A dos semanas del Super Bowl, la NFL hizo olvidar a Kaepernick y barrió a las protestas políticas

El ex mariscal de campo de San Francisco, que en octubre de 2016 se arrodilló durante el Himno estadounidense por la violencia contra la comunidad negra, lleva más de un año sin jugar.

Colin Kaepernick (centro), escoltado por Eli Harold y Eric Reid, ex compañeros en San Francisco, se arrodillan ante el Himno en octubre de 2016. Foto: EFE



Cuando el domingo 4 de febrero comience el Super Bowl, la final del fútbol americano será otra vez la fiesta patria deportiva de Estados Unidos. Probablemente nadie recordará aquellas protestas de jugadores arrodillados en el momento del Himno, en repudio a la violencia policial contra los negros. Es que al cabo, el sistema se comió a las protestas y a sus protagonistas. Como Colin Kaepernick, el líder de ese movimiento, que hace más de un año está desempleado. ¿Sintonizará el de peinado afro el televisor para ver New England Patriots-Philadelphia Eagles?

Una bandera estadounidense cubre la superficie completa del campo de juego del estadio Lincoln Financial Field, en Philadelphia. La sostienen, en ambos laterales, miembros de las Fuerzas Armadas. En ese marco, el oficial de la Marina Generald Wilson entona el Himno. Todos los jugadores están de pie, ninguno se arrodilla, ninguno se sienta. Sí algunos apoyan sus manos en el hombro del compañero que está a su izquierda; otros cierran los ojos durante la canción patria. Ninguna actitud, sin embargo, que pueda ser vista como un signo de protesta. El descenso de un águila (ave nacional) al final del canto termina de enmarcar el patriótico momento.

Una enorme bandera estadounidense cubrió el campo de juego en Philadelphia mientras se entonaba el Himno en la NFL.Foto: AFP

Todo esto sucede en el mismo escenario en el que, a fines de septiembre, los Eagles (locales) enlazaban brazos con sus rivales de turno, los New York Giants, en señal de protesta contra la opresión vivida por los miembros de la comunidad negra. Ese día, casualmente, el encargado de cantar el himno también fue Wilson. Otros tiempos.

El Súper Bowl LII no parece, al menos hasta ahora, correr riesgos de «sufrir» por los «rebeldes». Es que los equipos finalistas no han tenido jugadores que participaran de las protestas desde la duodécima semana de competencia, es decir, desde fines de noviembre. Malcolm Jenkins, safety de los Eagles, esa fecha protestó con un puño en alto. Luego anunció que ya no lo haría porque había tenido «éxito» en su propósito. La NFL había anunciado por esos días que donaría 100 millones de dólares a causas de «justicia social».

En cuanto a los Patriots, 20 de sus jugadores se habían arrodillado en la tercera semana, pero el entrenador Bill Belichick los reunió tras ese partido y desde entonces (empezando el 1° de octubre) se mantuvieron en pie cada vez que sonó el himno.

Jugadores de New England Patriots se arrodillan durante el Himno, en septiembre pasado. Una imagen que ya no existe en la NFL.Foto: AP

En caso de que suceda alguna protesta, de todos modos, uno de los productores ejecutivos de NBC, Fred Gaudelli, aseguró que si hay manifestaciones en el Super Bowl, serán transmitidas en vivo porque será «lo que esté sucediendo». Claro que del dicho al hecho… En este tiempo, en muchas ocasiones la parte del Himno ni siquiera fue transmitida.

Mientras la máquina deportiva de hacer billetes siga funcionando y ese día alcance su máxima expresión de la temporada, Kaepernick -la piedra angular de las protestas- alcanzará un año y más de un mes sin jugar profesionalmente y se encaminará al año entero sin equipo, desde que en marzo se saliera del contrato que lo unía con San Francisco 49ers.

Eli Harold, Colin Kaepernick y Eric Reid, de San Francisco 49ers, arrodillados ante el Himno en octubre de 2016. Fue el comienzo de la protesta por la violencia policial contra la comunidad negra.Foto: AFP

Luego de una escalada de violencia sufrida por miembros de la comunidad negra, con asesinatos confusos a manos de policías y una reacción que terminó con enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad, con varios efectivos muertos, Kaepernick tomó la decisión de arrodillarse durante la entonación del Himno en un partido de pretemporada.

En octubre, cansado y frustrado tras ocho meses afuera del circo, Kaepernick hizo una presentación judicial para denunciar a la NFL y a las franquicias, a quienes acusó de haber pergeñado una conspiración para dejarlo sin lugar en la liga.

Eric Reid, compañero de Kaepernick en los 49ers, fue otro de los que quedó en el ojo de la tormenta por sumarse a las protestas. De hecho, fue el primero que se arrodilló junto a Colin en la pretemporada de 2016. A diferencia del mariscal de campo, continuó esta temporada en San Francisco, pero asume el riesgo que corrió: «Entiendo que probablemente haya equipos que no quieran hablar conmigo, pero estoy tranquilo con eso. Espero estar en un equipo la temporada que viene, pero si no, está bien».

Muchos colegas se sumaron a las protestas en principio, especialmente luego de que el presidente Donald Trump llamara «hijos de puta» a los manifestantes de la NFL. En aquella ocasión, el apoyo al mariscal de campo fue prácticamente unánime y el primer mandatario encontró rechazo hasta de sus amigos dueños de franquicias.

Colin Kaepernick, en diciembre de 2016.Foto: AP

Pero las críticas fueron mermando y hoy Colin está completamente abocado a ayudar a los más necesitados de las comunidades oprimidas. De hecho, está en la última etapa de una campaña que inició el año pasado a través de su Fundación, en la que prometió donar un millón de dólares (más las ganancias por las ventas de su camiseta en la temporada 2016) a organizaciones que trabajaran en aquellas comunidades, eligiendo a una por mes durante 10 meses y dándole 100.000 dólares a cada una.

En estos días está entregando los últimos 100 mil, aunque modificó el modo de repartirlos: buscó a 10 colaboradores que le sugirieran a qué entidades donar el dinero y que se comprometieran a entregar otros 10 mil. Ya sumó a Jesse Williams (actor de la popular serie «Grey’s Anatomy») y a las estrellas de la NBA Kevin Durant y Stephen Curry, de Golden State.

Sus acciones le valieron diversos premios y nominaciones. Fue finalista del «Persona del Año» de la revista Time, que lo vislumbró como el «primer atleta desde Vietnam que perdería su carrera por (defender) sus convicciones». La Unión Americana de las Libertades Civiles le reconoció su coraje con el galardón Eason Monroe y la revista Sports Illustrated le otorgó el premio Muhammad Ali Legacy, además de ser nombrado por la publicación GQ como el «Ciudadano del Año».

Éste es el lado oscuro de la NFL. Aunque siga recibiendo muchísima atención, los flashes del juego ya no le apuntan a Colin Kaepernick. Tal vez encuentre más satisfacción en la ayuda al prójimo. Sin embargo, tal como manifestó, siente que le arrebataron su lugar y que lo prohibieron. Dentro de dos semanas, probablemente pocos se acuerden de él. Las cantidades astronómicas de litros de cerveza, kilos de guacamole y millones de bolsas de papitas, sumados al más estadounidense de los shows deportivos, eclipsarán desde el espectáculo al tipo al que casi se le terminó la trayectoria por no quedarse en silencio.

Fuente: clarin.com