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No hay un solo policía en Roboré. Las campanas de la iglesia en esa población han vuelto a repicar este martes convocando a reactivar las movilizaciones tras una jornada de tensión que acabó con al menos nueve detenidos y la quema de las oficinas de la Policía Boliviana, cuyos efectivos se replegaron a otra población, por seguridad.
El delegado del Defensor del Pueblo llegó hasta el lugar para mediar en el conflicto, pero el bloqueo fue reinstalado y ahora los movilizados condicionan el diálogo a la liberación de los detenidos.
La noche del lunes los pobladores arremetieron contra las instlaciones de la fuerza del orden tras la intervención al bloqueo cívico instalado en defensa de áreas protegidas que presuntamente el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) entregó a colonos pese a que se había comprometido a no hacerlo.
Así lo denunciaron cívicos que inclusive reclamaron que había un acuerdo que frenó una protesta anterior que fue desconocida.
Fuente: PAT, La Razón