Alan Funes integra una de las familias que se disputan el control del sur de la ciudad más afectada por la violencia de sicarios
En Equipo, @gendarmeria , PDI, Policía de Santa Fe, junto al Ministro @maxipullaro . Luego de trabajos de investigación detuvimos hace instantes a Alan Funes, que estaba aterrorizando a Rosario e intentando dominar territorio pic.twitter.com/XnWp61CiTf
— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) 23 de enero de 2018
Rosario es una de las ciudades más ricas del país, pero también la más violenta. En 2013 se registró un récord de 264 homicidios y la cifra ha ido en descenso desde entonces, pero ahora han vuelto a saltar todas las alarmas: en los primeros 23 días del año se han registrado 16 muertes violentas y el enfrentamiento entre los Funes y los Caminos sólo explica algunas de ellas.»Hay narcomenudeo, sí, pero no es la causa principal, porque el negocio (del narcotráfico) funciona mejor sin muertes. La mayoría de homicidios tiene una fuente clara, que es la violencia interpersonal de jóvenes en situación de exclusión que construyen identidad por pertenencia a bandas, más la presencia de armas en el territorio, más policía vinculada al delito», dice por teléfono Enrique Font, profesor titular de Criminología de la Universidad Nacional de Rosario.
Corrupción policial
Font destaca que para disminuir la violencia son necesarias políticas de prevención en los barrios más vulnerables de Rosario y una reforma policial en profundidad, ya que «la policía de Santa Fe, junto a la de Buenos Aires, es la más corrupta, la más vinculada al delito y la más violenta».Con 30 puertos en sus alrededores y cinco rutas que conectan con fronteras, Rosario es un punto neurálgico en la ruta de las drogas, tanto de entrada por el norte del país, como de salida, hacia Europa. Tras la caída de Los Monos, otros clanes mucho más pequeños se disputan el territorio, pero la policía sigue involucrada en un negocio multimillonario. El propio ministro de Seguridad santadesino reconoce la corrupción institucional y da cifras: sólo en 2017, 200 policías fueron destituidos, 700 pasados a disponibilidad y 3.000 sancionados. Todos los anteriores jefes de la policía de esta provincia están en la cárcel o investigados por presunta colaboración con las bandas.»Tenemos controlada la zona y la violencia. Cuando detengamos a Alan y a los que quedan de los Camino esto va a estar resuelto», prometía Pullaro días atrás. Otros creen que, de disminuir la violencia, sólo lo hará temporalmente.Fuente: elpais.com