra no tenga valor, y también acostumbrados a campañas donde los candidatos prometen hasta el cielo y luego hacen poco o nada de lo que prometen ¿nos extraña que el pedante Trump esté haciendo lo que prometió?Triste es también ver a Peña Nieto quejarse, no ir a la famosa cita programada, como señal de protesta pero ¿qué alternativa está ofreciendo? Vemos que la moneda mexicana se devalúa y su economía se resiente y ¿qué reacciones racionales están habiendo?Ojo que no estoy emitiendo juicios de valor respecto a la corrección o no de que el muro se haga, solo comento que me causa perplejidad ver que tanta gente esté reaccionando como si estuviesen despertando de un sueño o se lo hubiesen notificado hace cinco minutos, ¿acaso no vieron que es parte de sus promesas? ¿Se quedaron soñando solamente conque Hillary ganaría, descalificando a quienes decían lo contrario y perdiéndose en sus propias lucubraciones?Insisto en que esto debe también llevarnos a reflexionar sobre el valor de la palabra en nuestras latitudes. Donald Trump podrá ser novato respecto a su incursión en el campo político, pero es un hombre que forjó una inmensa fortuna en una tierra de amplias libertades económicas que facilita los negocios y busca simplificar en lo posible la burocracia, y para lograr todas esas libertades, de fondo se necesita que haya confianza y la confianza se basa en el valor de la palabra.Cuando vemos a unos alumnos hacer nada cuando un profesor les dice: Tal día será el examen, tal día se entrega el trabajo, y luego le vemos llegar desesperado a finales de semestre a rogarle al profesor que le dé los puntos o alguna alternativa para “pasar la materia” ¿no estamos viendo en micro un reflejo de lo malo que está nuestro sistema? Cuando un alcalde decide implementar un decreto por el bien de todos y se consigue con amplia resistencia ¿no estamos acaso viendo ejemplos de que la palabra no tiene valor y que somos nosotros quienes hacemos que no se cumpla?El muro (bueno o malo) se erigirá porque Trump dio su palabra, y la está cumpliendo, falta que haya gente con palabra, con un proyecto alterno y que genere la suficiente confianza, que presente alternativas viables para que gente políticamente incorrecta como Trump llegue a donde está. Amanecerá y veremos.El Día – Santa Cruz