«Ahora hasta el mismo pueblo quiere el título»

El DT de la sensación y líder del torneo, Guabirá, sostuvo que hasta él está sorprendido con el rendimiento de su equipo. Recalcó que cambiaron los objetivos de evitar el descenso y acabar en media tabla; ahora van por el título.
ANTELO

Se lo nota muy motivado, es más, en la entrevista repitió varias veces que su equipo puede ser campeón. Víctor Hugo Antelo habló del buen momento que pasa su Guabirá, la sensación y líder del torneo Apertura. Recalcó que sería bueno que el azucarero logre la corona para demostrar que con un plantel de presupuesto bajo y con varios jóvenes valores se puede alcanzar ese objetivo. En esta ocasión, ‘Tucho’, goleador del mundo en 1998 y máximo artillero en la historia de la Liga boliviana, habló de todo, hasta de su forma de dirigir y de su fama de ser un técnico que exige disciplina. Aseguró que hasta él está sorprendido por el rendimiento del rojo.

 ¿Cómo fue que se animó a tomar el mando de un equipo con todos los males que tenía y que había quedado último en el anterior torneo?



Faltaban cuatro partidos para que termine el anterior torneo y la propuesta era que luego íbamos a agarrar de cero en el actual campeonato. Hablé con el presidente, Rafael Paz, y le dije que aceptaba pero a principios de año (2017) tenía yo que armar el equipo. Había que traer nuevos jugadores, más o menos lo que pretendía para hacer mi sistema de juego. Eso pasó, jugamos los últimos cuatro partidos del año, que lo hicimos muy bien. Después tuve la suerte de traer algunos jugadores que le dieron otra cara al equipo.

¿Qué fue lo que más lo convenció?

Es complicado, lo que pasa es que uno no siempre agarra equipos que están punteros. En los últimos años he asumido en equipos como Aurora, que lo salvé del descenso en 2013; en Sport Boys, que estaba prácticamente destinado al descenso directo, hicimos un buen trabajo y lo salvamos también. Ahora, Guabirá fue algo parecido. Siempre digo que los entrenadores somos como los médicos, tenemos que atender todos los casos.

¿Puso alguna exigencia?

Simplemente pedía que me dejen trabajar tranquilo y que me dejen escoger a la gente, porque yo primero me fijo como persona en el futbolista. Muchas veces de qué sirve tener un buen jugador si como persona deja mucho que desear.

¿Cuál era la realidad de ese Guabirá que encontró?

La verdad que llegué y vi que había juveniles de buen pie, de los cuales algunos venían alternando y otros no jugaban. Había tres jugadores sub-20 que estaban en pleno campeonato en el torneo de reservas. Entonces los jugadores jóvenes de muy buen nivel sumaban entre 8 y 9. Ahí dije, “con estos muchachos se puede”, y por ello es que apostamos a traer pocos refuerzos. Era cuestión de darles la oportunidad y lanzarlos a la cancha.

¿Y ahora qué ha cambiado?

Todo. Ahora los objetivos son diferentes. Primero la meta era evitar el descenso y estar en mitad de la tabla. Ahora hasta el mismo pueblo quiere ser campeón. Los jugadores se han entusiasmado y se han dado cuenta de que se puede. Ellos mismos ya están cambiando su chip, quieren estar entre los primeros.

¿Y el DT piensa lo mismo?

También estoy muy motivado. Todos nos hemos prendido al darnos cuenta de que se puede. Sucede que ganamos con el paso de los partidos a rivales difíciles como The Strongest y Blooming, Sport Boys y Wilstermann. Con esas actuaciones nos dimos cuenta de que estamos para pelearla.

¿Cuándo no llegaban los refuerzos, le llegó la desesperación?

No, porque yo tenía a los juveniles. A Rafael Paz le nombraba a Pizarro, a Chajtur y a Ibáñez, y le decía que ellos van a ser nuestros refuerzos, porque veía en los entrenamientos que tenían unas condiciones bárbaras. Me acuerdo que le decía no nos apresuremos, incluso le afirmaba que no llenemos el cupo de extranjeros (seis permitidos). Ahora hay cuatro y tenemos a un colombiano que está a prueba. Rafael Paz me decía: “Hay muchos muchachos”, y yo le respondía: “No, estos jóvenes valores van a responder”. Prefiero tener un muchacho de buenas condiciones que contar con un extranjero de quinta o de tercer nivel. Siempre afirmé, creamos en los muchachos, esperemos qué pasa en los primeros partidos y si no rinden, recién buscamos a los refuerzos.

¿Esperaba estar tan arriba?

Estoy sorprendido porque la verdad pensaba estar en mitad de la tabla, porque así se pintaban las cosas. Luego nos dimos cuenta de que pasaban los partidos y el rendimiento mejoraba, y los muchachos en lugar de caerse cada día jugaban mejor.

¿Qué jugadores lo han sorprendido?

Jefferson Ibáñez, Mauricio Chajtur, Jorge Lovera y Jorge Pizarro. Estamos hablando de muchachos de 20 años, de los cuales algunos antes de que llegue yo habían alternado en la Liga. Yo los metí y jugaron cuatro o cinco partidos seguidos y se afianzaron más.

¿Es soñar pensar en que Guabirá puede ser campeón, habiendo otros equipos con inversiones muy superiores?

La ilusión no hay que quitársela a los muchachos. Les digo que siempre hay que estar con los pies en la tierra y esta película ya la he visto varias veces en equipos que comienzan bien y luego empiezan a caerse. Ya van seis partidos de Guabirá y los sigo presionando, todos los días los presiono diciéndoles que no tenemos que ser esa mala película.

Se lo ve muy motivado.

Si, lo estoy porque después de muchos años me he encontrado con juveniles de buen nivel, y más que todo con muy buenas personas. Porque donde te encontrás un equipo con dos o tres malas personas, en comportamiento y disciplina, te arruinan el plantel.

¿Dónde comenzó a confiar en los muchachos?

En los últimos tres partidos del anterior torneo bajo mi mando, en Montero, empatamos con Wilstermann (2-2) y en otro perdimos con Sport Boys, que debíamos ganar por las ocasiones que generamos. Y en Sucre, frente a Universitario, hicimos un buen encuentro ganando por 1-3. Ya en esa ocasión supe que con estos muchachos se podía hacer un buen papel este año, solo era cuestión de pulirlos un poco.

¿Qué tan claves son Mojica y Aguirre en este equipo?

Son muy importantes porque le dan la pausa al equipo y hablan bastante. A veces los muchachos se disparan y ellos los regulan y los calman. Aparte de que no se da el caso que los mayores no corren; al contrario, ellos lo hacen igual o más que los menores. Eso es una muestra de que están metidos en el proyecto. En el vestuario también apoyan bastante con los consejos y contando las vivencias que han tenido. Porque seguramente ellos también han tenido errores en su vida como deportistas y eso les hacen ver. El mismo Carlos Saucedo también colabora bastante.

¿Cómo fue que decidió cambiar de posición, de volante a marcador central, al paraguayo Pablo Espinoza?

Era un volante de contención que iba muy bien por arriba, pero que no tenía mucha habilidad para jugar en ese puesto. Entonces justo le llegó el momento de entrar de central en el anterior torneo cuando al titular, que era Arnaldo Pereira, le sacan la quinta amarilla y no viaja a Sucre. Ahí lo probé y se mandó un partidazo. Y ahora es uno de los mejores jugadores y para mí él es central, no mediocampista. Puede aprender mucho más y veo que con él hemos ganado bastante juego ofensivo.

¿Si tuviera que nombrar al mejor jugador de su equipo, quién sería?

Sería injusto si lo nombro. Todos han rayado a gran nivel. Por ejemplo, hoy Gualberto Mojica es irreconocible con relación al nivel que venía mostrando antes de llegar a Guabirá. La gente me dice qué le has hecho. Y algunas personas decían que yo tenía problemas con Mojica, y jamás hubo nada cuando lo dirigí en Oriente Petrolero y en Blooming. Había personas que se oponían a su llegada a Guabirá, pero yo me impuse y dije: “Me hago cargo”. Para mí es un buen muchacho y solo había que apuntarle algunas cosas que tenía que cambiar. Él ahora es un ejemplo en el plantel azucarero. Cuando estaba dirigiendo en Oriente, también traje a Aguirre, que fue titular.

¿Y los futbolistas de mayor futuro, quiénes son?

Es que tengo cinco jugadores titulares de 20 años y también está Reque, de 22 años, además de un chico, Montenegro. Le decía a Rafael Paz que de estos ocho que tenemos, que dos jueguen de titular ya era ganancia, y ahora están jugando cinco. Ojalá que el día de mañana jueguen los ocho. Vamos a tratar de hacerles un campito, porque tienen buenas condiciones.

Y Carlos Saucedo…

Siempre ha hecho goles Carlos, pero había la duda de que si iba a rendir en Santa Cruz, luego de que en Blooming y Oriente no le fue bien, pero si uno lo rodea de jugadores que le creen situaciones de gol, él responde.

¿Está guiando a Chajtur en el tema de la definición, usted que fue goleador del mundo?

Siempre estamos haciendo trabajo de definición y remates al arco, y seguramente va a crecer muchísimo más. Es un jugador muy fuerte y rápido, que crea bastantes situaciones para él y también para los compañeros.

¿Imponer disciplina le ha causado muchos problemas?

De varios equipos me he tenido que salir por imponer disciplina. Porque había dos o tres bandidos de esos que tenían su vida totalmente equivocada, y ellos aprovechan que uno pierde un partido y te cavan la tumba con la complicidad de los dirigentes. Pero eso a mí no me afectó en lo más mínimo porque salí con la frente en alto, mirándoles a mis hijos de frente. Había sido traicionado por malas personas. En otros países primero se forma a las personas y después recién son deportistas. Acá hay buenos deportistas, pero malas personas, y cuando uno lo aconseja lo toman como una ofensa, y creen que lo están atacando.

¿Sigue realizando controles de alcoholemia y las llamadas nocturnas a las casas de los jugadores?

Sí, ante la sospecha de que hay indisciplina se lo hace. El otro día a un jugador le realizamos el test de alcoholemia. Lo que pasa es que la gente lo agrandó este tema diciendo que era todos los días, pero no es así. Acá, en Bolivia, las empresas grandes, como Petrobras, lo hacen con sus trabajadores, y el fútbol, que es un deporte físico, no puede ser la excepción.

¿El jugador extranjero debe rendir más?

El extranjero debe ser mejor o igual que el nacional, pero no menos. Lo que pasa en el país es que los dirigentes quieren llenar el cupo de extranjero para tenerlos en el banco de suplentes.

¿En el azucarero cambiaron las necesidades de refuerzos con el buen rendimiento de los juveniles?

A principios de año queríamos traer a dos centrales y solo llegó uno porque Ibáñez la está rompiendo. Pensamos también contratar dos delanteros, uno  por dentro y otro por fuera, pero Chajtur y Pizarro también se ganaron un puesto y ya no fue tan imperiosa la necesidad de contratar más.

¿Hasta el momento con cuánto califica a su equipo en un puntaje del 1 al 10?

Estamos en un ocho. Solo hemos empatado un partido de seis disputados (sin contar el encuentro de ayer ante Bolívar). El resto lo hemos ganado.

¿Se considera un técnico calentón?

Todos los entrenadores tienen que tener un carácter porque el equipo es el reflejo de su DT. Si el técnico es un manso, su equipo será igual. Hay veces que hay que ser temperamental porque la situación lo amerita.

¿Sueña con dirigir la selección boliviana?

Si se da, bien, pero no lo veo como algo que me quite el sueño. Si pasa, bien, y si no, la vida sigue. Yo digo que en la vida nunca hay que forzar las cosas.

¿Qué es lo más lindo que le ha pasado como DT?

Lo más lindo es formar jugadores y verlos triunfar más adelante. Uno lo disfruta. Aunque no todos son agradecidos, pero hay otros que te llaman, te reconocen y te saludan.

¿Cómo se imagina al final de temporada?

Con una clasificación a una copa y si es con un título, mucho mejor. Le haría un bien al fútbol de Bolivia que un equipo disciplinado, con bajo presupuesto y con muchachos jóvenes sea campeón.

¿Cómo se lleva con los hinchas azucareros?

Muy bien, pues hasta el momento hemos ganado los cuatro partidos que disputamos en el Gilberto Parada. El día que perdamos vamos a ver cómo nos tratan

Fuente: diez.bo