En la mente de un sicario: así son los asesinos a sueldo

Foto: No todos los sicarios son iguales. (iStock).No todos los sicarios son iguales. (iStock).

Edgar Huerta Montiel, uno de los máximos responsables del cartel mexicano de Los Zetas, fue detenido en 2011. Con la voz distorsionada explicaba brevemente su biografía en un vídeo policial. En la grabación, el narcotraficante, apodado El Wache, se detuvo en una cifra: había matado a 600 personas a lo largo de los años. Para entonces era ya un veterano. Tenía 22 años cuando posó esposado tras su detención.

La actividad de los sicarios suele ser bastante precoz. Según un estudio de varios profesores de la Universidad Autónoma de México, la edad media de estos “profesionales” en Colombia oscila entre los 9 y los 12 años. En México no es muy superior. La explicación de enrolarse a tan temprana edad en las pandillas de criminales la encuentran los investigadores en que “las pagas son muy bajas” y a los chicos les vale con el prestigio que les da su estatus en el barrio y en esos emolumentos que les sirven para correrse “farras de dos o tres días con cocaína y mujeres”.Viajan al lugar del encargo, matan y, si todo ha salido bien, regresan. Así han sido los ajustes de cuentas de los narcos colombianos en EspañaEl perfil del sicario en Europa es bastante diferente. Se trata también de colombianos, mexicanos y, en ocasiones, antiguos soldados o paramilitares del Este de Europa, pero son mucho mayores, en torno a los 30 años. Cobran también mucho más dinero, una media de unos 20.000 euros por asesinato de encargo. Su método de trabajo es distinto: viajan al lugar del encargo, matan y, si todo ha salido bien, regresan. Así han funcionado en bastantes ocasiones los ajustes de cuentas de las “oficinas de cobro” de los narcos colombianos en España. Es más frecuente que sea una “contrata” a un tipo que va por libre que crear su propia estructura de asesinos a sueldo. Lo más habitual es que estos homicidios se encarguen por cuestiones de pareja o desavenencias económicas.Pero los sicarios no son un invento latinoamericano, aunque los asesinatos violentos han alcanzado en algunos países de la zona los más de 1.500 al mes, de los cuales más de la mitad se pueden atribuir a guerras entre bandas o ajustes de cuentas. Los sicarios urgen en la antigua Roma y de ahí su nombre: los “hombres daga”. Un término que se pone de moda en el español en la segunda mitad del pasado siglo.

¿Cuántos asesinatos para jubilarte?

Los profesores –Arcelia Ruiz vázquez, Tonatiuh García y Ferrán Prados– también han estudiado en su extenso artículo las características psicológicas de estos asesinos. “Lo que los caracteriza, principalmente, es el desapego a la vida, la desconfianza generalizada, la agresividad y el resentimiento, la dependencia al alcohol y las drogas, el afán de aventura y el deseo de ganar dinero de manera rápida y fácil”.Unas características que encajan a la perfección en su mayoría con el testimonio de Martín Corona, exmiembro del cartel de Tijuana. Este asesino se enroló en el narco con solo 12 años y su misión siempre fue la misma: cruzar la frontera con EE UU y matar. “Nada me ataba al mundo, me sentía muerto y quería vivir bien y consumir drogas”, confesó tras ser clave en la detención de uno de los grandes señores de la droga, Javier Arellano. «Lo que nos mantenía competitivos era pensar en cuántos enemigos tienes que matar antes de jubilarte», confesó este hombre años después en un libro autobiográfico.Ahora aquellos que muestran desde muy pequeños un comportamiento violento y despiadado son quienes se convierten en sicariosLos últimos estudios apuntan a un crecimiento en el enrolamiento de sicarios infantiles y juveniles y a su incidencia en las muertes violentas. Por ejemplo, en Colombia se estima que el 47% de los homicidios tiene a estos criminales como sus protagonistas. “Ser sicario para los niños y jóvenes se ha convertido en una aspiración social, un símbolo de éxito en los barrios y familias. Sencillamente, es un trabajo respetable donde han aprendido a usar la violencia como una manera de lograr estatus, dinero y poder”, aseveraban los profesores en su artículo.Habitualmente, estos chicos comienzan en sus pandillas locales y a través de ellas acaban en contacto con los grupos de crimen organizado. De hecho, una de las tareas que se les reserva en su trayectoria criminal es la de “reclutadores” de otros chavales. Los niños más pequeños empiezan como informantes o para vigilar situaciones o lugares concretos. Sin embargo, según los investigadores, cada vez esas tareas se reparten más en función de las “habilidades” de cada chico que por su edad. De ese modo, aquellos que muestran desde muy pequeños un comportamiento violento y despiadado son quienes se convierten en sicarios.



Clases de sicarios

Los asesinos no son iguales en Colombia y en México. En el primero de estos países no pertenecen estrictamente a los clanes mafiosos, aunque deben estar atentos por si se requieren sus servicios. Sin embargo, en los mexicanos si son parte de una estructura. Los profesores establecen cuatro tipos de sicarios: el novato, el diletante, el trabajador y el maestro.Fuente: elconfidencial.com