Hernán, la “estrella” que cambió el karate por el kick boxing

Tiene 21 años, comenzó con los deportes de contacto a los 5, cuando su papá era su sensei. Luego decidió enfocarse por completo en las artes marciales. Está dispuesto a “todo” por auspicio.
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HERNÁN RODRÍGUEZ JUNTO A LA MAESTRA JIN JOO. OSVALDO CHACÓN

Cuando Hernán era niño, no tenía idea de que a los 21 viviría un romance especial con el kick boxing.Con un padre sensei experto en karate kyokushin (es cinturón negro), lo más probable era, claro, que el muchacho se involucrara por completo en ese mundo. La secuencia de los hechos es, más o menos, la que sigue: motivado por su papá, a los 5 años empezó con el karate. Siguió así por cierto tiempo. A los 16, descubrió su gusto por las artes marciales mixtas, por lo que se inscribió en la Academia Helluz. A los 19 se metió de lleno en su verdadera pasión, aquello que lo moviliza desde lo más profundo: el kick boxing.El cochabambino Hernán Rodríguez, subcampeón sudamericano en la disciplina, no llegó a lucir su pesada “chapa” por obra de la casualidad. Lo logró a base de sacrificio, de asumir lo que él mismo define como un “estilo de vida” y de jornadas de entrenamiento de ocho horas.“Un campeón va entrenando ocho horas diarias, con potencia, fuerza, gimnasio y resistencia. Con la maestra (Jin Joo) entrenamos todo el tiempo sin descanso, mañana, tarde y noche. Es lo que me encanta hacer”.En el relato, no olvida mencionar a una persona muy especial en su vida: la profesora Jin Joo Kang Lee, la mujer que lo formó en el deporte que eligió y que, además, se encargó de transmitirle enseñanzas y valores a un atleta que acusa estar casi siempre al 100 por ciento en términos de energía (se mueve mucho).A Hernán, el presente el sonríe. Hace unas semanas consiguió el subcampeonato en el Sudamericano de La Plata, Argentina, y, antes, en marzo, se quedó con el segundo lugar (full contact) en un torneo internacional que se desarrolló en el mismo país.Y las pretensiones personales del atleta que se entrena en la Academia Kang’s son mayúsculas: quiere la corona nacional del Súper 4 que se disputará el 16 de diciembre en Santa Cruz, torneo avalado por la Iska (Asociación Internacional de Karate y Kick Boxing, en español).También ansía buenos resultados en el Mundial de México. La cita se dará el 20 de enero.Sin embargo, las intenciones deben ir acompañadas por un respaldo. Y eso es, precisamente, lo que Hernán pide: apoyo en forma de auspicio. A cambio, él propone llevar en su ropa de combate los respectivos nombres de las firmas que apuesten por él.“Estoy abierto a cualquier tipo de patrocinio. Me apoya el boliche Martina en nacionales y un poco en el exterior. Necesitamos para pasaje y estadia ¡Yo me hago un deportivo con las empresas que me auspicien y todo!”.Tropezó con lesiones relacionadas con los nudillos. Jin Joo, experta en kick boxing y taekwondo; y quien comanda la Academia Kang’s, contó que ello ha condicionado algo sus ensayos, pero que “fuera de eso ha estado todo bien” con el atleta que hace gala de su fuerza en las piernas.¿Por qué decidió volverse un experto en kick boxing? No tiene reparos en describir los motivos. “En karate kyokushin, el tema del deporte es de contacto. No solo me quería enfocar en un arte marcial. Deseaba conocer más”.TAGLE, LA GASTRONOMÍA Y LA “SERENIDAD” Marcelo Tagle, subcampeón sudamericano de kick boxing en la categoría 75 kilogramos y compañero de Hernán en la academia, es claro: fuera del combate se muestra como una persona sumamente calma. Dentro, la cosa es muy distinta. Se transforma tanto que pierde la serenidad para volverse una “fiera”.“Me caracterizo por ser una persona muy tranquila, pero en el momento de pelear exploto”, relata, quien también estudia gastronomía en una casa universitaria privada y, de niño, le gustaba jugar a la pelota. Se desempeñaba como lateral derecho.“Antes estaba en selecciones departamentales, en Pelota de Trapo, Enrique Happ y Real Cochabamba”.Fue Fabio Villarroel, campeón sudamericano en 90 kilogramos, quien lo alentó a meterse en el kick boxing.Todos coinciden en que son como una familia en Kang’s, academia en la que Jin Joo, de Seúl (Corea), actúa como amiga, madre, instructora y hermana.“A todos los he tratado como a mis hijos. Les doy consejos, hablamos o les riño”, describe la “profe”, quien siente fascinación por el pique a lo macho, se casó con un boliviano, tiene un pequeño de 4 años y vive en la Llajta desde el 89 (tiene 34 años).1 Evento internacional tiene el 20 de enero, en México. Bajo la instrucción de Jin Joo, Hernán pretende hacerse con el título.Fuente: Opinión