Entrenan clubes en algunos casos y dirigen sus propias escuelas en otros, para de esa manera devolver lo mucho que aprendieron.
Hace apenas pocos años brillaron con luz propia, fueron “estrellas” en los equipos que jugaron, de aquellos que ya casi no existen, referentes y que por la vocación que sintieron en su etapa de jugador, decidieron seguir ligado al fútbol volcando ese gran bagaje de experiencia acumulada durante tantos años, en los niños o la juventud que en el futuro puede que también sigan su camino.
Una escuela, un club o ambas cosas, es en las que ya llevan trabajando muchos de ellos no solo en Santa Cruz sino también en todo el país pero, en este caso, Maité Zamorano (que aún sigue jugando en el club Ita pero en la selección ya no porque le dijo adiós), Carlos Arias, notable portero de varios equipos del país y del exterior, Miguel Loayza, fantástico “diez” de Real Potosí y de otros equipos nacionales, Raúl Justiniano, uno de los mejores “seis” de Blooming de su historia y, Juan Manuel Peña, de los mejores defensores centrales de las selecciones nacionales que comenzó en Blooming y después brilló en un fútbol de alta competencia como el de España.
Ser DT. Desde muy joven, Maité Zamorano quiso ser entrenadora y, ese deseo comenzó a poner en práctica estudiando en el Insaf en Santa Cruz del cual ya egresó
Esos conocimientos ahora los traslada al club Rayo 3.000 de varones del Plan 3.000 que participa en los campeonatos de la ACF a los que entrena en las canchas de la Ciudad de la Alegría
Zamorano también entrena a las niñas del club Polanco.
«Trabajar con niños es muy importante porque ahí comienza la formación no solo como futbolista, sino también como persona, aunque muchos no lleguen a ser profesionales», indicó.
Por su lado Raúl Justiniano, que hace siete meses dirige al club Magisterio que participa en la 2da de Ascenso de la ACF, manifestó que «la idea es conducir a los niños, para que no se pierdan, para que aprendan desde corta edad los fundamentos básicos del fútbol, talento hay, existe en todos los rincones del país, pero hay que trabajar», indicó.
El club Magisterio entrena en la cancha Abaroa, cuenta con 33 jugadores, incluidos los arqueros.
En la misma línea se expresó Carlos Arias que, tiene a su cargo la escuela “Pollo Arias” ubicado en el km 9 al norte, con un año de funcionamiento, con niños desde los 5 a los 11 con más de 60.
«La idea es que ellos lleguen preparados a los 12 a 13 años, que sepan los fundamentos básicos, porque de a poco se tiene que ir quemando etapas», manifestó.
No es diferente el objetivo de Miguel Loayza, que decidió crear la Escuela “Dios es Crack” además de un club en la categoría Sub 15 que participa en los torneos de la ACF, que ambas funcionan en el barrio 18 de Marzo de la Villa Primero de Mayo y que cuenta con alrededor de 200 alumnos.
«El objetivo principal es ayudar a los niños y jóvenes y formar personas diferentes, deportistas diferentes, además del mejor complemento que es Dios y, si no van a ser futbolistas, ellos van a ser personas diferentes», explicó.
Otro objetivo. Algo distinto sucede con Juan Manuel Peña, aunque el objetivo es el mismo que, hace apenas seis meses fundó una Escuela o Academia de Fútbol, que se encuentra ubicada en la zona del Urubó.
Su Escuela de entre los 5 a 17 años, cuenta con alrededor de 20 alumnos que asisten en diferentes horarios y muy pronto se ampliará también a la rama femenina.
El mismo Peña es quien imparte las clases apoyado por un coordinador, además de dar también capacitación a profesores propios.
«Queremos dar una formación integral, un trabajo deportivo pensando en lo profesional, otro tipo de enseñanza, otra visión de lo que es fútbol», explicó.
No hay ayuda. En casi todos los casos, el funcionamiento es gestión de ellos mismos y poca o nada ayuda de la empresa privada o del Estado, llámese Gobierno nacional, departamental o Alcaldía, aunque en el caso de Magisterio de Raúl Justiniano, un directorio del barrio Abaroa, es quien realiza las gestiones para los gastos.
Respecto a Loayza, los entrenamientos los realiza en las canchas sintéticas del barrio 18 de Marzo en la Villa Primero de Mayo, que es una especie de ayuda indirecta.
Maité Zamorano ve entre una de las tantas carencias por las que atraviesa el fútbol, el que la dirigencia no se prepara, no planifica, no organiza y así es difícil avanzar.
«Esto no lo hago por lo económico y los gastos los enfrento yo solo, no tengo ayuda de nadie», finalizó diciendo Juan M. Peña.
Miguel Raúl Justiniano Abella
Carrera como jugador:
Su primer equipo fue 4 de Mayo en la ACF, luego pasó a Blooming en el que estuvo 12 años, Oriente Petrolero, Wilstermann, La Paz FC, Real Mamoré, Universitario de Sucre, Bolívar y Real América en el Nacional B. Fue llamado a las selecciones nacionales desde 1997 a 2002.
Maité Miozoti Zamorano
Su trayectoria futbolística:
Su primer club fue Oriente Petrolero en 1996, luego el club Enforma que desde hace algunos años pasó a llamarse Deportivo Ita.
Integró varias selecciones cruceñas en las que obtuvo el título, siendo la goleadora, Libertadores, Sudamericanos, en clubes y selecciones de Bolivia.
Miguel Osvaldo Loayza Tardío
Trayectoria futbolística:
Sus pasos iniciales fueron la Academia Tahuichi Aguilera, luego pasó por Bolívar, Real Potosí, en el que jugó por 10 años, Universitario de Sucre, San José y Blooming en Bolivia. Medio año en el Cobresal de Chile. Durante cinco años fue llamado a la selección mayor boliviana.
Juan Manuel Peña
Trayectoria de jugador:
Su inicio en el profesionalismo fue en Blooming en 1990, luego pasó al Santa Fe de Colombia hasta 96, Villarreal, Valladolid, Celta de Vigo en España hasta 2009 y DC United de Estados Unidos en 2010.
Participó en las selecciones nacionales absolutas desde 1991 hasta 2010.
Fuente: eldia.com.bo