Nutricionistas, medios de comunicación y comunidades online llevan años advirtiéndonos sobre los peligros y enfermedades que pueden causar ingestas excesivas de azúcar. Pero a pesar de ello, la industria alimentaria ha conseguido seguir campando a sus anchas, ocultando los azúcares de sus productos con tantos nombres diferentes que, a día de hoy, hacer una compra sin azúcares añadidos es misión casi imposible.
Pero de repente, como salida de la nada, llegó la iniciativa sinAzucar.org y consigue que todos hablemos del azúcar que llevan los productos que consumimos. Hemos hablado con Antonio R. Estrada, creador de esta página y sus populares perfiles en redes sociales, para que nos cuente cómo nació la idea de crearla, cómo es su método de trabajo y cuáles son los retos a los que se enfrenta él como comunicador y el resto de nosotros como consumidores.
Parte del éxito de esta iniciativa se debe a su método tan gráfico de enseñarnos el azúcar real que llevan los productos que compramos. Tanto, que el debate sobre si a la industria del azúcar le espera el mismo destino que a la tabacalera ha emergido, y cada vez hay más guías sobre cómo diferenciar los timos de azúcar que consumes y cuales son nocivos para tu salud.
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Qué es sinAzucar y quién hay detrás
Antonio R. Estrada es un fotógrafo madrileño entusiasta de la alimentación saludable y nutrición deportiva que, un buen día, se dio cuenta de que poca gente era consciente del azúcar que llevaban los alimentos que consumían a diario y decidió hacer algo a cambio. Lo hizo con el proyecto fotográfico sinAzucar.org, con el que publica fotografías de productos presentes en nuestro día a día con el azúcar que tienen mostrado en terrones.
Se trata de una fórmula muy visual y directa en la que hacernos comprender que hay un problema con el azúcar libre que hay en los alimentos que compramos habitualmente. Además, para que el impacto sea mayor, lo hace mostrando los productos tal cual los enseñan los anunciantes, con fotos retocadas para hacerlos lo más atractivos posible.
En pocos meses, esta cuenta se ha convertido en un auténtico fenómeno en España, y sus fotografías han tenido mucho éxito en redes sociales. Esto ha hecho que los medios de comunicación recojan el testigo y que, aunque sea para señalar en qué cosas se equivoca, hablen recurrentemente de los azúcares.
Es un proyecto sin ánimo de lucro, sin patrocinadores, y en el que Antonio pide que quien quiera lo comparta como quiera y donde quiera, aunque manteniendo las atribuciones y no eliminando su logotipo de las fotos. Por si fuera poco, su técnica se ha convertido en viral, y por la red ya navegan diferentes memes mostrando, por ejemplo, cuántos terrones de azúcar tiene alguna de las películas romanticonas de referencia.
Antonio ha tenido la amabilidad de atendernos al teléfono y de contestarnos a varias preguntas sobre cómo nació el proyecto, cual es su finalidad, y qué visión tiene sobre la industria alimentaria. Se ha mojado proponiendo soluciones, hablando sobre cómo sustituir el azúcar por edulcorantes no es la solución, el aceite de palma, y recordando que él sólo es un fotógrafo que ofrece herramientas para que los nutricionistas de verdad hagan llegar su mensaje.
Entrevista con Antonio R. Estrada, de sinAzucar.org
Genbeta: ¿Por qué decidiste crear esta cuenta? ¿Era algo que ya tenías en mente desde hace un tiempo o hubo algún tipo de revulsivo?
Antonio: Fue un acercamiento personal. Yo soy deportista y buscaba una alimentación más saludable para rendir un poco mejor en el deporte. Entonces, una de las decisiones que tomé fue la de reducir el consumo de azúcares, y para ello empecé a leer etiquetas. Empecé a quitar lo más obvio, como los refrescos y los dulces, pero luego cuando vas avanzando encuentras el azúcar en ciertos alimentos que no esperas encontrarlo, en ciertos productos de tipo light o alimentos como el tomate, que no consideras que pueda llevarla, o por lo menos no tanta.
Cuando esto lo empiezo a compartir con la gente, me encuentro que muchas personas no son capaces de visualizar sencillamente los gramos, y no saben si eso es mucho o poco. Entonces, una forma de hacerlo visible es utilizar terrones de forma fotográfica junto al producto. Era más sencillo de visualizar así, o sea que hice un par de fotos de prueba, vi que funcionó bien, decidí compartirlo en redes sociales y bueno, ahí nació la iniciativa.
G: ¿Eres sólo tú el que se encarga de hacerlo todo o tienes colaboradores en la iniciativa?
A: El proyecto es un proyecto individual, lo que pasa es que yo muchas veces lo considero plural porque se ha unido tanta gente de forma espontanea que muchas veces los productos son sugerencias de consumidores, o los dietistas nutricionistas te corrigen cierta información o te matizan, y vas incorporando todas esas sugerencias al proyecto. Entonces es individual, pero bueno, sí entra un poco dentro del colectivo de Internet.
G: Cuesta creer que cosas así se hagan gratis, o sea que la pregunta es obligada: ¿estás monetizando de alguna manera este trabajo?
A: No. Ahora mismo no hay ni patrocinador ni publicidad, ahora mismo no hay ningún ingreso por la web, y mi intención es de momento mantenerlo así para intentar ser independiente y no estar condicionado con un patrocinador que, además, sería difícil que estuviera alineado con el mensaje de la web. Porque al final, la web o el proyecto sinAzucar va en contra de la industria en general, entonces es difícil encontrar un patrocinador que se aleje de ese patrón.
G: ¿Qué criterio sigues para elegir los productos que presentas en tus fotografías?
A: Inicialmente buscaba cantidad. Intentaba denunciar esos productos que tienen mucha cantidad de azúcar. Lo que pasa es que el público empezó a demandar productos con más sorpresa. Es decir, a veces es decir vale, una tableta de chocolate o unos bombones tienen veinte terrones de azúcar, ya lo sabemos, cuéntanos algo que nos sorprenda un poquito más.
Por ejemplo productos que no llevan tanto azúcar pero sí que se consideran saludables. Por ejemplo que un yogur 0% desnatado les digas que tiene 5 terrones de azúcar pues sorprende mucho. Entonces ando buscando ese tipo de productos, productos que son más sorpresivos y que producen más impacto y que comunican mejor.
G: ¿Cual es el proceso para crear cada una de las imágenes que publicas?
A: Generalmente pasa primero por el supermercado. Me acerco al supermercado, leo etiquetas, elijo el producto que considero que puede comunicar y puede ser interesante, y después calculo el azúcar basándome en la información nutricional que está en la etiqueta y los gramos de la ración los transformo en terrones de azúcar. Cada terrón son cuatro gramos.
Entonces hago la fotografía en un estudio con iluminación profesional y una presentación similar a la que la industria utiliza en su publicidad, y posteriormente la retoco para hacer el producto lo más atractivo posible. Una vez fotografiado y editado el producto se distribuye en Instagram, Facebook, Twitter y la propia web sinAzucar.org.
G: Lleva tiempo avisándose, informándose e incluso haciéndose programas sobre los peligros que puede causar el excesivo consumo de azúcar, pero parece que tu fórmula es una de las que más impacto ha causado en la sociedad, ¿por qué crees que es?
A: Yo como fotógrafo puedo un poco analizar el impacto visual, y es que estamos muy acostumbrados a una información rápida. Es decir, hoy en día con las redes sociales e Internet no buscamos leer un artículo entero. Es más, no sé si a ti a nivel personal te pasará, pero a mi las publicaciones que tienen más de dos párrafos o tres me dan pereza leerlas, y mucho menos el enlace a un artículo completo.
Por eso, si hay un artículo muy completo que te habla de los beneficios y perjuicios del azúcar al final no se lee y no se comparte. Sin embargo una fotografía es algo que tardas en consumir un segundo, la has visto, te has transmitido y en un segundo has sido capaz de consumir esa información. En contra, un artículo te puede llevar más minutos y te exige una capacidad intelectual y de concentración.
«Las fotografías son más fáciles de ver y más fáciles de compartir»
Eso hace que las fotografías sean más fáciles de ver y más fáciles de compartir, ya sea con WhatsApp como con Twitter, Facebook e Instagram. Es algo sencillo y que a su vez quien la comparte está diciendo «oye mira, que no te voy a inundar con un artículo super-currado sobre el azúcar, te voy a dar una imagen sencillita que te va a chocar.
Y bueno, a parte de eso que es una imagen como comunicación, es el enfoque que le doy a la imagen. Intento producir una pequeña contradicción en cada imagen, es decir, presento el producto muy muy atractivo y similar a lo que hace a la industria, y sin embargo al lado pongo el coste que conlleva consumirlo. Entonces hay una pequeña contradicción en cada fotografía que hace que al consumidor o a la persona que la vea le choque. No es una foto más, es una foto que dice caray, lo que nos estamos metiendo. Esa pequeña contradicción ayuda a que sea más impactante y a que se comparta mejor.
G: ¿Por qué crees que a nivel general la gente sigue tan desinformada, y qué crees que no se está haciendo bien o qué medidas, en tu opinión, deberían tomarse desde las instituciones?
A: Es muy complicado porque aquí entra en juego la industria, que quiere maximizar sus beneficios, y como cualquier empresa intenta vender y obtener beneficios por sus productos. Y como tal, un producto cuanto más azúcar lleva mejor se vende, es así, nosotros preferimos consumir un yogur con mucho azúcar que con poco.
«Desde pequeños nos acostumbramos a los sabores dulces»
Eso a su vez viene provocado a que estamos acostumbrados a los sabores dulces desde pequeños, cuando se nos dan yogures, natillas o chucherías que hacen que nuestro paladar le encante lo dulce, y eso a su vez vuelve a ser culpa de la industria que ya desde pequeños nos está dando el pre-yogur edulcorado como el primer Danone.
Entonces al final es una espiral que es así porque hemos llegado a este punto, pero es muy complicado encontrar un culpable único.
¿Y las instituciones qué pueden hacer? Pues a veces crear campañas de comunicación, fíjate qué sencillo es lo que estoy haciendo yo y está llegando. Pues a lo mejor desde Sanidad debería hacerse algo similar, no digo lo mismo, pero sí una campaña de comunicación que eduque en este tipo de cultura nutricional
G: ¿Tú crees que alguna vez veremos que la lucha contra el azúcar llegue a niveles, por ejemplo, como los de la lucha contra el tabaco?
A: Pues seguramente avancemos bastante. Además ya hemos pasado por aquí con otras cosas como las grasas. Es decir, hace unos años se satanizaron las grasas y la industria lo que hizo fue adaptarse a las necesidades del consumidor. El consumidor demandaba productos light y sin grasas, y ellos dijeron vale, perfecto, eliminamos las grasas, ponemos un 0% muy grande en la etiqueta y a vender.
Ellos hicieron dinero con la industria del «sin grasas» o bajo en grasas, y si la industria ve que puede hacer dinero con algo bajo en azúcares pues posiblemente adapte sus productos y todos saldremos ganando. Si son capaces de conseguir un producto agradable al sabor pero bajo en azúcar pues bienvenido.
Por ejemplo Nestlé ha anunciado recientemente una bajada del 40% en el contenido de azúcar de sus chocolates, y ahora mismo muchos refrescos están bajando en azúcares. Por ejemplo, la campaña más clara es la de Coca-cola, que ha pasado de denominar sus productos cero calorías a cero azúcares. Es decir, la Coca-cola Zero ya no es cero calorías, sino en azúcar.
La industria está viendo que hay una demanda en el mercado de productos bajos en azúcar, y como tal se adaptará.
G: Relacionado con esto, hay empresas que sacan versiones «Zero» sin azúcares de sus productos, y claro, cuando alguien ve el azúcar de una Coca-cola normal va a ellos huyendo del azúcar. ¿Hay advertencias que haya que hacer también sobre estos productos?
A: El proyecto sinAzucar es una excusa para hablar de azúcares, edulcorantes, sustitutivos y demás. Llega un punto que es el inicio de una pedagogía acerca también de los edulcorantes, es decir, la solución no es sustituir el azúcar con edulcorantes.
«La solución no es ir a productos bajos en azúcares de forma sistemática»
Los nutricionistas deben aprovechar este tipo de herramientas que yo doy, porque no dejan de ser un tipo de herramientas, para comunicar que la solución no es ir a productos bajos en azúcares de forma sistemática, sino ir en general a una alimentación más natural y sin tanto producto procesado.
Es decir, seguramente la Coca-cola Zero sea más sana que la normal con azúcar, pero el mensaje no debe ser eso, sino reducir la Coca-cola y beber más agua. Es el mensaje, pero que tiene que darse desde nutricionistas y no desde un fotógrafo como yo, porque tampoco puedo ni tengo autoridad moral para dar ese mensaje ni quizá las herramientas necesarias. Pero bueno, puede ser el punto de inicio para una campaña de comunicación y educación sobre este tipo de cosas.
G: Una de las principales polémicas que has tenido hasta ahora está relacionada con la distinción entre azúcares añadidos y naturales. Se te dio bastante caña de hecho. ¿Qué pasó exactamente? ¿Cómo ves ese problema?
A: Zumosol presentó una fotografía de un zumo de frutas y verduras, y yo la acompañé con los terrones que sus azúcares equivalían. En este caso el producto no tenía azúcares añadidos pero sí azúcares naturales.
Para situar un poco el proyecto sinAzucar y por qué se hizo eso hay que entender el concepto de azúcar libre que explicamos en la web, que son definiciones muy técnicas que da la Organización Mundial de la Salud y mal explicadas pueden dar lugar a confusión.
«La OMS considera azúcares libres a los presentes de forma natural en los zumos de frutas y la miel.»
Básicamente lo que dice la OMS es que hay que reducir los azúcares libres, que considera que son dos cosas. Una los azúcares que se añaden a los alimentos o productos, como el azúcar que se le mete al café o el azúcar que se le pone al chocolate. Y además, considera azúcares libres a los presentes de forma natural en los zumos de frutas y la miel. Es decir, la OMS dice que hay que reducir el consumo de zumos porque llevan azúcares libres.
Por mucho que sean azúcares naturales, intrínsecos y presentes en las frutas del zumo, se consideran azúcares libres y tienen que reducirse. Como tal, el producto sinAzucar muestra los azúcares libres de los alimentos, y Zumosol interpretó que yo decía que los azúcares que lleva el zumo eran añadidos, y sin embargo son azúcares libres y como tal acompañé la foto de un texto en el que se explica esto.
De hecho, el mensaje general que dan los nutricionistas es que cuidado con los zumos, puedes consumirlos pero no es una barra libre, no te tomes cuatro zumos porque pienses que es saludable, tómate las naranjas.
G: Aún así, la polémica por lo menos sirvió para que los medios intentasen explicar las diferencias…
A: Claro, si es que es lo bueno del proyecto, yo lo que quiero dar son herramientas. Con esas fotos polémicas intuía que podían ir los tiros por ahí, yo sabía que esto podía provocar cierta reflexión sobre el tema y bienvenida sea. Que la gente sepa que tomarse un zumo de naranja no es como comer dos naranjas, y a raíz de esto la gente lo supo.
El problema es que por el camino Zumosol se cabreó un poquito y me mandó a sus abogados, y produjo un «efecto Streisand» de libro. Ellos decían, básicamente, que o retiraba la foto o me llevaban a los tribunales básicamente. Y yo en vez de retirar la foto publiqué la carta de denuncia de Zumosol, y eso hizo que la foto en vez de verse 1000 veces se viera mucho más, y al final salió perjudicada la propia marca.
G: ¿Cómo se comportan el resto de las empresas aludidas por tus imágenes? ¿Te han mandado a más «primos de zumosol» sin que haya trascendido?
A: Generalmente no me mandan al primo de zumosol, sino a su hermanita buena. Es decir, excepto el caso de Zumosol siempre han venido con palabras amables, me han escrito correos o me han llamado por teléfono dándome su punto de vista, diciéndome «mira, es que nos has puesto a un yogur 0% con azúcar pero ten en cuenta que tenemos una amplia gama y que ese es sólo uno de los productos».
Incluso te invitan a que hables de sus productos alternativos, en vez de hablar de este habla de este otro producto. Algunos te dicen que no están de acuerdo, y piden que matice las palabras o que retire la foto, pero siempre como sugerencia y no como imposición como hizo Zumosol.
En ningún caso hemos retirado la foto, sino que hemos consultado con nutricionistas para preguntarles si la marca que dice esto o lo otro tiene razón. Y tienen razón yo retiro la foto sin ningún inconveniente, pero hasta ahora ninguna de las alegaciones que han hecho desde la industria los nutricionistas han considerado suficientes como para retirar la foto.
G: Se pueden dar casos en los que la gente ve que una tableta de chocolate lleva 14 terrones de azúcar y se espanta, y que cuando ve que otros productos llevan «sólo 5» piensan que no es tanto por no ser tal el impacto visual aunque con ellos ya has superado prácticamente la cantidad diaria tope. ¿Cómo se pueden combatir esas interpretaciones?
A: Es un riesgo. Podemos llegar a un punto, y creo que estamos cerca, en el que la gente se haga insensible a las cantidades pequeñas de azúcar. Dicen bah, pero si sólo tienen dos terrones, tampoco es tanto comparado con los 20 que vi en la foto anterior.
Ahí lo que se tiene que intentar hacer es moderar, intentar no ir siempre a presentar productos hiperazucarados, sino intentar enseñar productos que tienen poco o mucho. Que no sea una batalla a mostrar cada vez más terrones porque si no al final conseguiremos que cualquier producto que tenga poco azúcar pero que no debería llevar nada sea percibido como saludable, y no es así.
Es un riesgo, y como tal lo percibo, y ahí habrá que andar con mucho cuidado para que eso no ocurra. Y si ocurre se tendrá que hacer de nuevo pedagogía desde nutricionistas, decir que estos son los límites que recomienda la OMS, tenedlo en cuenta.
G: Y una vez llegado a ese momento, o que se pase el hype inicial que has creado sobre el azúcar, ¿cómo tienes pensado llevar la cuenta a largo plazo para evitar que decaiga?
A: Pues mira, tenemos que ir variando la imagen visual con diferentes alternativas. Por ejemplo, de las últimas publicaciones, la del bote de Colacao partido por la mitad. Eso fue romper un poco con la imagen prestablecida para dar una visión diferente, intentar ser creativos con el mensaje, no sólo presentar con terrones. Puede que esto sea el inicio de una familia de fotos, y tengo en mente otras ideas.
Todos los días recibo mensajes de gente que dice «tío, ya sé que la Coca-cola lleva azúcar, déjame vivir y morir como yo quiera»
Y como seguramente vaya decayendo, quizá también haya que espaciar un poco más las publicaciones, porque tampoco consiste en saturar, y hay gente que está yendo en la corriente contraria. Todos los días recibo mensajes de gente que dice «tío, ya sé que la Coca-cola lleva azúcar, déjame vivir y morir como yo quiera», y habrá más gente de ese estilo.
Yo al final tampoco digo que el azúcar sea malo, porque en ninguna de las publicaciones digo que haya que dejar de consumir ni azúcar ni los productos. Yo te digo mira, un Kitkat tiene cuatro terrones, si tú consideras que te gusta el azúcar y te gusta el Kitkat pues estupendo, adelante.
Pero bueno, es algo a lo que seguramente nos enfrentemos, y en el futuro posiblemente la cuenta decaiga en interés. Y bueno, si en algún momento la cuenta pasa a ser algo de la historia pues habrá sido bonito mientras duró.
G: Vale sí, el azúcar es malo, pero no es lo único malo que nos llevamos al cuerpo. ¿Tienes pensado dar el salto con fotos similares para concienciar sobre otro tipo de productos o prefieres esperar a que alguien de el paso de hacerlo él mismo?
A: Dentro del proyecto sinAzucar obviamente no, porque es un proyecto muy focalizado y no quiero extenderlo como tal porque se perdería foco. Si empezamos a hablar de lo malos que son los edulcorantes o de lo malo que es el aceite de palma al final se convierte en un proyecto generalista que perdería foco, y al hacerlo perdería impacto.
Sí que es verdad que tengo algunas ideas con algún nutricionista de establecer proyectos paralelos. No exactamente en esta línea pero a lo mejor con algún tipo de semáforo nutricional o similar para denunciar en general la comida basura o productos industriales que sean comida basura. Pero sería algo más amplio, y no centrándose en un nutriente completo sino haciendo un análisis global de cada producto. Y eso si se lleva a cabo, que todavía está en estudio, será un proyecto independiente.
Pero bueno, también he visto que están iniciándose otras cuentas, ayer mismo vi a @SinPalma…
G: Pero entonces aquí lo importante es dar con una fórmula que consiga el impacto visual que tienen ahora mismo tus fotografías
A: Claro, eso es un problema. Por ejemplo yo tuve en mente algo de tipo Sin Sal, me lo han demandado mucho, pero yo me lo planteé y me encontré con el dilema de ser capaz en una fotografía de mostrar el contenido de sal de un producto de manera proporcional, visual y que tenga impacto.
Y es difícil, porque a lo mejor hoy estamos hablando de que una cantidad de sal excesiva es un gramo por ración, pero ya no hay un equivalente como es el terrón. Son cantidades pequeñas con lo cual visualmente tendrías que irte a elementos ficticios que a lo mejor ya no sean fotografíados, a lo mejor infografías, pero qué haces, ¿dibujas un salero por cada gramo?
Ya te encuentras con ciertas dificultades, y por ejemplo en el caso del aceite de palma ni siquiera en el etiquetado están obligados a indicar la cantidad de aceite de palma que tiene un producto, o sea que ya no puedes representarlo. Es un problema.
G: ¿Qué le dirías a pequeñas iniciativas que parten de la admiración precisamente para intentar recoger el testigo y levantar la voz de alarma sobre otros productos?
A: Pues yo les diría que sobre todo no se basen en estudios de poca confianza. Por ejemplo, una de las pequeñas publicaciones que han hecho estos chicos hace referencia a un estudio que asocia el aceite de palma con ciertos tumores. Si no entiendes muy bien de lo que hablas puedes caer en un alarmismo que sea perjudicial primero para tu proyecto y luego para los consumidores.
En el caso de ese estudio yo lo he leído personalmente, y se habla de un estudio en roedores en el que se aumentó la metástasis al darles aceite de palma, pero ojo, no aceite de palma sino una dieta mezcla de varios aceites con otros nutrientes poco saludables… es decir, al final estaban dándole comida basura a los ratones y el titular de muchos periódicos es que el aceite de palma causa cáncer.
Hay que tener mucha confianza para decir ciertas cosas sin ser un experto en el tema. Yo jamás he dicho que el azúcar provoca cáncer, aunque la OMS en ciertos casos asocia el consumo de azúcar con cáncer. Hay que intentar no caer en ese alarmismo.
G: Y por último, qué se podría o debería hacer para que iniciativas con buena fé tengan repercusiones negativas, como que la gente se preocupe más de productos con más o menos azúcar que de consumir ALIMENTOS.
A: Pedagogía. Esta iniciativa o iniciativas similares tienen que tener claro cual es la función de cada parte. Yo tengo muy claro, y creo que es parte del éxito de mi iniciativa, que yo sólo soy fotógrafo. Y no quiero convertirme en nutricionista ni dar mensajes de nutricionista. Entonces yo me centro en hacer fotos, hacerlas bien y que se transmitan, y detrás hay un equipo espontáneo que detrás de mis fotografías van añadiendo artículos.
El último caso fue el de Juan Revenga, uno de los nutricionistas más importantes de España y que ha escrito un montón de libres. Me llamó y me dijo que si hacía una foto del Aquarius Vive que ha salido a la venta esta semana él hacía un artículo. Lo hicimos, publicamos ambas cosas simultáneamente y mi foto sirvió para ilustrar su pedagogía de por qué no es bueno ese producto.
Entonces, de alguna forma, que los profesionales aprovechen esta iniciativa como palanca para hacer llegar su mensaje.
G: ¿Contemplas una vida en la que no pudieras tomar alimentos azucarados?
A: No porque nunca me lo he tomado como tal. Yo consumo poco azúcar pero no soy extremista. Es decir, puedo comer unas cuatro onzas de chocolate, porque soy consciente de que tiene azúcar, y me he ido a la variedad con menos azúcar que es el chocolate con 85%.
Yo creo que un consumo consciente, si llegásemos a él estaríamos en un punto excelente. Es decir, no eliminarlo, pero sí ser consciente de dónde está el azúcar y cuánto tomarlo. Si te quieres tomar cuatro onzas de chocolate diario que son siete gramos diarios de azúcar pues tampoco te va a pasar absolutamente nada. Pero por lo menos tener un consumo consciente.
G: Y ya hemos acabado. ¿Algo más que quieras añadir para nuestros lectores?
A: Simplemente mostrar mi sorpresa ante la acogida que está teniendo el proyecto. La gente está colaborando mucho en su difusión, y sobre todo me encanta el sentido del humor de la gente, me encantan los memes, y cada vez que me envían uno los retuiteo. Me hace mucha ilusión recibir a través de amigos o lo que te llega por WhatsApp los memes o imágenes.
Todo este tipo de movimiento paralelo al proyecto es algo que disfruto mucho, porque yo tengo los pies en el suelo. Sé que es algo puntual y que estamos en la cresta de la ola, pero sé que un día tarde o temprano bajará y será un proyecto más de los miles que hay en el sentido de nutrición. Pero mientras tanto me encanta toda la vida paralela al proyecto.
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Fuente: genbeta.com