La primera parte del papelón del régimen de Evo Morales tuvo lugar cuando declaró un “apoyo incondicional” a Nicolás Maduro, tras la (ahora fallida) disolución de la Asamblea Nacional. Fue el único gobierno del hemisferio occidental en asumir tal actitud, en favor de lo que claramente fue un intento de golpe de Estado contra el Legislativo venezolano.El asunto empeoró para la administración evista cuando Maduro puso retro y dejó al Palacio Quemado en “posición adelantada” u offside.Pero no contentos con esto, los conductores de la diplomacia plurinacional le sumaron un tercer capítulo al desaguisado, tratando de bloquear (experticia del masismo) la sesión de la Organización de Estados Americanos que debía tratar –y trató- la grave crisis de Venezuela.Para esto se pretendió usar y abusar de la presidencia del Consejo Permanente de la OEA que Bolivia ostenta desde hace dos días, pero la jugada salió mal, ya que una amplia mayoría de países (17 de 21) optaron por aplicar la norma reglamentaria del organismo del sistema interamericano, dando la presidencia provisional de la reunión al decano de los embajadores presentes, en este caso representante de Honduras.Resultado: la OEA declaró que existe una “grave alteración inconstitucional del orden democrático” en la Venezuela chavista/madurista, y el “Estado Plurinacional” quedó más solo que nunca ante las democracias del continente. Bolivia debe dejar de jugar en el club de las dictaduras…[email protected]