Vivienda en Bolivia: el difícil acceso a un hábitat de calidad y el mercado de tierras

En Bolivia el 62% de la población cuenta con una vivienda propia, mientras que el 14 por ciento vive en una vivienda alquilada.

La casa que está a medio construir, tiene un solo cuarto, el televisor y la cocina lado a lado frente a la cama, y en la familia son tres. Este es el retrato de miles de familias en Bolivia que aún no cuentan con una vivienda acorde a las necesidades habitacionales.



En el país el déficit cualitativo habitacional bordea el millón de viviendas, según el Ministerio de Obras Públicas y Vivienda. Para los expertos el fondo del problema se encuentra en el acceso ilegal a la tierra.

La coordinadora del Área Urbana del Centro de Documentación e Información Bolivia (Cedib), Escarley Torrico, explica que  se suman otros tres problemas en torno a la calidad habitacional: el acceso a servicios básicos, la precariedad de materiales de construcción y el hacinamiento.

Informalidad en el acceso al suelo

El elevado costo de la vivienda, en medio del constante desarrollo de las urbes y el movimiento de personas del campo a la ciudad, ha desencadenado un mercado para la compra informal, que agrava la situación de precariedad en la calidad habitacional.

“El metro cuadrado de suelo está muy por encima de las posibilidades de acceso de las familias en el mercado formal, hay algunos estudios que demuestran que Bolivia en relación al precio del metro cuadrado versus el salario mínimo, es demasiado inequitativa”, explica Torrico.

La forma más recurrente es la parcelación de suelo con vocación agraria para la venta como suelo rural.

El director nacional de la Agencia Estatal de Vivienda (AEV), Gonzalo Rodríguez,  concuerda en cuanto a los efectos de la comercialización ilegal de la tierra.

Rodríguez identificó éste como el mayor problema para reducir el déficit habitacional. “No podemos intervenir por más precaria, por más necesidad que tenga la familia, si no tiene regularizado su derecho propietario o nos demuestren que están en un terreno donde no hay conflicto”.

Aseguró que por estas falencias se tuvo que rechazar “bastantes” solicitudes de mejoras para las viviendas.

La estimación del déficit cualitativo de acuerdo a los datos del Censo del 2012 bordea las 440 mil casas, en  condición de hacinamiento, con cuarto de cocina inexiste y que puede ser recuperable. Pero adicionalmente hay 1,1 millones de viviendas que tienen carencia de servicios básicos.

La AEV registró por ejemplo en El Alto, miles de casos,- asegura Rodríguez-, que necesitan la intervención de la agencia  en la zona de Copacabana donde por cada terreno hay hasta tres y cuatro dueños, “hay un problema latente”, reconoce.

Mientras que en zonas donde se ha expandido la mancha urbana se encuentra con la carencia de planimetrías por lo que no se puede proceder.

“El control se dificulta porque no hay ninguna instancia que cruce los datos, el INRA realiza el saneamiento que se convierte en terreno urbano y el municipio tampoco tiene tuición de control”.

La necesidad de esta forma de loteamiento se evidencia cuando con el salario mínimo en dos mil bolivianos solo se pude acceder a entre dos y tres metros cuadrados de tierra.

Hacinamiento

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE)  en el 23% de los hogares de Bolivia habitan más de tres personas por dormitorio,  y un porcentaje similar ocupa un cuarto multiuso, datos que reflejan una situación de hacinamiento y la precariedad cualitativa de vivienda.

Si bien la cantidad de propietarios de vivienda, según el INE, alcanza el 63, 8%, ‘’tenemos una gran cantidad de propietarios pero que en líneas generales no tienen derechos”, asevera Torrico.

Una encuesta realizada por el Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) reveló que el 31% de las viviendas se encuentran en condiciones de hacinamiento, con más de dos personas por dormitorio.

De acuerdo al informe, el hacinamiento es crítico en municipios como el El Alto y El Torno (40%), Laja (47%), Palca (48%), Cotoca (50%) y Warnes (52%). En tanto en La Paz, Cochabamba, y Santa Cruz de la Sierra, se encuentran en 29, 23 y 30 por ciento respectivamente. En todos los casos prevalece en las familias de bajos ingresos.

“La gente lo que hace es agarrar un terrenito y construir un cuarto o dos para que viva toda la familia”.

Pero las consecuencias son aún mayores. El hacinamiento provoca problemas sociales como la violencia intraframiliar. “Porque lo que pasa es que hay muchos propietarios pero son los que tienen un terreno y un cuartito”.

Tenencia

En Bolivia el 62% de la población cuenta con una vivienda propia, mientras que el 14 por ciento vive en una vivienda alquilada.

Datos comparativos:

En el caso de Cochabamba el 2015 alcanzó un índice de 66,7% de viviendas propias.En Oruro el 2011 el índice de viviendas propias llegó a 70,9%.Mientras que en Potosí el valor más alto se registró el 2014 fue de 77,8 por ciento.En Tarija el 2011 y el 2014 se tenía un 66 por ciento de viviendas propias.En Santa Cruz el 2015 el índice se elevó a 62  por ciento.En Beni el 2011 el índice de familias con vivienda propia estaba en 71,6 por ciento.En Pando el 2015 se alcanzó un porcentaje de 76,6 por ciento de familias con vivienda propia.

Servicios Básicos

Hasta el 2017, en el área rural el 68,4% de la población no cuenta con una red de agua por cañería y menos del 50 por ciento del total accede a agua de una vertiente o un río.

De acuerdo a los datos del Centro de Planificación y Gestión de la Universidad Mayor de San Simón (Ceplag), en el país solo hay un millón de hogares que tienen buena disponibilidad de agua para consumo humano.

Santa Cruz  ocupa el primer lugar con un 37 por ciento del total. La ciudad de La Paz registra el 27 por ciento, mientras que El Alto el 22 por ciento. En cuarto puesto del eje del país se encuentra Cochabamba que concentra un 13 por ciento del total, con solo 88.575 hogares con agua apta para el consumo.

Mientras que respecto al sistema de alcantarillado menos del 50 por ciento (44) -según el INE-  accede a este servicio en todo el país.

“La familias pobres son las que más gastan en agua y en agua de mala calidad. La casita que se construye va a tener un cuartito y no va a tener baño, sistema sanitario, va a caminar grandes distancias, buscar para obtener agua”, explica Torrico.

Avances y retrocesos

El Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (Inesad), en su estudio denominado “El ABC del Desarrollo en Bolivia”, muestra que se ha reducido la brecha de acceso al agua potable en relación  con el promedio mundial.

La incidencia de falencia en el acceso  se concentra en  10 municipios entre los que están Cochabamba, Villa Tunari, El Alto, La Paz, Riberalta y Sacaba.

En cuanto al acceso a luz eléctrica en 1990 solo el 66 por cuento de la población contaba con este servicio. A pesar de que el índice ha mejorado, persiste una brecha entre campo y ciudad.

¿Qué pasa con los créditos de vivienda?

De acuerdo a un reporte del Ministerio de Economía y Finanzas  de junio pasado, desde mayo del 2014 hasta la fecha 58.534 familias accedieron a los créditos de Vivienda de Interés Social.

De estos préstamos el 51% se destinó a la compra de una casa, el 20% para acceder a un departamento, el 16 para la construcción y solo el 13% restante para refacción, remodelación o compra de un terreno.

Terrazas manifiesta que el salario mínimo que se exige es uno de los factores para que muchas familias no puedan acceder a estos créditos.

Situación  que se evidenció en la venta del condominio La Tamborada en Villa Suramericana donde cada departamento cuesta 51.500 dólares, como base que no están acorde a la capacidad de pago de las familias y su ingreso económico, “por lo que no va a ser vivienda social”.

Para Terrazas, la posibilidad de pago no debería sobrepasar los cinco años. «No basta con abrir las puertas del Banco. Muchas familias se quedan con la frustración de no poder acceder a una vivienda».

Plan de vivienda

De acuerdo a los datos de la Agencia Estatal de Vivienda AEV, en el primer programa de vivienda social (PVS)  se construyeron 53.227  desde el 2006 hasta el 2011.

Posteriormente en la ejecución de viviendas por emergencia vigente por dos años logró poco más de mil viviendas construidas.

Ya en la  constitución de la AEV se construyeron 73.834 viviendas hasta el 31 de diciembre, todo esto con el fin de reducir el déficit habitacional, explica Rodríguez..

Para Torrico esta tarea se trata de una política muy “clientelar” que ha beneficiado a zonas rurales y afines al Gobierno, “en nuestro caso no es tanto construir vivienda nueva, una gran parte de esos fondos debería ir para mejorar la calidad y la integración urbana”.

Subsidio a la demanda y no a la oferta

Escarley Torrico

Lo que está haciendo el fondo de vivienda es subsidiar la oferta.

 Los programas de vivienda tienen que ser de mejoramiento. Los que estamos haciendo es a la inversa, los fondos en vez de ir a lo que necesita la gente van a  apoyar el sector de la construcción. No se está ayudando al que demanda una vivienda.

Los fondos se han sujetado de manera muy centralizada, y no han hecho programas de vivienda de manera concentrada con los municipios y prefecturas, que tienen control sobre las áreas urbanas. No existe la relación.

 

Vivienda en Bolivia: el difícil acceso a un hábitat de calidad y el mercado de tierras

La vivienda digna es una consigna contemplada en la Constitución Política del Estado, que según los expertos aún necesita la intervención del Gobierno en la regulación del uso de los suelos y en la planificación urbana.

Si bien la  postal de la vivienda de Bolivia ha cambiado frente a los años, desde el adobe y la paja que era uno de los principales materiales para la construcción al cemento y la calamina que hoy preponderan, el hábitat para los Bolivianos todavía debe superar una gran brecha que la separa de la calidad.

Los Tiempos / Jessica Vargas