Leonilda, la mamá, dio parte de su hígado y la niña de dos años ha respondido muy bien. La Nochebuena encontró a la familia en medio de muchas carencias Leonilda Ventura (38) luce con orgullo la cicatriz del lado derecho de su cuello. Su séptima hija ya tiene dos años y ha reaccionado favorablemente al trasplante de hígado. La cicatriz de la madre se debe a la extracción de un pedazo de vena que le retiraron para ayudar en la circulación de la sangre de la pequeña. En su corto, recorrido por la vida, Miriam atravesó por sesiones de quimioterapia y un trasplante que demandó de mucha solidaridad para hacer posible una segunda oportunidad de vida.Esta Navidad la familia no tuvo decoración propicia, pero sí lo que más anhelaron: a la pequeña viva y sanita.El hogar disgregado que fue antes porque cada quien se salía a la calle a buscarle a la vida, mientras los menores se quedaban en la casa, jugando con tierra y sirviéndose la comida fría de todo el día, se volvió a unir, el pegamento que los juntó fue Miriam, por ella se mantuvieron reunidos para enfrentar la angustia de la enfermedad y ahora vivieron su primera Nochebuena con buenas noticias.Mucha solidaridadLa cirugía se realizó el 3 de mayo. La donante fue la propia Leonilda. La solidaridad de voluntarios que se movieron por todos lados permitió reunir unos $us 15.000 y todavía la colaboran con los medicamentos que aún requiere Miriam.La quimioterapia que recibió antes y después del trasplante la ha dejado sin cabellito, pero eso es lo de menos, es un precio pequeño con tal de ver a la niña sana. Su fisonomía y sus ánimos son otros, para alegría de la familia y de los vecinos, que acudieron en gran número a verla después de la cirugía, ninguno de ellos fue indiferente a la batalla de los Terrazas Ventura y ayudó con lo que pudo.La Navidad del año pasado transcurrió dentro de las paredes del Oncológico. Pero esta vez fue todo felicidad.La niña está con ellos y que “el Señor se las preste un tiempo más para verla caminar, jugar y crecer”, es todo lo que quieren por regalo. Su casita tiene piso de tierra, duermen bajo el techo de un espacio de 3×3 metros. Solo Dios sabe cómo le hacen para entrar todos.La mejor Navidad“Solo le pido a Dios no volver a caer en la situación del año pasado, no se lo deseo a nadie. Es inexplicable lo que siento ahora, es un descanso grande después de tanto tropiezo, una madre no tiene vida de ver un hijo tirado en cama. Fue muy triste para mí y mi familia, pero eso ya se acabó”, celebra Leonilda rodeada por sus hijos, Ana Paola, Brigit, Joel Alejandro, los gemelos Juan José y Juan Jesús, José Junior y Miriam.Lo importante es que la madre tiene a todos sus hijos con ella. Entre todos cuidan de Miriam y están pendientes de sus medicamentos. “Todo me puede faltar, pero tener a mi lado a mi hija es el mejor regalo”.Fuente: eldeber.com.bo