¿Es bueno el déficit financiero en las familias?

Grover Ivan Tapia Alcazar 

En la opinión titulada ¿Con que se financia el déficit fiscal del 2019?, el señor Carlos Schlink manifiesta que el Presupuesto General del Estado contempla un déficit, debido a que el gobierno no tiene la cantidad de recursos suficientes para cubrir sus obligaciones y tendrá que seguir aumentando la deuda interna y externa.

Al igual que el señor Carlos, muchos opinadores cuestionan el resultado fiscal, sin explicar su composición, estas opiniones incompletas y sesgadas tienen la finalidad de desinformar a la población boliviana. En este sentido, me permito realizar las siguientes aclaraciones.



Para este propósito, tomemos como ejemplo a una familia joven, que tiene varias necesidades, las fundamentales deben ser cubiertas de forma inmediata (alimentación, vestimenta y servicios básicos), al ser una pareja joven, adicionalmente deberán pagar un alquiler por la vivienda que utiliza.

 Supongamos que el total de su gasto asciende a un monto hipotético de 2.000 bolivianos, que deben ser cubiertos con sus ingresos propios que ascienden a 3.000 bolivianos. Por tanto,  luego de cubrir su gasto, tendrá un saldo de 1.000 bolivianos, importe que representa un superávit de la familia (ahorro), que podrá ser utilizado en el futuro para afrontar eventos imprevistos. Para los opinadores, esta familia administra bien sus recursos, solo por el hecho de tener ingresos superiores a sus gastos (superávit), es la idea equivocada que nos venden, su análisis es estático y de corto plazo, no tienen visión de futuro para mejorar y desarrollar el país. Afortunadamente, las familias bolivianas se comportan más racionalmente que muchos opinadores, tienen deseos y planes a futuro, como adquirir una casa propia, un vehículo, entre otras cosas. Con el nivel de ahorro hipotético de 1.000 bolivianos (ingresos menos sus gastos), tendrían que pasar muchos años para acumular recursos que les permita compra una vivienda digna. Una decisión inteligente es endeudarse para comprar un terreno y empezar a construir su casa (las políticas implementadas por el gobierno nacional, brindan muchas facilidades para acceder al crédito de vivienda de interés social, a tasas muy bajas). Con la deuda, la familia contará con recursos para la construcción de su vivienda propia. Por tanto la deuda se traduce en una inversión que se ejecutara en uno o dos años. Supongamos que mensualmente se destina 2.500 bolivianos para la construcción, sumado a los gastos recurrentes (2.000 bolivianos) la erogación total ascendería a 4.500 bolivianos, como su ingreso se mantuvo inalterado en 3.000 bolivianos, ahora tendrá un déficit de 1.500 bolivianos, originado por una inversión, ¿Cómo se financió este déficit?, recordemos que la familia ahorro y parte de este dinero fue usado para la construcción, y la otra parte con la deuda que adquirió. Ahora surgen las interrogantes, ¿Es malo el déficit de esta familia?  ¿Administra mal sus recursos? ¿La deuda perjudica su desarrollo? Los opinadores que defienden el libre mercado (neoliberales), con todas su fuerzas y falsos argumento trataran de convencernos que esta familia está en crisis, por el hecho de gastar parte de sus ahorros, haberse endeudado y tener un déficit, por ende dirán que es un mal administrador de recursos, su visión se limita al corto plazo, no les interesa el bienestar que puede generar la inversión. En realidad, esta familia tiene una visión futurista de desarrollo, administró de forma eficiente sus recursos y su déficit es muy saludable, debido a que tomo la decisión inteligente de endeudarse e invertir en la construcción de su vivienda, sueño que era imposible de cumplir con sus propios ahorros. Luego del periodo de inversión la familia dejara de pagar alquiler y ahorrara, asimismo, podrá rentar su casa y de esta forma tener nuevos ingresos, todo esto debido a la decisión inteligente de invertir. 

La administración económica de una familia, es similar al del país. En los últimos trece años (2006-2018), Bolivia registró en promedio un superávit fiscal corriente superior al 11% del PIB, esto significa que tiene gran capacidad para generar ingresos corrientes derivados de la recaudación tributaria, venta de bienes y servicios, entre los más importantes. Los ingresos corrientes fueron muy superiores a los gastos corrientes, en este sentido, Bolivia tuvo mucha facilidad para cumplir con sus obligaciones de corto plazo.

Actualmente, Bolivia tiene un crecimiento económico sostenido y reconocido por organismos internacionales, es un país que viene liderando el crecimiento de la región, asimismo, es mencionado como ejemplo de una buena administración de las finanzas públicas. Estos logros son el resultado de la implementación del Modelo Económico Social Comunitario Productivo, que tiene como uno de sus pilares fundamentales la inversión en sectores estratégicos de la economía.

 En este sentido, la inversión pública es un componente estratégico para el desarrollo económico y una prioridad del gobierno de Bolivia, en esta línea, el importe invertido en la gestión 2018 ascendió a 5.106 millones de dólares (más de 8 veces que el 2005), muy por encima al importe de 629 millones de dólares registrado el año 2005. 

La agresiva inversión pública en sectores estratégicos como el de hidrocarburos, electricidad, entre otros, es una política de estado orientado a desarrollar y fortalecer el aparato productivo nacional. Su financiamiento es con recursos originado por el superávit corriente, sin embargo, cuando un país realizar inversiones fuertes como Bolivia, estos son insuficientes, por lo cual debe usar ahorros de gestiones anteriores o recurrir al endeudamiento, esto implica un mayor gasto con la misma cantidad de ingresos, dando como resultado un déficit global promedio del 1,3% del PIB en los últimos 13 años (2006-2018), originado por una mayor inversión pública.

 

Las inversiones estratégicas y de gran envergadura están orientadas a industrializar al país,  tienen un periodo de maduración, a partir del cual empezara a generar ingresos nuevos, como es el caso de la anunciada exportación de electricidad por parte de la Empresa Nacional de Electricidad-ENDE, la exportación de UREA por parte de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos-YPFB, entre las más importantes,  que a la larga son fuentes que aportaran al país y revertirán gradualmente el déficit fiscal global.

 Es este contexto, el déficit global de Bolivia es saludable, porque esta explicada en su totalidad por la inversión, y la misma se traducirá en mayores ingresos para el país, estabilidad económica, desarrollo económico y erradicación de la extrema pobreza.Grover Ivan Tapia Alcazar es economista