¡No más cercenamiento!

Carlos Dabdoub Arrien

Bolivia nació al mundo con 2.363.769 km². Cinco departamentos la conformaban. Chuquisaca, Cochabamba, La Paz y Potosí abarcaron una extensión de 497.000 km², mientras que a Santa Cruz (la región de Moxos y Chiquitos) le correspondía casi 1.600.000 km², es decir que su contribución territorial al nuevo país fue de casi el 80%.



Sin embargo, el andinocentrismo tenía tan pobre la visión en materia de geopolítica que poco le importaron las tierras bajas de la Bolivia tropical. Tanto es así que el presidente Andrés de Santa Cruz, una vez propuso al Brasil el canje de los territorios de Moxos y Chiquitos, vale decir, de todo el oriente boliviano, por una fragata y una carabela (Carvalho, R. 2010).

Ni qué decir del Tratado firmado con Brasil (1867) bajo la presidencia de Mariano Melgarejo, que cedió más de 300.000 kms² del territorio cruceño, cortando así la salida al océano Atlántico a través del río Madera. En aquella ocasión, Santa Cruz protagonizó movilizaciones contra el gobierno nacional. El centralismo respondió con la represión y acusaciones de separatismo.

La guerra del Acre –vencida por la gente oriental y perdida en negociaciones diplomáticas espurias–, o la misma contienda del Chaco, hicieron que entre guerras fallidas y tratados leoninos y funestos con Brasil, Perú y Argentina, Bolivia perdiera en total 1.265.188 km², de los cuales a la región occidental boliviana le correspondió solo 120.000 km² (litoral marítimo), mientras que al oriente se le arrebató casi 1.150.000 km².En 1912 se reavivó un viejo litigio limítrofe entre Chuquisaca y Santa Cruz. Unos dicen que se buscaba un acceso directo al río Paraguay, mientras otros sostenían que el contacto entre Santa Cruz y la Argentina, podía fomentar los ideales independentistas de los cruceños.Hoy resurge de nuevo el debate sobre dichos límites. Si bien el marco legal está bien definido (leyes de 1898, 1902, R.S. de 1914 y ley 2727 de 2004), poniendo fin a esta larga disputa, mentes tenebrosas pretenden confrontar a dos departamentos hermanos, para crear una nube de humo que arrope tanta corrupción, además de menoscabar el desarrollo económico y político de Santa Cruz. No se quiere entender que las leyes se cumplen y que no “son simplemente referenciales”.

Actualmente Santa Cruz tiene 370.621 km², es decir, posee un 77% menos de su territorio con el que nació a la vida republicana. En las actuales circunstancias, ¿seremos capaces de consentir los cruceños con sus autoridades, instituciones y líderes de opinión una nueva amputación de nuestro terruño y la riqueza que ello conlleva, más aún sabiendo que en el pasado su defensa costó exilios, sangre y sacrificios? He ahí la interpelación que ante la historia habrá que responder a las nuevas generaciones y a la valiente memoria de nuestros predecesores.

Fuente: El Deber