Una suricata dominante da a luz al 90% de los cachorros de su grupo. El dominio social les permite vivir 4,4 años de media frente a los 2,8 de sus subordinados
Esta semana, un grupo de científicos de la Universidad de Cambridge ha realizado un amplio estudio para comprender lo que sucede con los suricatos. Después de seguir a 3000 individuos en 100 grupos, los investigadores obtuvieron resultados aparentemente contradictorios. Por un lado, el estrés de mantener su estatus y criar a tantos pequeños había dejado huella en el ADN de los jefes. Sus telómeros, una parte de los cromosomas que protege al material genético de los daños de la vida y se considera un método eficaz para medir la edad biológica, perdieron un tercio de su longitud en solo 18 meses. Mientras, los de los secundarios del grupo se mantuvieron estables.
La explicación de las diferencias en la esperanza de vida la han encontrado Dominic Cram y sus colaboradores en la importancia de la protección del grupo para los suricatos. En un artículo que publican en Current Biology, muestran cómo los suricatos de segunda fila pasan periodos cada vez más largos alejados de su familia, de una media de seis días al año hasta un máximo de 35, mientras el macho y la hembra dominantes no suelen alejarse del grupo que sojuzgan más de dos horas anuales.
La vida dentro de un grupo de suricatos bajo la pareja dominante puede parecer horrible, pero los peligros que acechan fuera son peores. Sin el sistema de turnos de guardia frente a depredadores característico de esta especie, estos pequeños animales quedan a merced de águilas, azores o caracales, unos felinos tan hermosos y letales como los suricatos. Despojados de la vigilancia de sus congéneres, “bajar la guardia para cavar en busca de comida es demasiado arriesgado y muchos mueren de hambre por miedo a que los devoren”, afirma Cram. Si no sucumbe a otros animales, un suricato solitario siempre puede acabar asesinado por miembros de un grupo rival de su propia especie. No extraña que Timón acabase alejado de los suyos en una comunidad utópica junto a un facóquero como Pumba.
Fuente: elpais.com
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas