Solo un tercio de los adictos retirados de la calle aceptó seguir la rehabilitación

Los centros de rehabilitación dicen que el 30% de los que llegan culminan sus programas y que un centro de desintoxicación les permitiría tener mejores resultados. Los tres niveles del Estado dicen que hay que coordinar, pero ninguno toma la iniciativa  

Fernando Soria Sejas



“Rubén, ¡otra vez vos!”, le dice Guery a un hombre que conoció hace 12 años en el centro de rehabilitación  Misión y Desafío Peniel. Ahora Guery es Pastor en ese centro, mientras que Rubén se fue sumergiendo más en el vicio hasta vivir en los canales de drenaje.“Si yo haya seguido la rehabilitación esa vez… pero esta es la definitiva”, le responde Rubén, quien  ha pasado por todos los centros de rehabilitación de la ciudad. “Aquí, como en todos los centros de rehabilitación, recibimos a todas las personas que vienen o nos traen las autoridades, pero solo se quedan los que quieren”, dice Marco Piotti, director de ese centro. La madrugada del martes, personal de la Gobernación y de la Alcaldía, con el apoyo de la Policía, ‘alzaron’ a 31 drogodependientes que deambulaban por el barrio Hilandería y por otros aledaños a la avenida Piraí, luego de que fueran retirados de debajo de los puentes de la rotonda del cuarto anillo. Los adictos fueron derivados a tres centros de rehabilitación, pero al día siguiente solo 10 quedaban en esos lugares: seis en Peniel y cuatro en Esperanza. Los 12 que fueron llevados a Éxodo decidieron irse, porque los vecinos de la zona protestaron por su arribo.Esta situación refleja que estos operativos no son una solución a la presencia de los drogodependientes en las calles de la ciudad, puesto que ellos son los que deciden si se quedan o no y no hay ninguna norma que los obligue a rehabilitarse. Volvió a quedar en evidencia que no hay ni políticas ni centros de rehabilitación públicos donde ellos puedan recibir tratamiento para su adicción. Los tres niveles del Estado tienen competencia en esta temática, pero ninguno asume la iniciativa para darle una solución definitiva. Es así que no se cuenta con algún centro público del nivel central; la Gobernación apoya con Bs 2,5 millones en becas alimenticias anuales a 12 centros de rehabilitación administrados por iglesias; y la Alcaldía tiene un centro de rehabilitación, pero que solo se ocupa de los consumidores habituales y no de los severos, como los que están en las calles. La Policía ha realizado en las últimas semanas operativos continuos, pero solo pueden llevarse por unas horas a los drogodependientes a la Policía Montada y luego largarlos. “Faltan centros de rehabilitación”, dice con insistencia el subcomandante Alfonso Siles. Duberty Soleto, director de Políticas Sociales de la Gobernación, señala que se precisa que el centro de rehabilitación de la Alcaldía funcione como centro de desintoxicación, como estaba concebido en un inicio, para que los internos salgan de allí a rehabilitarse en los centros administrados por iglesias, pero el director del centro de rehabilitación municipal, Alfredo Negrete, señala que un trabajo de esas características debe ser coordinado por los tres niveles de gobierno. Los directores de los centros consideran que esto ayudaría a mejorar sus resultados, pues no se mezclaría a los que empiezan con los que ya están encaminados en el proceso de rehabilitación. A su vez, el asambleísta Edwin Muñoz indicó que la construcción de centros públicos para drogodependientes debe ser una tarea de la Gobernación a través del Consejo Departamental de Seguridad Ciudadana. Dijo que él lo propondrá en la reunión del próximo 15 de noviembre y que gestionará el apoyo gubernamental. Un 30% termina las terapiasEn Peniel y en Éxodo aseguran que solo un 30% de los adictos que llegan concluyen con la terapia, que dura entre 9 meses y un año. En Esperanza dicen que su efectividad alcanza el 60%, pero este centro tiene la particularidad de que allí hay vigilancia y en algunos casos los internos son obligados a quedarse y a seguir el tratamiento, pero por solicitud de sus familiares.Según el sociólogo Guillermo Dávalos, existen unas 800 personas en situación de calle en la ciudad, el 70% de ellas menores de edad. En un mapeo que realizó EL DEBER con  personas que trabajan en el abordaje de los drogodependientes, se llegó a la aproximación de que existen 300 de estas personas en ‘gremios’ instalados en ocho puntos fijos de la ciudad y otro tanto que son ‘ambulatorios’. Mientras las autoridades se pasan ese ‘balón’ llamado drogodependientes y se espera que el 15 de noviembre aborden el tema, solo se puede esperar que las 10 personas que aceptaron rehabilitarse, de las 31 que el martes fueron retiradas de los canales, al menos tres culminen las terapias.

Fuente: eldeber.com.bo