Somos gente satisfechaLos bolivianos percibimos que nuestro nivel de vida ha mejorado con relación al de nuestros padres y los más jóvenes son los más felices y los más satisfechos con la vida que los adultos.Si el número 1 significa ‘completamente insatisfecho’ y 10 ‘completamente satisfecho’, la mayoría de los bolivianos se ubica en un 7,5, por encima de varios países. Sin embargo, en América Latina hay otros países donde su población está más satisfecha con la vida, por ejemplo México, Colombia, Ecuador, Brasil, Uruguay y Argentina.
«Confianza ni en mi camisa»La popular frase del exdictador boliviano Mariano Melgarejo aplica para la idiosincrasia actual del país, según esta encuesta: s olo el 8,6% cree que se puede confiar en otra gente mientras que el resto prefiere ser «precavido» en sus relaciones sociales.Incluso con la familia. Si bien es uno de los valores que los bolivianos más rescatan, el 78% confía en sus familiares, cifra que parece alta pero que, comparativamente con los otros países encuestados, está entre las más bajas. De hecho, somos el segundo país que menos confía en su familia.Los bolivianos desconfiados, en especial, con los inmigrantes, los extranjeros y las personas con otras religiones o, incluso, con orientaciones sexuales distintas.Espiritualidad bolivianaConsultados sobre sus creencias, casi todos en Bolivia creen en ‘algo’ más allá de la materia. 97,7% cree en Dios, 86,8 cree en el cielo, el 74,9% cree en la vida después de la muerte y el 61,2% cree en el infierno.»Las creencias religiosas definen, en buena parte, las concepciones del bien y del mal, en temas específicos sobre los cuales las instituciones religiosas se pronuncian de manera visible», señala el informe y dice que seis de cada 10 bolivianos se declara católico.
Otro dato a destacar es el que los bolivianos creen, en su mayoría, que su religión es la única que vale. De hecho, es el país latino que más sostiene esta idea: 54% de los entrevistados defiende la primacía de su Dios.»Si bien la creencia en Dios es alta en muchos países del mundo, esto no necesariamente viene acompañado de actitudes potencialmente intolerantes hacia otras religiones, como sí sucede en Bolivia, de acuerdo con los datos de la encuesta», dice el texto.Equidad de género «de puertas para afuera»La mayoría de los bolivianos consultados afirmó que los derechos de los hombres y de las mujeres son los mismos. Pero, cuando se habla de los roles de la mujer, las cosas cambian y los derechos que se pregonan terminan donde comienza la materidad: la mayoría en Bolivia cree que los hijos «sufren» cuando sus madres trabajan y que el trabajo del hogar es igual de satisfactorio que «el de afuera».»Las relaciones entre hombres y mujeres, a partir de los roles de género socialmente construidos, son un aspecto fundamental para evaluar el carácter equitativo de una sociedad, particularmente en países con historias patriarcales tan marcadas como las de los latinoamericanos», señala el documento que marca.
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En esta parte de la encuesta, hay de destacar que especialmente en los países musulmanes, donde los hombres y las mujeres tienen roles completamente distintos, los promedios de aprobación de la idea de que los hijos sufren cuando sus madres trabajan son más altos. Y ni siquiera en todos: por ejemplo en Irak esa idea está menos arraigada que en Bolivia.»Un dato relevante -dice la encuesta- en el contexto boliviano tiene que ver con el hecho de que las mujeres son, justamente, las que están más de acuerdo con la idea de que sus hijos sufren si ellas trabajan fuera de casa. Esto parece confirmar que la sociedad boliviana hace muy poco para distribuir las responsabilidades de cuidado entre hombres y mujeres, y que las mujeres no se sienten cómodas dejando a sus hijos para ir a trabajar, lo que, en denifitiva, favorece a que se perpetúen los roles de género tradicionales».EL DEBER