Kaia Gerber: «Soy una chica de 16 años que aún va al colegio, hago deberes y ceno en familia»

Diez razones para amar a la hija de Cindy Crawford, nueva imagen de Omega Tresor y la gran sensación de la temporada en las pasarelas.

Kaia Gerber

“Los niños aprenden lo que ven. Hay que educar con el ejemplo”. Poco más que añadir a la respuesta con la que Cindy Crawford zanjaba las dudas con respecto a la educación de sus dos hijos –Presley, 18, y Kaia, 16– cuyas carreras han despegado en las pasarelas más cotizadas del planeta, mientras Cindy cumple más de tres décadas sobre ellas. Esa es la lección que palpita como un mantra en la precoz memoria de Kaia Gerber, quién, tras soplar sus 16 velas, cumplía la profecía de su prodigioso linaje. Fue en septiembre de 2017, cuando debutó en la pasarela de Nueva York a las órdenes de Calvin Klein.Valiéndose de un estilo que venera la comodidad y el minimalismo, y con la impronta de la top model de los 90 manifiesta en todos y cada uno de sus rasgos, Kaia Gerber ha enarbolado, como si de un trofeo se tratara, el testigo de ‘mamá Cindy’ como nueva embajadora de Omega. La ocasión reunió en Berlín a toda una colección de influencers, modelos y celebrities internacionales que acompañaron en su debut a principios de mes, con Omega y en la capital alemana, a la pequeña de los Gerber.Armada con un little black dress de Versace de corte rockero, su larga ‘melena Crawford’ de grandes ondas dispuesta a un lado, tacones de tachuelas que dejaban cortos sus 175 cm, con sus facciones venusinas y, como único complemento, un Omega Trésor –tachonado con hileras de diamantes en una fina caja de 39 mms. en acero–, Gerber se desenvolvió ante la prensa internacional como lo que es: la digna heredera de la imagen de la casa relojera suiza. Estas son las razones para no perderle la pista a la benjamina Crawford, cuya clarividencia a la hora de esgrimir sus argumentos dan cuenta de esa milimétrica medida del saber estar (en la profesión), a medio camino entre el alegato transgresor de un millenial y el discreto encanto de una educación ‘modélica’. Ríndete a Kaia.



LA LUCIDEZ DE LA JUVENTUD

“Uno no puede dejar pasar el tiempo sin más, hay que vivir cada experiencia. Eso es lo más importante que me enseñaron mis padres: vive el momento y nunca des nada por sentado. Soy una chica de 16 años y así lo demuestro en mi día a día. No hago nada fuera de lo ordinario: llego a casa y paso tiempo con mi familia. Cocinamos juntos, aún sigo en el colegio. Un día estoy en París trabajando, y al día siguiente en casa haciendo mis deberes de cálculo”.

EL LEGADO DE UNA PROFESIÓN

“Uno de los momentos más emotivos de mi carrera ha sido seguir los pasos de mi madre como embajadora de Omega. Cuando tenía seis años viajamos junto a ella a los Juegos Olímpicos de Pekín. Lo recuerdo como una de las experiencias más emocionantes de mi vida y como un viaje familiar. Creo que eso me llevó a querer trabajar con ellos. En el otro lado de la balanza, valoré el vínculo entre Omega y la responsabilidad social. Crecí en sus valores familiares. También tengo un buen recuerdo del viaje con mi madre con Omega y Orbis a Perú, donde pude ver cómo emplean su infraestructura para ayudar a otra gente. Con respecto a Omega Trésor, creo que es algo más que un objeto que da la hora. Para mí significa un referente del estilo clásico y todas esas sensaciones que despierta cuando lo llevas en tu muñeca”.

Kaia Gerber

¿LA FAMA? CON HUMOR Y PACIENCIA

“Aún sigo sorprendida. Si alguien grita mi nombre, le miro como: ‘espera, ¿hablas conmigo?’ Siempre me pilla de imprevisto. No creo que haya un momento concreto en el que haya abierto los ojos. Creo que tenía 13 años cuando alguien empezó a seguirme en Instagram (hoy suma más de 3 millones de seguidores) y pensé: ‘¿cómo me ha encontrado?’ Y hasta ahora. Eso sí, procuro que esta repentina atención no afecte a mis rutinas y evito darme importancia. Creo que la gente debería hacer lo que de verdad desea hacer, especialmente cuando tienes tan sólo 16 años. Y eso es lo que trato de cumplir día a día”.

LA MADUREZ A LOS 16 AÑOS

“No permito que las redes sociales me afecten demasiado como persona. Es fácil dejarse llevar por esas cosas, y más a mi edad. Tampoco dejo que me den lecciones de cómo vivir mi vida. Con respecto a mi agenda, que puede resultar abrumadora, trato de encontrar, especialmente en los viajes, ciertos momentos para mí. Ahora bien, siempre me muestro francamente agradecida. ¿Cómo podría quejarme de una profesión que me encanta?”

EL SENTIDO DE LA RESPONSABILIDAD

“Mi generación tiene mucha información de lo que ocurre en el mundo, de manera que es importante ayudar allá donde puedas, especialmente si te apasiona. Lo que sí tengo siempre presente es la responsabilidad de lo que hago. Tener a tanta gente pendiente de ti supone una presión inevitable. Saber que puedo influir en una sola chica me parece un mundo”.

ANTE TODO, PRUDENCIA

“Creo que el feminismo significa saber quién eres y luchar por ti misma. Ahora me gustaría concentrarme en mi carrera de modelo, pero quiero acabar la escuela y ver dónde me lleva todo ello. No creo que la mayoría de las chicas de mi edad sepan lo que quieren hacer con su futuro. ¿Podría hacer otro trabajo? Desde luego. Estoy abierta a las oportunidades que lleguen. Por eso es tan importante finalizar los estudios. No me veo el resto de mi vida haciendo lo mismo”.

CRECER EN UNA FAMILIA ‘MODELO’

“No creo que seamos una familia bella, más bien seres humanos bellos. Cuando estamos juntos, somos una familia corriente: hacemos la cena, damos un paseo en bici o caminamos por la playa. Ese tiempo que pasamos juntos es valiosísimo y bello. Mi padre es judío y mi madre cristiana, así que he crecido en una familia que asimila ambas religiones con naturalidad. Nosotros celebrábamos ‘Chrismukah’ –la contracción en inglés de Navidad y Janucá–. Me encanta contar con esas dos culturas en mi vida”.

Kaia Gerber

SU ESTILO ‘SMART MILLENIAL MEETS CALIFORNIAN TOMBOY’

“Sigo una regla: ‘menos es más’ y soy un poco ‘marimacho’. Tengo un hermano mayor, de modo que le tomo prestada la ropa todo el tiempo. Me visto como él y su estilo cómodo y desenfadado me encanta. Llevo vaqueros y zapatillas todos los días. Y esto es compatible con arreglarse de vez en cuando para salir. Creo que mi generación mezcla con naturalidad el lujo con el estilo callejero o con prendas más cómodas. Del mismo modo, podemos usar un complemento exclusivo como unas gafas de sol o un perfume. Por ejemplo, mi generación ya no depende del reloj para que les dé la hora. Es un accesorio de calidad y estiloso que te hace feliz. Es una pieza de la historia”.

UNA FRANQUEZA PASMOSA

“Me siento inspirada por la moda española. Me encanta llevarme ideas e imágenes creativas de los lugares donde he trabajado. Es lo que más me gusta de esta profesión: viajar y conocer una gran colección de personas. Crecí en una pequeña ciudad próxima a L.A., rodeada de los mismos 20 chicos desde los tres años. Así que para mí es fascinante esta novedad. Cuando toda esa gente me dice que soy supermodelo es todo un honor ser asociada a ese concepto tan de los 90. Pero no creo que deba usarse a la ligera. Aún me queda mucho para serlo”.

LA EDUCACIÓN COMO SALVOCONDUCTO

“Cuando Omega me tanteó para ser la cara de la colección Trésor, fue el momento en el que me dije: ‘es fantástico, voy a hacer esto por mi cuenta’. Es muy excitante, por supuesto, pero no hay que dar nada por sentado. Y mientras, sigo estudiando en el colegio ‘online’, trato de no perderme ninguna de las clases. Siempre he sido buena alumna y le doy la importancia que tiene para mi futuro. Ahora soy consciente de que he de conciliar el colegio con mi trabajo de modelo. He dado Químicas y no creo que se me dé mal del todo. Mi madre estudió Ingeniería Química, así que, ¿quién sabe?

CINDY, MODELO EN CASA Y FUERA DE ELLA

“Siempre me fijo en mi madre, no sólo por lo que representa en el mundo de la moda, sino por quién es como persona. El mejor consejo que he recibido de ella ha sido ‘sigue tu instinto y no hagas nada que no quieras hacer’. Ella siempre guía con el ejemplo. Y así ha sido. Trata a la gente de maravilla y es una gran profesional. Todo ello me inspira a comportarme de la misma manera. Mi madre es mi ‘modelo’: cómo vive su vida y como todos los que la conocen y han trabajado con ella me lo hacen saber con las mejores palabras. Muchos me dicen que soy igual que ella. Yo me lo tomo como un cumplido. Que sea o no modelo es lo de menos, lo importante es que todo lo que me ha enseñado permanece en mí. Cindy es mi referente”.Fuente: revistavanityfair.es