Festejemos al periodismo ciudadano

Roberto MéndezPeriodista y docenteSi algo tenemos que festejar los periodistas, este 10 de mayo del 2018, es que los ciudadanos se han sumado a nosotros como un ejército invencible que nos ayuda en el ejercicio de ser el contrapoder en la sociedad, gracias a la tecnología y en especial, a las redes sociales.Por eso tenemos que celebrar con el pueblo, la aún existencia de la libertad de expresión, que a pesar de anuncios de censura, y de contra-ataques cocaleros que supuestamente fueron formados para contrarrestar la voz ciudadana, las denuncias se siguen filtrando y publicando, no siempre por los medios de comunicación convencionales.Porque, y a pesar de que existan algunas críticas por ciertos excesos, es bueno ver los famosos “memes” o los videos caseros adaptados a ciertas situaciones o para denunciar hechos de corrupción en cualquier estamento de gobierno, ya sea nacional, departamental o municipal. Porque de ese cáncer nadie se salva, ya sean verdes enmochillados o azulados del gobierno, todos caen en la misma bolsa.Celebremos y defendamos el artículo 19 de la Declaración de Derechos Humanos, en el sentido que “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.Y también el 18 que habla de la libertad de pensamiento: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.¿Por qué recordar estos dos artículos consagrados a la llamada “Carta Magna universal” que es la Declaración de los Derechos Humanos, porque el gobierno de turno, no obstante haber retrocedido en su intención de vulnerar los principios de nuestra Ley de Imprenta, en el nuevo Código de Sistema Penal, ahora amenaza con poner en vigencia dos convenios de la OEA, sobre el tema del racismo, que igualmente vulneran la libertad de expresión y de pensamiento, porque admite la competencia de tribunales internacionales para procesar ese tipo de conductas, convirtiéndose este, el racismo, en una especie de supra delito, según ha denunciado la Conferencia Episcopal de Bolivia.Y también seis diputados opositores a Evo Morales que han planteado ante el Tribunal Constitucional  Plurinacional, dos recursos judiciales en la búsqueda de evitar su aplicación que, dicho sea de paso, ha sido rechazada en 35 países.Se trata concretamente del “Convenio internacional contra toda forma de discriminación e intolerancia” y la «Convención interamericana contra el racismo, la discriminación racial y formas conexas de intolerancia” que ya fueron aprobados por la Asamblea Legislativa Plurinacional.Celebremos con los ciudadanos y defendamos los principios de libertad de expresión consagrados en los artículos 106 y 107 de la Constitución Política del Estado, pero también rindamos honor por esos soldados desconocidos de los micrófonos, las cámaras y las libretas de noticias que a diario pierden su vida en el ejercicio apasionado de informar.De acuerdo a las reportes,  en el 2017 en el mundo, asesinaron a 65 periodistas y en los primeros meses del 2018, el secuestro y crimen de dos periodistas ecuatorianos muertos en la frontera con Colombia, nos sacudió las fibras más íntimas.Pero el periodista debe estar entrenado para saber “dónde están las murallas de los hombres y las exigencias de Dios” y seguir adelante “revelando esa verdad oculta” que alguien quiere esconder, en la búsqueda del bien común, que es la esencia que nunca debemos perder. El autor es periodista y docente