Entre Oscares y Pinochos

Adolfo Oso Mier Chistólogo En esta semana, dos premios famosos, con diferentes motivaciones y similares objetivos, han lucido sus mejores luces.El Óscar de la Academia desfiló por la alfombra roja en Hollywood con papelón incluido y otro, muy prolijamente seleccionado fue el Premio Pinocho que la prensa estadounidense da a los mentirosos que van haciendo jocha y media por la Casa Blanca.El Óscar a la mejor película fue para… La La Land… perdón, para  Tralala no, tampoco, fue para… ¡Moonlight’!. Ahora sí. Todo aclarado. ¡Cómo pudo haberse registrado semejante papelón! En un momento pensé que fue similar a las famosas viñetas del SOAT, pero en Hollywood era inconcebible, tamaña desprolijidad.En cambio, el Premio Pinocho, no tuvo objeción alguna y sin ninguna equivocación, se la atribuyeron a Donald Trump; por mentiroso. El choco se llevó todos los pinochos, porque el trofeo es solo para ese país ya que, de haber sido internacional, Bolivia hubiera cosechado muchos de ellosEn la Casa Blanca, sin ninguna alfombra roja, como diría alguien “le metemos nomás”, el inefable Donald miente a su pueblo every day, porque le importa un egg.Eso quiere decir que no solamente ahí se cuecen habas. En nuestros barrios también.El Pinocho es premio destinado a esferas políticas, oficialistas y de oposición, así que carnavaleros y carnavaleras respiren tranquilos y tranquilas que, por más que estos días les hay crecido la nariz, sus infidelidades no van a obtener premio alguno.El oficialismo en Bolivia, sostiene que los del cartel de la mentira, son los que debían llevarse los pinochos pero esa es una falsedad de quienes nos hicieron tragar un culebrón grabado, quien sabe cómo, desde celdas policiales, difundiendo así, una de las máximas expresiones pluricursidramáticas, con fines muy alejados a la verdad que, de haber concursado en los Óscar, compartiría el premio a la peor película del año que fue Batman y Robin, veredicto que lo comparto.Una cosa es la ciencia ficción que produce el cine, otra la verdadera mentira de este nuestro país que vive 365 días en un carnaval lleno de caretas.