La deuda de Macri: crecer en años pares y volver a creer

Necesitamos un acuerdo de precios y de salarios, la promoción al turismo, el aliento a las inversiones y la protección al trabajo argentino.

Mauricio Macri y el desafío de crecer. AFP PHOTO / Diana SANCHEZ
El 10 de diciembre de 2015, por primera vez en la historia democrática argentina, el ingeniero Mauricio Macri es elegido presidente a través de un ballotage. Su decisión fue la de gobernar sin acuerdos con otros sectores: “Gané solo, gobierno solo”.

Timbreo en Lujan. El presidente Mauricio Macri habló con los vecinos. Foto: Cambienmos

La economía del país venía en un zigzag donde, en los años pares, crecía el PBI y en los años impares (los de elecciones), subía. Así tuvimos, en el año 2015, un crecimiento de 2,7% y en el 2014 una caída de 2,5%.En la nueva gestión macrista, y a pesar de la promesa de crecer también en los años pares, los resultados fueron caída de la actividad en el año 2016, crecimiento del 2.9% en el 2017 y se prevé una caída del 1% para este año. El nivel de la economía será similar a la de 2015, pero con una fuerte caída en el PBI per cápita por el crecimiento de la población.En cuanto a la situación fiscal, el déficit llegaba en 2015 al 6% del PBI, de los cuales 5% era primario, fundamentalmente por los subsidios a las tarifas, y 1% restante por el pago de intereses.Durante el año 2017, el déficit fue también del 6% pero el ahorro provocado por los fuertes aumentos en las tarifas, que redujo el déficit primario al 3,8% del PBI, fue compensado por un alto incremento de la deuda pública, llevando el pago de los intereses al 2,2% del PBI. Es decir, el déficit total fue similar al de 2015.De esta manera, se prevé para este año un déficit primario de 2,8% y un déficit por pago de intereses del 2,6% del PBI.Este resultado significa un profundo ajuste recesivo, ya que se basa en una caída del 50% de la obra pública y un fuerte aumento de las tarifas; resultando una gran transferencia de ingresos de los sectores más populares al sector financiero, que también incluye el ajuste en las provincias y los salarios tanto del sector público como del privado.El valor del dólar al 10 de diciembre de 2015 era de $9,90, con cepo cambiario y un alto volumen de dólar futuro (u$s 17.000 millones) vendido por el BCRA, lo que le significó al país una pérdida de más de 5.000 millones de dólares y que, por la apertura inmediata del cepo, se fugaron provocando una devaluación del 40% trasladándose íntegramente a precios. En el año 2017 se dispuso un blanqueo de capitales que permitió ahorrar miles de millones de dólares a quienes tenían fondos y bienes en el exterior. Lamentablemente, no se repatriaron capitales: el 95% del monto blanqueado siguió fuera del país. La crisis de abril de 2018 significó una nueva gran devaluación llevando el piso del dólar a $28 y a la necesidad, por parte del Gobierno, de anunciar un acuerdo con el FMI.

Nicolás Dujovne, ministro de Hacienda, y Nicolás Caputo, actual presidente del Banco Central. Foto Clarín.

Cabe resaltar que la devaluación entre 2015 y 2018 alcanzó el 180 %; la tasa de interés que paga el BCRA por su enorme deuda en Lebacs es del 47% anual; los bancos cobran a las pymes y personas tasas de más del 100% anual, haciendo imposible la sustentabilidad de la actividad económica.La deuda pública que en diciembre de 2017 era de US$ 253.000 millones alcanzará, a fines de 2018, a más de US$ 400.000 millones, el 65% del PBI.El incremento de los precios al consumidor durante 2015 fue del 26 %, en el año 2016 alcanzó el 41%, reduciéndose al año siguiente al 24,8%. Pero se estima para este año que superará el 32%. Se observa que muy lejos estuvo el Gobierno de reducir la inflación y el promedio de los tres primeros años de la actual gestión estará en el orden del 33% anual. Esto significa que volverá a ubicarse entre las cinco más altas del mundo.Pero, entonces, ¿cómo recuperar los equilibrios macroeconómicos?A pesar de la recesión, nuestro país tiene muy buenas posibilidades en el campo, ya que el clima de este año permitirá una mejor producción para el ciclo 2018/2019; el desarrollo energético y las comunicaciones son otros sectores a tener en cuenta.Pero, si no protegemos el mercado interno en medio de la guerra comercial entre Estados Unidos y el resto del mundo, la balanza comercial -que ya suma un déficit de US$ 5.100 millones en el primer semestre y duplica al mismo período del año anterior-, será un obstáculo insalvable, lo mismo que la fuga de capitales que llega a US$ 16.000 millones en el mismo período, y el déficit en turismo, de US$ 5.000 millones.Para volver a crecer necesitamos un acuerdo de precios y salarios, la promoción de nuestras exportaciones, el fomento al turismo, el aliento a las inversiones y la protección del trabajo argentino.Todo esto sería posible si lográsemos superar la grieta, buscando un acuerdo político y social que incluya a partidos políticos, sindicatos, empresarios, iglesia y organizaciones sociales.Como reza el preámbulo de nuestra Constitución Nacional: “Construir la unión nacional”, que excluya a los corruptos y a los violentos.Aldo Pignanelli es economista y ex presidente del BCRA



Fuente: clarin.com