La obra de Alfonso Cuarón consigue diez galardones de la Academia mexicana, en una gala marcada por la política y la solidaridad femenina
Los Ariel dejaron Bellas Artes, el icónico palacio art déco en el centro de la ciudad, que había sido el hogar de los premios durante varios años. Atrás quedó la época del mármol blanco y las cortinas aterciopeladas, que hoy parecen solo al alcance oscuras iglesias evangelistas. Los cineastas y la Academia se vieron obligados a mudarse al sur de la capital, a la Cineteca Nacional. Las butacas de sus 10 salas de cines parecen más adecuadas para los premios en los tiempos de austeridad marcados por la autodenominada Cuarta Transformación del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Un ambiente de temor se respiró entre quienes conforman una industria que el año pasado creció al 7,6%, casi cuatro veces más que la economía mexicana. El fantasma de los recortes que el Gobierno ha aplicado a la burocracia, la ciencia y la academia, entre otros varios sectores, sobrevoló la ceremonia. El tema estuvo presente desde el primer discurso de la noche, cuando Benny Emmanuel recogió el premio de revelación actoral por De la infancia. Pero fue el presidente de la Academia, el director Ernesto Contreras, quien más claramente condensó la preocupación de un sector que produjo 186 filmes el año pasado. “Vemos con preocupación los drásticos recortes. La cultura no es un gasto, no es un adorno, ni un bien prescindible, un ahorro. Es una inversión a largo plazo. Los creadores no somos el enemigo”, dijo Contreras ante los aplausos de los presentes.
Hacia el final de la gala, la Academia sacó la artillería pesada para enfilarla en dirección a la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, presente en la sala 1. Arturo Ripstein, uno de los más importantes cineastas del país antes de los Del Toro, Cuarón e Iñárritu, defendió los apoyos que recibe la industria del Estado. “El mecenazgo no es una dádiva generosa, no es una limosna. Los que hacemos cine, o intentamos hacer poesía, debemos sumisamente aceptarla. Es un deber del Estado. Así debe entenderlo la sociedad y el Gobierno. Le hemos dado rostro a nuestro mundo y a nuestros contemporáneos”, dijo Ripstein antes de entregar los Ariel a mejor dirección y película, ambos para Cuarón.
Reivindicación femenina y feminista
Parece increíble, pero tuvo que llegar la agitación femenina de los últimos años para que fuera reconocida una de las más destacadas guionistas del cine mexicano. Paz Alicia Garciadiego nunca había recibido un Ariel a pesar de ser una referencia en la industria con más de 17 guiones filmados, 15 de ellos dirigidos por su pareja, Ripstein. “Los guionistas somos aparentemente, la mano de obra prescindible y reemplazable a pesar de que sacamos la historia de la nada, le damos cara y sentido tenemos el triste mandato del olvido”, dijo la recipiente de uno de los tres Ariel de oro, entregados a las trayectorias. Los otros dos fueron para el actor Héctor Bonilla y el sonidista argentino Nerio Barbieris.
Antes de la gala, el desfile sobre la alfombra roja se convirtió en el primer acto de protesta de la cita. Actrices, guionistas, productoras y directoras mostraron pañuelos rojos con una mano derecha poniendo un alto. Es el nacimiento de Ya es hora, «una comunidad de mujeres para mujeres de la industria», como lo definió Paula Amor, una de sus creadoras. Algunas de las integrantes de este movimiento leyeron un comunicado firmado por más de 50 mujeres del mundo del cine mexicano. En él defienden tres ideas centrales: tolerancia cero a la violencia de género, paridad laboral y más historias con perspectiva de género. La campaña ha nacido bajo el lema #YaEsHora y cuenta con presencia en redes sociales de Twitter y con una página web, yaeshoramx.org, donde se invita a seguir creciendo y sumarse a un directorio de profesionales del cine y la televisión.
Tras el impulso del movimiento Metoo mexicano, que hace tres meses sacudió distintos sectores culturales, comenzaron las reuniones acotadas al mundo audiovisual. “Queremos transformar la industria siendo agentes activos, cambiar esta cultura que nos precariza y nos desacredita”, apuntaba poco antes de la gala la directora Alejandra Márquez, una de las firmantes del comunicado y nominadas en la noche en la categoría de Dirección. Ella no triunfó en los Ariel, pero el movimiento al que pertenece puede convertirse en una victoria para todas las mujeres del cine mexicano.
LOS GANADORES
Fuente: elpais.com