No está para bollos

Humberto Vacaflor Ganam

Si tienes que escapar de la gobernación de Sucre por la puerta de servicio, si debes reprimir a los médicos y sus simpatizantes, que son miles, usando métodos y quizá efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana de Venezuela, si tienes que pedir a las FFAA y a la policía que identifiquen a los “enemigos internos”… quizá no sea el momento para seguir con medidas y poses de dictador. El horno no está para el bollo de la dictadura. Ese tiempo ha pasado.

En Bolivia se vive un quiebre social, que amenaza con acentuarse en el año que se estrena en estas horas, y que el gobierno ha decidido usarlo como pre-electoral.



Así como en Argentina el electorado percibió en diciembre de 2015 que el narcotráfico estaba poniendo en riesgo la existencia de la república, y decidió expulsar al cómplice régimen kirchnerista, en Bolivia esa sensación crece junto con las noticias sobre el cerco que están montando los países vecinos para impedir el ingreso de la cocaína boliviana y con los informes sobre cárteles extranjeros que operan libremente en el país, donde sus capos reciben documentos de residentes, los narcos brasileños operan en territorio boliviano asaltando vehículos con caudales, el territorio de los cocales aumenta y desplaza a otros cultivos, mientras crece la violencia y la incertidumbre, a la misma velocidad de la emigración de familias enteras.

Y del otro lado están los que creen en este “modelo” basado en actividades económicas ilegales, mientras se desmorona la economía legal.

Pero los bolivianos que han decidido permanecer en el país, no ser indiferentes ni rendirse, son muchos. Esos que en febrero de 2016 dieron un triunfo de 16 puntos porcentuales al NO, que el fraude redujo hasta donde pudo, no quieren ceder, quieren dar batalla.

Que no tienen líder, se sabe, pero no les importa mucho. Los pusilánimes, los calculadores, lo que piensan más en los negocios que en el país, se están borrando del compromiso.

Como dice Siglo 21, la gente tiene muy clara la idea: “a falta de líderes, buenos son los médicos”.

El horno social tiene la temperatura para el bollo de la rebelión. Cuando el quiebre social haga crisis, aparecerán los líderes, como siempre. Ojalá no tengan intenciones de convertirse en farsantes y especuladores, en traidores, como los que hemos visto hasta la saciedad.

Fuente: Vacaflor.obolog.com