Horas de terror entre Isinuta y Aroma, zona colonizada en el Tipnis

El viaje hasta Nueva Aroma es fascinante. El problema es la población, que no aprueba la visita de extraños a su zona

EL DEBER



Ya en Eterazama las miradas a los ajenos son desafiantes. La situación es más tensa en Isinuta, la puerta al denominado Polígono 7 que es dominado por colonos afiliados al Consejo Nacional del Sur (Conisur). Este lugar es parte del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), pero en este espacio las visitas no son bienvenidas. Las dos horas del trayecto entre Isinuta y Nueva Aroma son de temor.

Isinuta está a una hora de Villa Tunari, el municipio más turístico del Chapare cochabambino. Los negocios están en todos lados. El comercio domina la zona y la población parece no tener preocupaciones. Cada quien atiende sus necesidades y están orgánicamente afiliados a una línea política: la del Movimiento Al Socialismo (MAS). El transporte público es abundante. La mayoría llega de Eterazama. Son pocos los que van hasta el fin del Polígono 7.

Si la desconfianza del poblador de Isinuta era alta, ya dentro de esta zona es exagerada. Los comunarios hacen parar movilidades y preguntan a los “extraños” el motivo de la visita. Está prohibida la prensa, así que se debe inventar un oficio. El paisaje es hermoso, pero en ciertos tramos esa percepción se esfuma. La deforestación está creciendo. La tala de árboles en la zona se evidencia al lado del camino. Al fondo están los cocales, ocultos. Lo delata hojas secando en los atrios de las viviendas, muy diferentes a las de las comunidades del norte del Tipnis. El cemento domina en esta área. Hay escuelas modernas y también sedes sindicales.

Es en este tramo donde se construyeron los tres puentes de la ruta entre Isinuta y Nueva Aroma. Están concluidos. Ahora el trabajo en esta zona se enfoca en mejorar la condición del camino. En este trecho, pasando la comunidad Bolívar, motorizados de una constructora privada y de la Administradora Boliviana de Caminos (ABC) aplanan la vía para que luego sea asfaltada.

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Hay comunidades «castigadas» por oponerse a la carretera en el Tipnis

Este sector está dentro del tramo 2 del proyecto de la carretera que pasaría por medio de la reserva natural. Seis volquetas, dos tractores y una compactadora trabajan en el camino luego de la comunidad Bolívar. Su misión es ripiar el camino que llegará hasta San Jorgito, que es la última localidad antes de cruzar el río Ichoa. Luego el territorio es virgen y, según dirigentes indígenas, solo falta abrir 17 kilómetros de vía.

Llegar a Nueva Aroma es fascinante. Los ríos y la exuberante vegetación reflejan la inmensa biodiversidad de la zona. Los niños se bañan en los afluentes y muchas mujeres lavan sus prendas de vestir con esas aguas.

La gente no es para nada tímida. El visitante es prácticamente un enemigo. Lo analizan y las preguntas son frecuentes. Ya en Nueva Aroma el panorama es más denso. Ahí no hay ley. La gente te acorrala si eres extraño. Tienes que tener permiso para ingresar a esa comunidad, algo así como los trámites para entrar a otro país.

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Sacar fotografías está prohibido. No quieren que la opinión pública se entere que los puentes están operables y que el camino está en proceso de mejoras. Todos obedecen a un líder y no se puede hacer nada sin su consentimiento. Y este dirigente actúa obedeciendo a su jerarquía, que radica en el municipio de Villa Tunari.

EL DEBER ingresó a esta zona hace unos días. Un periodista sufrió atropellos en Nueva Aroma. Fue increpado por comunarios al llegar a la comunidad. Lo retuvieron cuatro horas mientras el máximo dirigente del lugar intentaba hablar con sus autoridades para obedecer instrucciones.

Mientras, los pobladores amenazaban con amarrar a un árbol al periodista para que sea atacado por hormigas. La orden, que salió de Villa Tunari, fue fotografiar la cédula de identidad del afectado. Al final, lo llevaron hasta Isinuta y lo obligaron a pagar Bs 150 por el transporte. Ahí lo dejaron a cargo de otro dirigente. Este personaje procedió a la amenaza: “Tenemos tu carné de identidad, sabemos dónde vives”.

Seis horas de pavor. Cuatro retenido y dos del recorrido de regreso. La zona tiene mucho atractivo, pero los pobladores hacen que el viaje sea un espanto. Dicen que no esconden nada, pero ya el viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, dijo que hay coca y que encontraron pozas de maceración de cocaína en Nueva Aroma, Ichoa y Tacopaya.

Este reportaje se publica en alianza con Mongabay Latam.

Fuente: eldeber.com.bo