Se convirtió en una estrella a los 14 años. Antes de los 20 ya era otro de los juguetes rotos de Hollywood.

Has visto lo que ha hecho la cochina de tu hija? Si se lee fuera de contexto, esta frase puede resultar incluso ligeramente cómica, pero cuando se reconoce su origen es imposible no sentir un escalofrío. Quien habla así es el mismo Satán, pero esas palabras procaces brotan de la boca de una niña inocente cuya cabeza acaba de girar 360 grados.
La secuencia, por supuesto, pertenece a El exorcista un clásico inmarcesible del cine de terror, que más de 45 años después, sigue resultando aterrador. Y su protagonista es y será siempre “la niña de El exorcista”. Pocas personas se refieren a ella por el nombre de su personaje, Regan MacNeil, tampoco es habitual usar su nombre real: Linda Blair, una actriz que hoy figura en la interminable lista de juguetes rotos de Hollywood, pero que un día fue una joven promesa con todo el futuro por delante. Al menos antes de que los escándalos sexuales, la droga y los desnudos inoportunos llegasen a su vida.
La adaptación de la novela de William Peter Blatty, un best seller que sólo en su primer año vendió más de 10 millones de copias y se mantuvo en la lista de best sellers de The New York Times durante doce meses, fue un acontecimiento y para su papel protagonista probaron a más de seiscientas niñas, entre ellas Laura Dern y Melanie Griffith. Otra hija de actores, Jamie Lee Curtis era la deseada por los productores, pero su madre, Janet Leigh, consideró que era demasiado joven. Otra madre, sin embargo, pensaba que su hija era perfecta para interpretar a la atormentada Regan y a pesar de que la agencia que la representaba no la incluyó entre el grupo que llevó al casting decidió que irían por su cuenta. Una buena decisión. O no. El director, William Friedkin se prendó de su sonrisa y Blair acabó siendo la elegida.El rodaje se prolongó durante siete meses y fue durísimo, tanto Linda como Ellen Burstyn, su madre en la ficción, sufrieron pequeños accidentes. Los efectos especiales eran rudimentarios y Friedkin muy perfeccionista, una mala combinación. Burstyn todavía sufre dolor por la lesión en el coxis cuando fue lanzada contra la pared por su demoniaca hija y esta recibió varios golpes contra el cabecero de la cama; la mayoría de sus gritos en la película son fruto de un dolor real. Como también era real el vaho que emergía de sus bocas en la secuencia del exorcismo, la habitación estaba refrigerada.Pero aquel esfuerzo mereció la pena, la película fue un éxito que recaudó más de 400 millones de dólares de todo el mundo. Se convirtió en un fenómeno sociológico, la película que había que ver; el boca a boca hablaba de la historia más terrorífica que jamás se había rodado, la gente abandonaba las salas despavorida, otros vomitaban, otros se desmayaban. En 1984, Ellen Burstyn contó en Good Morning America que en un descanso del rodaje de Alicia ya no vive aquí había visto la película en un pequeño cine de Tucson y durante la proyección vio cómo una mujer se desmayaba el pasillo. No era una argucia publicitaria, la gente enfermaba realmente al verla.

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Para tratar de dar un nuevo impulso a su trayectoria profesional y mostrar su orgullo por su físico posó desnuda en Playboy, pero su carrera estaba muerta, al menos en lo que respectaba a los grandes papeles, porque Linda seguía participando en producciones de serie B, series de televisión y, demostrando un gran sentido del humor, incluso protagonizó junto a Leslie Nielsen Re-poseída, la parodia de su gran éxito.
Sabiendo que no volverían los días en los que la fama dictaba su día a día decidió dedicarse a su verdadera pasión: los animales. En su infancia muchas niñas sueñan con ser estrellas, pero las niñas estrellas tienen otros sueños y el de Linda era ser veterinaria y vivir rodeada de animales. Por ello invirtió todos sus ahorros en la Linda Blair WorldHeart Foundation, una organización sin ánimo de lucro dedicada a rescatar y rehabilitar a los animales abandonados. También ha escrito un libro sobre alimentación vegana y ha creado su propia línea de ropa.

Fuente: revistavanityfair.es