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Desde enero, el parque Otuquis ya venía padeciendo los incendios, pero esporádicos, sin embargo, hace tres meses el fuego adquirió mayor fuerza y el momento crítico lleva diez días.Los voluntarios estuvieron llevando agua, refrigerios y movíamos personas de un lugar a otro. En la zona, a 35 kilómetros de Puerto Suárez, los soldados son los que más se internan en el monte, “le están metiendo ganas, hay voluntarios, pero es lamentable que la ayuda que viene de Brasil no pasa porque Aduana no lo permite. Brasil está con las manos y los brazos abiertos para colaborar, pero la ayuda no está llegando, y la necesitamos. Tardaríamos más trayendo las cosas desde Santa Cruz, que está a 700 km, mientras que Corumbá queda a 8 kilómetros. De Puerto Suárez a Puerto Busch son 135 km, pero del kilómetro 60 al 100 todo es fuego, fuego y más fuego, hay que pasar por la carretera con mucha precaución”, recomienda. Según cálculos, cree que se ha quemado un 70% de Otuquis, “y está avanzando hoy como 10% porque las llamas estaban muy fuertes”, informa.
En los últimos días, los voluntarios suman cerca de 220 personas, entre soldados, estancieros con sus empleados, algunos pobladores y funcionarios de la Alcaldía de Puerto Suárez. Entre ellos también había una brigada de brasileños que decidió ayudar, “les dieron luz verde porque los bolivianos lo único que hacemos es improvisar”, critica por las deficientes condiciones con las que luchan con el fuego. “Apagamos los incendios llevando cisternas que reparten el agua en mochilas, no hay otra forma, y donde se puede meter maquinaria con palas se remueve la tierra y se trata de extinguir el fuego, pero las partes más afectadas, más adentro del parque, es con pala manual para machacar las llamas”, explica.Como biólogo, se siente afectado por la pérdida de fauna y flora. “Ver esto es como ver mi casa arder en llamas, uno en su casa tiene cosas preciadas”, sostiene.
EL DEBER / Silvana Vincenti