El dictador cubano Raúl Castro anunció su “retiro del poder” para el 24 de febrero de 2018, cuando cumplirá 10 años al frente del régimen heredado de su hermano Fidel.Lo del retiro es un decir, ya que Castro podría seguir al frente del Partido Comunista hasta el 2021 sin tener ningún cargo en el aparato estatal. Pero lo que sí traspasaría sería la presidencia, ya sea al actual vicepresidente, Miguel Díaz-Canel, o a su propio hijo, el economista Alejandro Castro Espín, con lo cual se confirmaría el carácter dinástico del despotismo cubano.Se trata entonces de un gatopardismo, cambios superficiales para que nada cambie en profundidad.La misma nomenklatura seguirá mandando con puño de hierro y disfrutando de los placeres primermundistas que se le niegan al resto de la población, reducida a un estado de servidumbre.Cuba continuará siendo la manzana podrida que contamina a las democracias del continente con sus caballos de Troya “neo-socialistas”, hasta que los gobiernos y sociedades civiles de las Américas decidan de una vez ponerle un alto a su silencio y complicidad…[email protected]