Portadas, redes sociales y meditación: así vive Iman dos años después de perder a Bowie

Tal día como hoy hace dos años, David Bowie fallecía a los 70 años a causa de un cáncer de hígado. Su viuda, Iman, no ha rehecho su vida y sigue recordando al que fue «el amor de su vida».

Iman, el pasado mes de noviembre.
“Mi historia favorita es la nuestra”. Habría cumplido 70 años. Y su viuda, Iman, quiso rendirle  homenaje en las redes sociales. El pasado 8 de enero la modelo somalí subió un retrato infantil de David Bowie en Instagram con el hashtag Bowie Forever. En la imagen, un Bowie rubicundo y sonriente que seducía a la cámara a pesar de no haber alcanzado el primer año de vida. Quedaba mucho tiempo para que David Robert Jones (Londres, 1947) mutara en Ziggy Stardust, por citar la más popular de sus encarnaciones artísticas.
En los últimos dos años, los que van desde la muerte del ídolo de la cultura popular a consecuencia de un cáncer, Iman no ha rehecho su vida. Vive en Nueva York, en el Soho, con Alexandra Lexi Bowie, la hija de 16 años que tuvo con el protagonista de Feliz Navidad. Mr. Lawrence. Ha protagonizado la campaña otoño-invierno 2018 de Valentino, fotografiada por David Sims, una editorial en Vogue Italia o la portada de Love, la revista bianual que comanda la que quizá sea la editora de moda más poderosa de la industria, la británica Katie Grand. En la entrevista Iman, que nació como Zara Mohamed Abdulmajid en Mogadiscio en 1955, recordaba su primer trabajo como modelo para Yves Saint Laurent, en 1985, su infancia “exenta de glamour” en Somalia y su llegada a Nueva York, donde lo que más le sorprendió fue “cómo vestía la gente, casi como la ropa fuese a desprenderse de sus cuerpos, sin preocuparse por los botones o de que se les transparentasen los pezones. Cuanto más enseñabas, mejor”. La maniquí, que trabajó entonces con fotógrafos como Arthur Elgort o Norman Parkinson, se convirtió en presencia habitual de la escena club de Manhattan. De Studio 54. “Trabajábamos todo el día, nos echábamos una siesta y salíamos a las 11 de la noche. Volvíamos a casa -si es que volvíamos- a las 4 o las 5 de la mañana, nos duchábamos y vuelta al trabajo. Studio 54 solo permaneció abierto un año, o año y medio, pero cariño, si esas paredes hablasen…”
Su vida cambió en 1990, cuando conoció al hombre de su vida: David Jones -ella siempre diferenció al hombre del artista mundialmente famoso.. Se casaron dos años después en Lausana, Suiza. Estuvieron juntos hasta la muerte del artista, hace dos años. En agosto, le dedicó estas palabras en la edición estadounidense de Vogue: “Hace unos meses que las estrellas demandaron la presencia de David. Perdimos un marido, un padre, un yerno, un amigo, un mentor, y todos los incontables momentos de felicidad extrema que se dan entre personas que se aman”. En el artículo, Iman admitía que nunca se acostumbrará a la pérdida de su compañero durante los últimos 24 años, pero que su hija, Lexi, de 16 años, el nieto que Duncan Jones, hijo de David y de su primera mujer, Angela, acababa de darles y la que esperaba de su hija Zulekha -nacida del primer matrimonio de Iman con el jugador de baloncesto Spencer Haywood– para el verano le ayudarían a sobrellevar la ausencia. “Con esta familia floreciente he añadido una nueva categoría a mi lista: la de Nana. El amor nunca cesa, se reinventa”, aseguraba esta empresaria de éxito. Además de en su faceta como modelo, que aún suscita el interés de publicaciones como Vogue, dirige una firma de cosmética para mujeres de color le reporta pingues beneficios. También ha encontrado refugio en la religión, como se desprende de su cuenta de instagram, en la que comparte sentencias diarias bajo el epígrafe Iman Daily como “rezar es hablar con Dios. Meditar, escucharle” o “sé la persona que tu perro cree que eres”.

Fuente: revistavanityfair.es