En el establecimiento de salud de la sede de Gobierno hay cuatro quirófanos. Los médicos aseguran que pelean para ingresar a operar a los pequeños.
El hacinamiento por la falta de espacio y la carencia de profesionales son los principales problemas del Hospital del Niño de La Paz. Este establecimiento de salud abrió sus puertas para mostrar su realidad: un nosocomio que en el día es catalogado de tercer nivel, pero por la noche se convierte en uno de primer nivel.
“El hospital en el día es de tercer nivel porque pese a que tenemos carencias hay personal, pero en la noche se vuelve de primero porque sólo hay una enfermera para 30 o 40 niños”, dijo la enfermera de Control de Infecciones del nosocomio Celia Limachi.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
La responsable del Servicio de Ortopedia del nosocomio, Ross Deheza, explicó que, por ejemplo, en su sala “hay una enfermera por cada 10 a 12 niños, cuando la norma internacional indica que debe existir una profesional por cada tres niños”. “Triplicamos nuestro trabajo”, sostuvo.
Este medio visitó este nosocomio y observó que en casi todas las salas hay hacinamiento. En un espacio donde se deberían instalar cuatro camas, se instalaron ocho. “Las autoridades saben que entre cada cama debe haber por lo menos un metro de distancia, pero lamentablemente en el hospital algunos niños deben compartir la mesa de noche”, dijo.
En el área de Traumatología, el especialista del área Cristhian Fuentes aseguró que la situación es crítica para su unidad. “Los niños no tienen privacidad. Esta es nuestra realidad”, dijo.
Acotó que en esas condiciones no es posible que se implemente el Seguro Único de Salud (SUS), proyecto anunciado por el Gobierno desde hace dos meses. “Nosotros. Como cualquier ciudadano, estamos de acuerdo que se implemente el SUS, pero no de forma improvisada”, comentó.
Fuentes añadió que es tan crítica la situación en el hospital de 160 camas que sólo se cuenta con cuatro quirófanos. “Tenemos que pelear por un quirófano y aunque hay voluntad de realizar las operaciones, no hay el espacio para introducir un paciente”, dijo.
El médico dijo que antes se mostró un taladro artesanal que se usa en el traumatología en el Hospital de Clínicas. “Aquí pasa lo mismo, es algo que vivimos todos”.
La cardióloga Ericka Pérez dijo que los profesionales del Programa de Cardiología se encuentran “bien preocupados” debido a que hay escasez de todo. “No tenemos una sala para internar a los pacientes. Estamos como alojados en cirugía, donde nos prestan dos camas, pero tenemos entre nueve a 10 pacientes internados”, dijo.
Aseguró que cada día se debería operar a un paciente, pero lamentablemente sólo se logra una cirugía por semana. “Es que tenemos que pelear el quirófano”.
Pérez resaltó que tiene nueve salas de quirófano, cuando deberían tener el triple para la cantidad de niños que atienden de La Paz y El Alto. “Ese es otro problema, si no hay terapia tampoco se puede operar”.
Limachi comentó que debido a la falta de personal, al hacinamiento y a la falta de recursos no se cumplen los protocolos para luchar contra los gérmenes en el nosocomio y con eso se corre el riesgo de contraer infecciones intrahospitalarias. “Los gérmenes son contagiosos y nosotros no cumplimos los protocolos, aunque intentamos hacerlo. No los cumplimos porque estamos con poco personal, falta de recursos y de espacio”, dijo.
“Para que se cumplan las condiciones debemos lavarnos las manos, pero como hay poco personal apenas alcanzan para atender a los pacientes. Falta tiempo. Además el espacio es muy pequeño y los niños están hacinados. Por último, usamos los antisépticos de nivel intermedio y no de alto nivel, como sugieren las normas internacionales. Eso porque no hay recursos económicos”, puntualizó Limachi.
En el nosocomio también se observó colchones remendados, una puerta a punto de caerse porque se encuentra ya muy vieja y un techo que recientemente fue cubierto con un retazo de madera ya que hace cuatro semanas se desplomó producto de las viejas cañerías de alcantarillado.
“Este espacio se inundó con aguas servidas porque arriba hay un baño, pero este espacio -a pocos pasos de terapia intensiva- se cerró (por las malas condiciones)”, concluyó Limachi.
Página Siete / Verónica Zapana S. / La Paz