Carta de Zvonko Matkovic a la opinión pública

El día de hoy me sorprendí al encontrar dos noticias en la prensa, que por mí ya conocida situación, me llamaron la atención de sobremanera. La primera, es un pedido por parte del Ministro de Justicia, Héctor Arce, pidiendo la suspensión inmediata de dos jueces y un fiscal involucrados en la sentencia de Reynaldo Ramírez por un delito que, a dos años de su detención, se descubrió que no cometió.(http://www.noticiasfides.com)Lo peor es que ahora, una vez conocidos los detalles del caso, se ve una vez más el aberrante manejo de la justicia por parte de los jueces y fiscales que sentenciaron a una persona inocente a 30 años de cárcel. Todo esto pasó inclusive cuando en su momento fueron ofrecidas pruebas y testimonios que confirmaban que Reynaldo no se encontraba siquiera en la misma ciudad que la víctima el día que ocurrió el hecho. Dos años de su vida perdió este muchacho, preso por un crimen que no cometió. Un tiempo irrecuperable, un sufrir que no tiene forma de calcularse, por parte de él y de su familia.Lo más triste de todo esto es que cómo Reynaldo hay cientos de casos, en los que la suerte de encontrar al verdadero culpable nunca llega, y personas inocentes pagan culpas ajenas. Trabajos de investigación mediocres e incompletos llevados a cabo por fiscales y policías son pagados en sangre y lágrimas por personas que tuvieron la desgracia de caer en manos de la justicia boliviana.En las universidades, todo estudiante de leyes es introducido ciertos conceptos sobre ética y manejo de la justicia, y uno de los más ilustrativos es la fórmula Blackstone (William Blackstone – Comentarios sobre las leyes de Inglaterra – 1765), un principio legal que establece que “Es mejor que diez personas culpables escapen a que un inocente sufra.” Un precepto que viene desde épocas bíblicas, Génesis 18:23-32:23 Y acercóse Abraham y dijo: ¿Destruirás también al justo con el impío?24 Quizá hay cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por cincuenta justos que estén dentro de él?25 Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?26Entonces respondió Jehová: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré á todo este lugar por amor de ellos.27 Y Abraham replicó y dijo: He aquí ahora que he comenzado á hablar á mi Señor, aunque soy polvo y ceniza:28 Quizá faltarán de cincuenta justos cinco: ¿destruirás por aquellos cinco toda la ciudad? Y dijo: No la destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco.29 Y volvió á hablarle, y dijo: Quizá se hallarán allí cuarenta. Y respondió: No lo haré por amor de los cuarenta.30 Y dijo: No se enoje ahora mi Señor, si hablare: quizá se hallarán allí treinta. Y respondió: No lo haré si hallare allí treinta.31 Y dijo: He aquí ahora que he emprendido el hablar á mi Señor: quizá se hallarán allí veinte. No la destruiré, respondió, por amor de los veinte.32 Y volvió á decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por amor de los diez.Porqué la importancia de esto? Porque primero y antes de todo, toda persona DEBE ser considerada inocente hasta ser hallada culpable, y para ser declarada culpable, no debe existir ni una duda razonable que así lo fuere. La presunción de inocencia es una de las piedras fundamentales de cualquier sociedad, pero cuando organismos estatales e internacionales, coinciden que en Bolivia la población penitenciara está compuesta por entre setenta y ochenta por ciento de personas detenidas preventivamente (http://eju.tv) , entonces no cabe duda alguna que el sistema está roto y que no funciona.Es aquí que quiero hablar desde mi experiencia, siete años en la cárcel sin sentencia no es algo que voy a desaprovechar, y si por lo menos sirve para alumbrar una luz a este pozo ciego de corrupción en el que me encuentro, pues habrá valido la pena. Señor ministro de justicia, este sistema no funciona porque los administradores de justicia no quieren que funcione. Es un negocio demasiado grande, y no puede ser que usted niegue tener conocimiento de esto. Desde el mismo minuto que una persona es detenida, empieza un ciclo de negociación y extorsión donde participan múltiples actores. El enviar a un acusado a la cárcel GARANTIZA que nadie se quedará sin su tajada. Ni el juez y sus funcionarios del juzgado, ni el fiscal, ni la policía, y por más triste que suene, ni los abogados (defensores y acusadores) podrán ser dejados fuera de ningún arreglo.Créamelo señor ministro, en estos siete años he lidiado con todo tipo de personas, desde gente detenida por unos cuantos gramos de marihuana hasta con los más grandes narcotraficantes, desde ladrones de celulares y garrafas hasta sicarios a sueldo. En fin, 3 cárceles en 7 años, de más está decirle que he compartido con mucha gente y las historias que he conocido son interminables. Pero hay algo que todas tienen en común, TODO TIENE SU PRECIO. El abogado defensor, desde que su cliente es detenido, cambia la tarifa. Fuera una bendición que esa tarifa incluyera mínimamente una visita semanal de tan ilustre profesional sobre la cual recae nuestra libertad, pero bueno, tal vez eso tenga un costo extra, cualquier persona que ha estado en esta situación sabe de lo que estoy hablando. A partir que el acusado es detenido, el abogado de la parte contraria también procede a incluir sus honorarios profesionales dentro de la negociación. Esto, claro está, para no entorpecer una supuesta medida sustitutiva, o para que se entienda, para permitir que el detenido se pueda defender en libertad. Los fiscales, con el poder que se les ha envestido desde una Fiscalía General de la Nación, se dan el lujo de poder tener a una persona en la cárcel indefinidamente y limitarse a ofrecer juicios abreviados (declararse culpable) y hacerlo ver cómo que esa sea la única opción para que el detenido pueda volver a recuperar su libertad. Total, ya están en sus manos, y nada se podrá hacer sin su venia. Finalmente están los jueces. Dios mío, los jueces, que podemos decir de ellos.Déjeme contarle señor ministro, yo he tenido jueces que me han dicho que NO ESTÁ EN SUS MANOS dejarme libre. Puede usted creer eso? Después de 7 años en la cárcel, sin sentencia, me dicen que ellos no pueden hacer nada. Y si no está en sus manos, pues entonces en que manos está? Jamás escuche una frase tan mediocre de una persona que en teoría, debería inspirar respeto. Solo una persona que se siente absolutamente protegido de cualquier investigación futura actúa de esa manera. Es por eso que jueces y fiscales son los más interesados en que los acusados se declaren culpables y se auto inculpen, para poder lavar todas sus culpas con la inmolación ajena.Solo para darle un ejemplo, todas las personas sentenciadas por haber extorsionado a mi familia en el famoso caso extorsiones junto con el tristemente celebre fiscal Marcelo Soza fueron halladas culpables (Richard Efre Cerda Maydana, Ana Claudia Arruda Flores, Moisés Ponce de León), se sometieron a sus juicios abreviados, y ya están en su casa. Yo estoy hace 7 años en la cárcel, preventivamente, sin sentencia, y con un juicio eternizado en el tiempo. El fiscal que elaboró la acusación en mi contra, Marcelo Soza Álvarez, sigue prófugo. Esa acusación, con la que se me mantiene en la cárcel, fue elaborada, sin duda alguna, basada en la extorsión y la corrupción de ese dicho fiscal, pero aun así, aquí sigo yo, detenido, esperando sentencia, sin la posibilidad de defenderme en libertad, porque mi juez dice que esa decisión no está en sus manos. Será que usted le va a llamar la atención a mis jueces y fiscales también? Será que usted también ordenará investigarlos?Con este sistema actual, es esto lo que hay, jueces que dejan libres a personas con toneladas de droga, otorgan indultos a secuestradores, y sentencian por violación a inocentes, por nombrar unos pocos ejemplos. Fiscales que se escudan diciendo que actuaron de acuerdo a derecho y que solo “cumplen con su trabajo”, por más mediocre y errado que sea, y abogados que alegan no poder hacer nada porque siempre hay alguien que lo traba todo, pero que por un precio, se puede conseguir un poco de mejor voluntad.Señor ministro, este sistema, cómo dijo el vicepresidente, huele a azufre, pero discúlpeme, ustedes no hacen nada por arreglarlo. Más de 10 años en el poder, y la cosa está cada vez peor. Ya lo dije antes, Dios proteja a la pobre persona que cae en manos de la justicia boliviana. 80% de las personas en este lugar no tienen sentencia señor ministro. Al comienzo de mi carta hable de un par de noticias que me llamaron la atención, permítame volver a copiar la dirección de una nota hecha a su colega, el ministro Romero (http://eju.tv/2017) .En ella, el ministro habla de utilizar las manillas electrónicas para reducir la población penal que está detenida sin sentencia. Fantástica idea! Démosle curso a la presunción de inocencia, que las personas se puedan defender en libertad cómo dice la ley. La detención es la última y más gravosa medida que los administradores de justicia deberían tomar, así lo dice la norma. La verdad que me debería llenar de alegría esta noticia, claro, si no fuera porque la misma nota viene circulando desde el 2013 (http://www.lapatriaenlinea.com/) , época en la que también era ministro de gobierno el Dr. Carlos Romero Bonifaz. Permítame creer que este problema, definitivamente no es una prioridad para ustedes, y que solamente se habla del tema según las circunstancias, cuando se hace demasiado notorio el “olor a azufre”, como cuando, por ejemplo, se descubre que erróneamente se sentencia a un inocente y que pudo haber pasado el resto de su vida en una cárcel sin haberlo merecido. Gracias a dios la prensa sigue informado de estas situaciones.Señor ministro, créame, este lugar se ha vuelto un lugar de secuestro, secuestrados por la institución que usted dice querer reformar. Varias veces al año viene comisiones de jueces y fiscales a tratar de “descongestionar” la justicia boliviana, para los que no entienden el termino, sencillamente tratar de vaciar las cárceles porque no saben qué hacer con tanto preso. Pero hermoso fuera que el fiscal venga a dar una explicación de porqué no se ha podido darle al acusado un juicio justo, pronto y sin dilaciones.La realidad es que son jornadas donde se viene a tratar de convencer a las personas a declararse culpables, y lo proponen con una soltura que hasta pareciera que te hacen un favor! “Pero hombre, declárese culpable, vuelva a su casa, rehaga su vida, que vas a seguir haciendo aquí!” Cientos y cientos de veces al día la misma oferta a cientos y cientos de personas con sus derechos más fundamentales violados sin misericordia. Ojalá alguno te dijera, “Mire, vamos a investigar bien que pasó, queremos averiguar porque su caso no avanza, vamos a investigar la verdad!! “ Olvídese señor ministro, esas palabras jamás fueron pronunciadas por estas inmediaciones. El negocio es conseguir que las personas se declaren culpables, y así, todos los pecados son perdonados, el del que tuvo la desgracia de caer en manos de la justicia, y la de los verdaderos delincuentes que no cumplen su trabajo y le quitaron años de vida a una persona.Señor ministro, lo que pasó con Reynaldo Ramírez es una barbaridad. Es una injusticia que no puede pagarse con la simple destitución de tres funcionarios prevaricadores y abusivos. Personas totalmente incapaces de cumplir con el único mandato que tienen, hacer justicia. Déjeme decirle que en mi experiencia, este tipo de funcionarios inconscientes, que no tienen la más mínima idea de lo que significa sentenciar a una persona a toda una vida en la cárcel son los que abundan en la institución que usted comanda. Personas que no les pesa tener a alguien en la cárcel 3, 4, 5 años mientras si se investiga si se los va o no a acusar. Una decisión de ese tipo no puede tomarse sin estar total y absolutamente seguro que se tiene la razón, es decir, PROBAR MÁS ALLÁ DE UNA DUDA RAZONABLE la culpabilidad de una persona. Recuérdelo, más vale 10 culpables libres que 1 inocente en la cárcel. La responsabilidad que recae sobre los juzgadores es inmensa, y si, debería ser recompensada de igual manera. Mejores sueldos para evitar la corrupción. Mayores controles para evitar la dilación.Basta de fiscales que amenazan jueces en plena audiencia. Pareciera ser que la fiscalía se ha convertido en el nuevo control político, donde no hay juez que se anime a llevarles la contra. Conozco infinidad de casos de personas que continúan detenida porque no tiene 200 bolivianos para ir a una audiencia de cesación. Personas que siguen en la cárcel porque no tiene para pagarle a una secretaria del juzgado para que les redacte un acta de audiencia. Personas que lo han perdido todo por ser pobres y no poder pagar el precio de la libertad. Si señor ministro, esa frase también le fue dicha a mi señor padre, Zvonko Matkovic Fleig mientras la red de extorsión de Marcelo Soza le decía que si no pagaba que mejor se olvide de su hijo. “Yo soy el único que puede aumentar o quitar cargos en su contra, cuánto vale la libertad de su hijo?”. Dígamelo usted señor ministro, cuánto vale la libertad de una persona? Yo le puedo decir que aceptar culpas que no tengo es un precio que no estoy dispuesto a pagar, y cómo estamos en Bolivia, pues bueno, parece que aquí nomás me quedo. Confío en Dios y que si, seguro estoy, que en algún momento tendré justicia, de una forma u otra.Para finalizar señor ministro, quiero decirle que nada va a cambiar con esta elección de jueces que contra viento y marea quieren llevar a cabo. En vez de la institucionalización de los cargos, seguimos con la politización de los mismos. Lo que necesitamos es una independencia de poderes, que el poder político no se inmiscuya en la justicia. Que los jueces sean nombrados por concurso de méritos, y que los fiscales rindan examen y sean preparados acorde a la responsabilidad que les toca asumir. Necesitamos una justicia que funcione independientemente y que garantice los derechos a las personas. Los ciudadanos le reclamamos a ustedes el estado actual de la justicia boliviana. Está en sus manos que casos como el de Reynaldo no vuelvan a ocurrir. Lamentablemente se de muchos que están pasando la misma situación en este mismo momento, desperdiciando sus vidas en una cárcel sin miras a una solución, al final doblegándose al poder y no quedando más que recurrir a la palabra de moda, la justicia abreviada.Zvonko Matkovic RiberaSegundo Vicepresidente del Comité Pro Santa CruzAcusado del Caso de supuesto TerrorismoDetenido Preventivamente hace 7 añosCentro de Rehabilitación Santa Cruz – “Palmasola” Fuente: eju.tv