Trump, Siria y el precio de la libertad

Tras el ataque estadounidense contra una base aérea del régimen de Assad, es posible que la guerra de Siria entre en una nueva etapa. La oposición siria ve el ataque incluso como una señal alentadora.

Nikki HAley, embajadora de Estados Unidos ante la ONU.

Nikki HAley, embajadora de Estados Unidos ante la ONU.



El triunfo militar estaba al alcance, quizá ya en sus manos. Ciudad tras ciudad, región tras región, el gobierno sirio había reconquistado el poder con el respaldo de Rusia, Irán y Hezbolá. En vista de ello, resulta difícil explicar por qué el régimen habría lanzado un ataque con gas contra un barrio de la ciudad de Jan Shijún poblado por civiles, según hacen suponer numerosos indicios.

El analista político Abdelrahman Al-Rashid presume en el periódico Sharq al-Awsat que solo pudo haber un motivo: «Los aliados de Siria, ya sea los rusos o los iraníes, querían poner a prueba el margen de acción o la resolución de Trump. Tal vez hayan querido también intentar debilitarlo. A fin de cuentas, Trump reprochó debilidad a la administración Obama durante el primer ataque con armas químicas”.

Esperanzas opositoras

Rusos e iraníes rechazan decididamente la tesis de un ataque químico lanzado por el régimen de Assad. Pero, como sea, ahora ha quedado en claro que el Gobierno de Trump está decidido a intervenir en este conflicto. Esta evolución ya se había perfilado en el campo diplomático. La embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, calificó al presidente sirio de «criminal de guerra”.

Representantes de la oposición ven lo ocurrido como una señal alentadora. «De pronto vemos que Trump actúa con más vigor ante Assad de lo que lo hizo Obama”, dijo el opositor sirio Firas Qassas, fundador del «Partido de la Modernidad y la Democracia”, que actualmente vive exiliado en Alemania. Qassas no descarta que el ataque estadounidense pueda dar un vuelco a la guerra, de modo que después de todo sí se puedan imponer los intereses de la oposición secular. «Quizás encontremos en Trump un verdadero aliado para convertir a Siria en un país realmente libre y democrático”, afirmó.

Temor a una escalada militar

Otras voces son menos optimistas. Abdel Bari Atwan, influyente columnista del portal de Internet «Rai al-youm”, teme que pueda producirse una escalada militar. Y no descarta una peligrosa confrontación entre Estados Unidos y Rusia, que podría durar años y tomar un rumbo imprevisible.

La apuesta es alta. Siria es el centro de un conflicto en el que están implicados actores nacionales, regionales e internacionales. Puede que ahora Estados Unidos haya dado el primer paso para que los conflictos hasta ahora solapados con Rusia se vuelvan ahora conflictos abiertos. La analista política Raghida Dergham supone en el periódico «Al Hayat” que Trump puede haber comprendido que no se puede negociar con Rusia sobre la base de la situación actual. A su juicio, junto a diversos motivos internos –Trump necesita con urgencia éxitos tras sus varios fracasos en política interior- hay también, sobre todo, motivos de política exterior: el desenlace de la guerra podría cambiar sustancialmente el orden de la región, de modo desfavorable para Estados Unidos.

Si Assad triunfara, Irán estaría mas cerca de su objetivo de lograr una franja dominada por los chiítas que se extienda hasta el Líbano. Pero eso es algo que no puede aceptar Estados Unidos, tradicionalmente cercano a países sunitas.

Trump ha reaccionado mediante una acción de desenlace incierto. Muchas cosas son posibles, escribe Abdelrahman al-Rasid en Sharq al-Awsat. Podrían producirse enfrentamientos directos entre Estados Unidos y Siria o sus aliados. O podría aumentar el terrorismo chiíta contra objetivos estadounidenses.

Fuente: www.dw.com