Qué hay detrás de los mensajes de Telegram que forzaron la renuncia del gobernador de Puerto Rico

Ricardo Rosselló llevaba dos años y medio al frente de la isla y aspiraba a la reelección, pero sus planes se frustraron por la difusión de chats misóginos y homofóbicos, que desataron una inédita ola de protestas y resultaron el catalizador perfecto de un malestar que se venía acumulando desde hacía tiempo

 

Ricardo Rosselló, el gobernador que tuvo que renunciar tras la difusión de un escandaloso chat de Telegram

Ricardo Rosselló, el gobernador que tuvo que renunciar tras la difusión de un escandaloso chat de Telegram

Si al video que difundió Ricardo Rosselló el miércoles por la noche se le extrajeran los segundos en los que dice que renunciará «al puesto de gobernador el viernes 2 de agosto a las 5 de la tarde», la reacción social podría haber sido explosiva.

A lo largo de casi 14 minutos, se dedicó a exaltar los presuntos logros de su gestión, sin atisbo de autocrítica ni de arrepentimiento. Hasta se jactó de «honrar a la Constitución» con sus acciones. Pareció el discurso de un político que va en busca de la reelección, no el de alguien cuyo principal mérito es haber convencido a casi todo el mundo de que debía irse.



Fueron 11 días de máxima tensión política, en los que cientos de miles de puertorriqueños se movilizaron incansablemente, como no se había visto en la historia reciente de la isla. La chispa se encendió el sábado 13 de julio, cuando el Centro de Periodismo Investigativo publicó las 889 páginas de un escandaloso chat de Telegram, en el que el gobernador y 11 colaboradores prodigaron insultos y comentarios homofóbicos contra rivales y distintas personalidades.

En los intercambios filtrados, Rosselló pidió «caerle encima a esta puta», en relación a Melissa Mark-Viverito, vicepresidenta del Latino Project. En referencia a Carmen Yulín Cruz, alcaldesa de San Juan, dijo: «¿La comandanta dejó de tomar sus medicamentos? Es eso o es tremenda HP». «Estoy salivando para caerle a tiros», afirmó el integrante más brutal del grupo, Christian Sobrino, que era director ejecutivo de la Autoridad de Asesoría Financiera y Agencia Fiscal.

«¿No tenemos algún cadáver para alimentar a nuestros cuervos?», se preguntó también Sobrino, aludiendo a los más de 3.000 muertos que dejó el huracán María en 2017. Y fue él quien dio el pie para que las máximas estrellas de la música boricua se pusieran al frente de las manifestaciones contra el gobierno: «Ricky Martin es tan machista que se folla hombres porque las mujeres no dan la talla. Puro patriarcado», escribió en otro mensaje.

«El chat es una mirada íntima a la conversación del gobernador con sus asesores, en la que se revelan comentarios que son excluyentes y discriminatorios. No se salva nadie de un discurso en donde los pobres, los homosexuales, los adversarios políticos son objeto de burlas y amenazas inexcusables. Además, muestra que los asuntos confidenciales de gobierno se estaban discutiendo con contratistas privados y personas allegadas a la campaña de reelección. Confirmó que se trata de un gobernador elitista e insensible a las necesidades del pueblo, que perdió toda su legitimidad democrática», dijo a Infobae José Javier Colón, profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Puerto Rico.

La crisis escaló de inmediato. Desde el lunes 15 las calles de San Juan empezaron a poblarse de personas indignadas ante las revelaciones, reclamando la salida de Rosselló. Ricky Martin, Bad Bunny, René Pérez (Residente), Daddy Yankee, Benicio del Toro y otros reconocidos artistas se mezclaron entre los manifestantes, dándole al movimiento repercusión a escala global.

«Lo particular de estas protestas es la pluralidad de grupos sociales que se han unido. En estos últimos días hemos visto reclamar espacios a sectores que han sido históricamente marginados tanto por la derecha como por la izquierda. Es decir, se ha creado un movimiento intersectorial que incluye a personas que habitan múltiples identidades y que vienen de diferentes sectores sociales, desde los más excluidos hasta los más pudientes», explicó Jorell A. Meléndez-Badillo, catedrático en historia de América Latina y el Caribe del Dartmouth College de New Hampshire, consultado por Infobae.

El gobernador, que asumió el 2 de enero de 2017, trató de sobrevivir despidiendo al resto de los funcionarios. Una decisión insólita, porque él era tan partícipe como ellos de los diálogos, de modo que se quedaba sin argumentos para continuar en el cargo. Luego dio un paso más y anticipó que desistía de la reelección. Pero tampoco alcanzó.

El chat de Telegram validó las sospechas de muchas personas. Fue la gota que colmó la copa de las políticas de austeridad, de reducción de beneficios a retirados y empleados públicos, y de despidos masivos

«Ningún segmento de la población se salvó de algún tipo de ataque. Los comentarios con sorna estuvieron dirigidos a la oposición, a miembros de su propio partido, a la comunidad gay, lésbica y transgénero. También se mofaron de los pobres, en particular los que perdieron sus techos y no han podido reconstruirlos, y de los cadáveres de las víctimas del huracán. Por otro lado, el chat reveló cómo se concertaba una política pública que favorecía económicamente a ciertos allegados al gobierno, y cómo se usaban los medios del Estado para beneficiar a periodistas amigos, o para amedrentar a figuras políticas», sostuvo Carlos A. Suárez, profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Florida, en diálogo con Infobae.

La esperada dimisión de Rosselló abrió las discusiones sobre la sucesión. El secretario de Estado de Puerto Rico, que oficia de vicegobernador, es el primer funcionario en la línea de sucesión, pero está vacante porque Luis Gerardo Rivera Marín, que formaba parte del chat, renunció el mismo 13 de julio.

 

Captura de algunos de los mensajes de Telegram filtrados

Captura de algunos de los mensajes de Telegram filtrados

Entonces, según lo establecido por la Constitución, le correspondería asumir a Wanda Vázquez, secretaria de Justicia. Jurará el viernes a la tarde, a menos de que el gobernador nombre a un secretario de Estado en los próximos días. Tiene la potestad de hacerlo, pero difícilmente lo haga. Quedó vaciado de legitimidad.

Sería un desenlace interesante para este conflicto que una mujer termine reemplazando a un hombre obligado a renunciar —entre otros motivos— por la exposición de su misoginia. Pero difícilmente la crisis pueda superarse en los próximos días o meses. Las protestas son un emergente de un descontento muy profundo, que va mucho más allá de Rosselló.

 

Manifestantes cantan y ondean banderas puertorriqueñas durante las continuas protestas que pedían la renuncia del gobernador Ricardo Rosselló en San Juan (REUTERS/Marco Bello)

Manifestantes cantan y ondean banderas puertorriqueñas durante las continuas protestas que pedían la renuncia del gobernador Ricardo Rosselló en San Juan (REUTERS/Marco Bello)

Detrás del chat

Puerto Rico está en recesión desde hace 14 años y atraviesa una crisis económica que pocos países han vivido en las últimas décadas. Según datos del Fondo Monetario Internacional, el último año en el que la economía creció fue 2004, cuando el PIB se expandió 2 por ciento. Lo preocupante es que las proyecciones muestran que la depresión continuará, por lo menos, durante el próximo lustro.

La isla está bajo control estadounidense desde 1898. En 1952 aprobó su primera Constitución y pasó a ser un «estado libre asociado». Un híbrido que le permite elegir gobernador y darse sus propias reglas a nivel local, pero lo obliga a someterse a las leyes federales de Estados Unidos, y a lo que resuelva el Congreso, sin tener ninguna incidencia en esos ámbitos. Los ciudadanos no votan al presidente ni a los congresistas, y apenas tienen una delegada parlamentaria, que es designada por el gobernador.

 

La gente toma la carretera Las Américas en San Juan, Puerto Rico, el 22 de julio de 2019, el día 9 de protestas que exigían la renuncia del gobernador Ricardo Rosselló (Foto de eric rojas / AFP)

La gente toma la carretera Las Américas en San Juan, Puerto Rico, el 22 de julio de 2019, el día 9 de protestas que exigían la renuncia del gobernador Ricardo Rosselló (Foto de eric rojas / AFP)

Rosselló asumió con la intención de impulsar la incorporación definitiva a Estados Unidos como el estado número 51, pero no pudo avanzar demasiado. Washington no tiene ningún interés en que eso ocurra, y la propuesta divide a los puertorriqueños. El gobernador saliente impulsó un referéndum en junio de 2017, en la que el 97% se manifestó a favor de la integración plena, pero gracias a una campaña de boicot de quienes se oponían, participó apenas el 23% del padrón electoral.

Si la isla ya venía en una pendiente, la crisis fiscal y crediticia de 2016 profundizó los problemas. El Congreso estadounidense aprobó en 2016 la ley PROMESA, por Puerto Rico Oversight, Management, and Economic Stability Act (Ley de Supervisión, Administración y Estabilidad Económica de Puerto Rico), que pretendió ayudar al gobierno en la reestructuración de la deuda y en el financiamiento de obras de infraestructura. Sin embargo, implicó la creación de la Junta de Supervisión y Administración Financiera, un órgano federal que recortó aún más su autonomía y se volvió blanco de las críticas de los ciudadanos.

La renuncia de Rosselló no será el fin de este movimiento. Se logró la potencialidad de pensar en otros futuros posibles. No sabemos cómo se materializarán, pero sí que no se podrá volver a lo que había

«El chat de Telegram validó las sospechas de muchas personas —dijo Suárez—. Fue la gota que colmó la copa de las políticas de austeridad, de reducción de beneficios a retirados y empleados públicos, y de despidos masivos durante la gobernación de Luis Fortuño (2008 — 2012). La recesión no ha podido ser atajada por las dos fuerzas que han llegado al poder, que son el oficialista Partido Nuevo Progresista y el opositor Partido Popular Democrático. A esto se suma la imposición de la Junta de Control Fiscal bajo la ley PROMESA».

En este contexto se produjo en septiembre de 2017 el huracán María. Los más de 3.000 muertos y los incalculables daños materiales ahondaron aún más el deterioro social y económico. La feroz tormenta, y las defectuosas tareas de rescate y reconstrucción, terminaron de enfrentar a la opinión pública boricua con las autoridades políticas locales y federales.

 

Bad Bunny (i-arriba); Residente (c-abajo); Dj Sinsuela (c-arriba); Ile (d-arriba) y Ricky Martin (d), en la manifestación EFE/ Thais Llorca

Bad Bunny (i-arriba); Residente (c-abajo); Dj Sinsuela (c-arriba); Ile (d-arriba) y Ricky Martin (d), en la manifestación EFE/ Thais Llorca

«Todo ocurrió luego de que se conociera la forma irresponsable en que el gobierno de Puerto Rico manejó la recuperación económica y social después del huracán María. Ni siquiera supo llevar una contabilidad adecuada de los cerca de 4.000 muertos«, afirmó Colón.

El desvelamiento de una trama de corrupción detrás de la tragedia enfureció todavía más a la ciudadanía. Tres días antes de que se filtraran los explosivos mensajes de Telegram, la Fiscalía ordenó el arresto de seis funcionarios acusados de malversar más de 15 millones de dólares de fondos federales para la recuperación.

«El chat fue el detonante de procesos que vienen articulándose desde hace mucho tiempo —dijo Meléndez-Badillo—. Es por ello que las protestas iban más allá del #RickyRenuncia. Es decir, la salida de Rosselló era la demanda unificadora de este movimiento plural, pero no la única. La gente está utilizando el espacio creado por las protestas para hacer planteos específicos sobre cosas que les impactan, para condenar la corrupción, la misoginia, la homofobia, la gordofobia, el racismo y el clasismo. Más allá, los manifestantes también exigen la salida de la Junta de Control Fiscal. Es por ello que la renuncia de Rosselló no será el fin de este movimiento. Se logró la potencialidad de pensar en otros futuros posibles. No sabemos cómo se materializarán, pero sí que no se podrá volver a lo que había».

 

Rosselló, durante una transmisión en vivo en Facebook en la biblioteca de la mansión del gobernador, en San Juan (REUTERS/Alvin Baez/File Photo)

Rosselló, durante una transmisión en vivo en Facebook en la biblioteca de la mansión del gobernador, en San Juan (REUTERS/Alvin Baez/File Photo)

Es evidente que Puerto Rico necesita cambios estructurales para empezar a salir del pozo en el que se encuentra desde hace más de una década. También es claro que sería muy ingenuo pensar que esa transformación podría darse automáticamente luego de este despertar ciudadano. Lo que está por verse es si este impactante movimiento de protesta es un punto de inflexión, que abre una nueva etapa en la historia política y social de la isla, o si no es más que un hito aislado, sin efectos de mediano y largo plazo.

«En el pasado, este tipo de crisis no han modificado nada. Se han producido cambios de gobierno sin consecuencias reales sobre el problema de la corrupción», dijo a Infobae José Julián Álvarez, catedrático de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico. «Lo que es nuevo esta vez es la intervención abierta del Gobierno Federal sobre el de Puerto Rico. El coloniaje es hoy más evidente que en las últimas siete décadas. A dónde quieren conducirnos las autoridades federales, si es que a alguna parte, es el gran interrogante. Hay serias dudas sobre si saben qué camino desean tomar».

Fuente: infobae.com