Malas costumbres presidenciales

Richard Arispe Carrasco

El presidente Evo Morales, al momento de recibir su nuevo título de Doctor Honoris Causa en la Universidad San Carlos de Guatemala, admitió entre risas que ya no quiere dejar la residencia presidencial.

Dijo estar acostumbrado a la vida de primer mandatario y por ello no quiere dejar el cargo, “Ahora creo que me he acostumbrado mucho, creo que ya no quiero salir también, ese es el problema que tengo (sonrisa), todo a pedido del pueblo boliviano”, apuntó.



 

Bolivia ha tenido varios mandatarios que han sufrido de ese mal, el acostumbrarse al poder, a la vida ostentosa y despilfarros a manos llenas, como si la plata que administraran fuera de ellos y no del pueblo.

 

Al parecer el poder político hace que los mandatarios del país se olviden muy fácilmente del rosario de promesas y discursos que hacen en campaña y tras unos días en el Gobierno comienzan a vivir y trabajar para el partido y no para el país.

Debe ser difícil dejar el helicóptero, el Falcón 500, la billetera siempre llena, la seguridad que le brinda el penthouse de la Casa Grande del Pueblo, los grandes banquetes y las bebidas etiqueta azul. No olvidar la hetairas y geishas que le dan los placeres carnales que el dinero pueda pagar, No nos olvidemos de “Cara conocida” Zapata que fue pareja de Evo, porque el dinero es el mayor afrodisiaco, porque seguro que de dirigente cocalero jamás podría conquistar su atención.

Será imposible que Evo vuelva a la chompa a rayas, a las abarcas, al olor sudoroso, que vuelva a comer en los agachados de la esquina y que suba al transporte público. No, claro que no. Saldrá del gobierno como un nuevo millonario y empresario azul, que vivirá como los que dice odiar, los adinerados, los que hicieron ricos de la política. Evo saldrá a gozar del dinero que arrebató a los bolivianos, pero seguro no se quedará en el país para responder por su gobierno, lo esperan en Cuba.

 

Lastimosamente para Evo el tiempo no se detiene, pronto llegará el 2019 y el Primer Mandatario tendrá nomás que dejar el poder, los excesos y la lujuria. Tendrá que desacostumbrase a la buena y mala vida, tendrá que volver a ser mortal, porque así lo manda las leyes y la democracia.

Fuente: Facebook Richard Arispe Carrasco