Esta es la historia de un sueño que busca cumplirse. El de L.M., un menor argentino que, a sus 17 años, ha pedido un deseo, muy fuerte, con todas sus ganas: quiere que antes de llegar a la mayoría de edad y ser considerado legalmente un adulto una familia lo adopte, porque quiere saber cómo es eso de vivir de forma estable con unos padres, quizá unos hermanos, en un hogar.
Según relata la web de BBC Mundo, el caso de este adolescente ha enternecido a su país. Al parecer, el joven reside en orfanatos desde que tenía ocho años, cuando ante la «desidia terrible de su madre» -en palabras de la juez que lleva su caso-, se vio en manos de las administraciones. Ahora, a pocos meses de los 18, de que el Estado deje de buscarle unos padres, la Corte Suprema de Buenos Aires ha lanzado un llamamiento en el que ruega que alguien adopte al chico, para que experimente de veras lo que es una familia. Se busca, dice el texto de la Corte, alguien «dispuesto a adoptarlo y brindarle un entorno familiar o comprometerse a su acompañamiento y ofrecerle afecto».
Los jueces quieren personas que se ofrezcan «como referentes afectivos, tutores o figuras análogas de cuidado» para L.M., algo de lo que ha carecido toda su vida. Casi como en un anuncio por palabras, destacan que el muchacho es «amoroso», sociable, saludable, buen estudiante, aficionado al deporte e interesado por el arte. Es «muy conocido en su zona, va bien en el colegio y es deportista», explica la juez que lleva su caso. La única condición que pone el menor es que la familia que lo adopte ha de ser de su población, Balcarce -en el sureste de Buenos Aires-, donde tiene sus rutinas, su escuela, sus amigos.
El caso de este chaval es especialmente triste porque, con 13 años, llegó a ser adoptado por un matrimonio, que lo devolvió al centro de menores porque se divorció en poco tiempo. De hecho, él se siente culpable de esta separación y ha tardado «años», dice la BBC, en recuperarse de aquel dolor.
UN DESEO DIFÍCIL DE CUMPLIR
«El 99% de las familias que buscan adoptar prefieren chicos de entre 0 y 5 años, por lo que para los mayores de esa edad es sumamente complejo que encuentren familias», lamentan los jueces. Es una dinámica habitual en las adopciones, en Argentina y en el resto del mundo, por lo que se ve realmente complicado que L.M. cumpla su sueño.
«Un estudio inédito realizado entre 2010 y 2011 por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) junto con la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (Sennaf) concluyó que hay más de 14.500 menores en instituciones en el país», señala la web, que añade que apenas el 8% de los menores consigue ser adoptado.
Fuente: huffingtonpost.es